Ecuador

Violencia petrolera

De acuerdo a un comunicado firmado por varias organizaciones indígenas, entre ellas la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el 11 de octubre del 2008, miembros de la iv División Amazónica Batallón Napo ingresaron por el río Aguarico a territorios indígenas de la comunidad kichwa Playas de Cuyabeno, en tres gabarras con grandes equipos camineros, al mando del jefe de la División. Playas pertenece al llamado Bloque 15, en Sucumbíos, operado por la empresa estatal Petroamazonas.

“Los dirigentes de la comunidad, que no estaban al tanto ni habían sido consultados como lo establece la Constitución y los instrumentos internacionales, constataron la ausencia de permisos y de documentación de justificación de la medida. Luego se constató que las gabarras contenían maquinaria y materiales para realizar la perforación de los pozos Pañacocha 01 y Pañacocha 2 que se encuentran en los territorios indígenas que son zona de amortiguamiento del bosque protector Pañacocha.”

La comunidad se negó a dejarlos permanecer, todo de forma pacífica alegando la protección de sus derechos ancestrales, y con justicia señaló que no había “ni autorizaciones menos aún las debidas consultas”.

Las Fuerzas Armadas y miembros de le empresa petrolera Petroamazonas respondieron de manera violenta. Dispararon balas de goma a quemaropa resultando 4 personas heridas. La violencia generalizada afectó a niños y ancianos. En el operativo participaron  más de  400 militares usando incluso helicópteros. Se lanzaron indiscriminadamente bombas lacrimógenas.

“La empresa estatal Petroamazonas pretende haber llegado a acuerdos con seis familias del sector”, continúa el comunicado, “y que éste sería el justificativo para su ingreso violento, lo que es una práctica generalizada censurada por organismos internacionales de derechos humanos. El presidente de la comunidad, Barcelino Noteno, indicó que la comunidad está constituida por  56 familias. De ellas, 50 exigen la realización de la debida consulta tal como está establecido en la normativa vinculada”.

 

MINA DE ORO SIERRA PELADA, PARÁ, BRASIL, 1986. FOTO: SEBASTIÄO SALGADO

 

 

La Amazonia en el presente

Minuto a minuto se desintegra

Desde los proyectos que se generaron en el norte de la Ama­zonia con el boom petrolero de los años sesenta, no ha cambiado absolutamente el horizonte horrorizante. Minuto a minuto se desintegra a la madre tierra con todo sus componentes: la biodiversidad, la sociedad y las nacionalidades que habitamos allí.

En este rincón del mundo cada segundo se derrama crudo. La remediación no existe debido a que la tecnología no existe, y hay un gigantesco caso que sirve para demostrar que las empresas hacen graves daños al ambiente y los seres humanos.

Y éste es el caso Texaco que ya lleva más de una década en que las nacionalidades reclamamos que se remedie la contaminación, pero parece un caso de nunca acabar. Los de Texaco niegan lo que han hecho, y no sólo eso, los pueblos, waoranis, tagaeris, taromenanis, se encuentran en una encrucijada. Los territorios de ellos están en grave amenaza, no hay políticas para que los gobernantes dirijan el timón, para que prevalezcan los derechos y que sigan existiendo. Las nacionalidades siona, secoya, cofán y muchas otras han tenido que soportar estas sucesivas invasiones y ahora tienen que sobrevivir en espacios y reservaciones de un modelo capitalista como el de Norteamérica que excluyó a todas las naciones originarias en los Estados Unidos.

Después de un recorrido de cinco días por la extensa área afectada he sido testigo de la destrucción de las nacionalidades y también de los hermanos colonos. Mi conclusión es que el modelo extractivista no garantiza la vida en armonía.

La situación de los hermanos tagaeri y taromenani, cada vez está más frágil. La están convirtiendo en una tierra sin vida. El territorio de los waoranis está siendo reducido más y más, por empresas petroleras y madereras. Es una noticia aberrante, y es antihumana: las empresas están literalmente promoviendo el genocidio colectivo.

La toma de decisiones que hacen los gobernantes de nuestro país no ayudan: decisiones como dar fechas topes hasta enero del 2009 —así lo ha señalado Galo Chiriboga, ministro de Minas quien dijo a la agencia Efe, que “si hasta enero del 2009 no recibe suficientes ofertas compensatorias para mantener el crudo del ITT, se podría explotarlo”.

En el marco de la 149ª conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se realiza en Viena, las zonas que en el futuro entrarán en el gran negocio petrolero son los bloques 25, 26, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 41, 42, que antes tenían un nombre humano y hoy son parajes numerados.

A este paso, el futuro de la Amazonia ya lo tienen decidido, Aquí no entra ninguna garantía para la existencia de pueblos y nacionalidades, por lo cual la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) expresa su profunda preocupación e invita a la sociedad ecuatoriana y a la comunidad internacional, a redireccionar la política extractiva y cambiar estos procesos y, de esta forma, garantizar la vida de los últimos pueblos y nacionalidades que se encuentran amenazados y conservar la última frontera de la biodiversidad en la Amazonia para en el futuro no ser cómplices de la destrucción de la madre tierra y el genocidio de nuestros hermanos. “Cuando se acabe el petróleo y los árboles nuestra madre tierra responderá con la maldición”.

 

Ciudad del Coca, 23 de septiembre 2008.

Marlon Santi

presidente de Conaie, Pushak Kuraka (Sarayaku Runa)

 

regresa a portada