Usted está aquí: jueves 16 de octubre de 2008 Estados El ciclón puso a Puerto Chale en el mapa

El ciclón puso a Puerto Chale en el mapa

Raymundo León, corresponsal

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Ampliar la imagen Aspectos de Puerto Chale, una de las comunidades de Baja California Sur más afectadas por el paso del huracá Norbert Aspectos de Puerto Chale, una de las comunidades de Baja California Sur más afectadas por el paso del huracá Norbert Foto: Raymundo León

Puerto Chale, BCS, 15 de octubre. A esta comunidad de apenas 500 habitantes, casi todos pescadores ribereños, le llovió sobre mojado. Todas las casas construidas con madera y lámina de cartón fueron destrozadas por el huracán Norbert.

Más de 60 familias perdieron todo o parte de su patrimonio, pues Puerto Chale, ubicado en la costa del Pacífico, a 40 kilómetros de la carretera Transpeninsular, entre los municipios de La Paz y Comondú, es uno de los poblados más pobres del estado.

Aquí no hay carretera ni calles pavimentadas, menos drenaje. El agua potable la obtienen de una pequeña planta desaladora, aunque tienen que cargarla en tambos, y se abastecen de energía eléctrica con una planta que funciona con gasolina, aunque sólo la mitad se beneficia de ella; el resto alumbra sus casas con velas.

No obstante, este campo pesquero tiene jardín de niños, una escuela primaria y unos juegos que el gobierno del estado donó recientemente para los niños, que constituyen alrededor de 25 por ciento de la población.

Aunque la comunidad tiene una casa de salud, de poco sirve, pues no hay médico y la encargada casi nunca tiene medicamentos, dicen los habitantes.

“Dios guarde la hora en que alguien se hubiera lesionado durante el huracán, pues no hay manera de sacarlo de aquí, ya que con cada lluvia nos quedamos aislados por la crecida de los arroyos”, dice Teresa Geraldo, quien desde hace 40 años vive en Puerto Chale.

En Puerto Chale no hay otra actividad productiva más que la pesca: “Sacamos pescado, camarón, callo de hacha, y lo vendemos al mejor postor. Ganamos 100 o 200 pesos al día cuando hay pesca; cuando no, nos aguantamos”, explicó Ramón Espinoza, quien lamenta no estar con su esposa y sus hijos, que se fueron.

El subdelegado Antonio Arce, quien vive aquí desde hace 50 años, aseguró que en todo ese tiempo no había visto un huracán tan fuerte y que de las 90 casas que hay en la comunidad unas 80 tenían daños, aunque según las autoridades fueron 63.

Señaló que el huracán los puso en el mapa, pues hasta el presidente de la República fue a verlos. “Ojalá ahora sí se haga lo del camino y la luz, que es lo más urgente”, dijo.

 
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