Usted está aquí: martes 21 de octubre de 2008 Cultura Documentan cómo el teatro universitario salvó a Guanajuato

Cultura y arte a raudales

■ Los Entremeses cervantinos propiciaron el desarrollo de lo que era un lugar decrépito

Documentan cómo el teatro universitario salvó a Guanajuato

■ Desde la plaza pública, Enrique Ruelas detonó el nacimiento del Cervantino

■ Impulsa experto el “rescate de testimonios y archivos fotográficos” alrededor de ese singular fenómeno cultural

Ana Mónica Rodríguez (Enviada)

Ampliar la imagen Uno de los primeros elencos de los Entremeses cervantinos, montaje en la plaza pública que lleva 53 años de representaciones ininterrumpidas. Imagen tomada del libro Artífices del Teatro Universitario de Guanajuato Uno de los primeros elencos de los Entremeses cervantinos, montaje en la plaza pública que lleva 53 años de representaciones ininterrumpidas. Imagen tomada del libro Artífices del Teatro Universitario de Guanajuato

Guanajuato, Gto., 20 de octubre. Un pequeño poblado sumido en la decrepitud tras el final de 400 años de actividad minera, se transformó de manera radical en un referente nacional e internacional en la década de los 50 del siglo pasado.

El maestro Enrique Ruelas Espinosa, el pueblo guanajuatense y las obras de Miguel de Cervantes contribuyeron –sin saber la envergadura y trascendencia que tendría con el paso de los años– en la creación de un fenómeno cultural, artístico, económico y educativo que cambió la fisonomía de Cuévano: los Entremeses cervantinos.

Ese montaje escénico, con 53 años de presentaciones ininterrumpidas, adaptado tradicionalmente a un escenario natural y donde han participado tres generaciones de guanajuatenes, abrió también la brecha del máximo encuentro cultural de México: el Festival Internacional Cervantino (FIC).

Tan inusitada historia del teatro universitario guanajuatense y del arte escénico posee tintes de leyenda y características que la hacen única en el mundo.

Los solidarios pobladores, la excepcional geografía, la majestuosidad arquitectónica de Guanajuato y la inequívoca visión del director y dramaturgo Enrique Ruelas han forjado una gran tradición que por falta de apoyo y nuevas visiones podría sucumbir y quedar en el olvido.

Primer tomo de cinco

El investigador y periodista Rolando Briseño León se forjó la meta de concretar un ambicioso proyecto que culminará en 2015, el cual incluye el rescate testimonial y oral de distintos personajes, así como de archivos fotográficos y de la historia completa de Guanajuato, los cuales quedarán perpetuados en la inédita Colección Cervantes en América.

Esta serie constará de cuatro tomos y culminará con la realización de un largometraje que presentará la historia de la mítica ciudad y de los personajes que la encumbraron.

“Esta investigación de la Serie Memoria e Historia constará de cinco libros y recopila diversos testimonios divididos por décadas, desde 1950 hasta 1980; es decir, recupera la historia y la memoria gráfica de 56 años, incluidos todos los montajes que se han realizado en esta capital cervantina.”

El trabajo, prosigue Briseño, se inició hace cuatro años y ha sido recopilado del acervo personal de los propios testimoniantes. “Las fotografías son una especie de corpus documental cedidas por la propia gente que quiere mantener viva esta memoria histórica”.

Artífices del teatro universitario de Guanajuato es el primer tomo del ambicioso proyecto iniciado por Briseño, auspiciado por la universidad guanajuatense y la Fundación Cervantista Enrique y Alicia Ruelas.

“Este primer tomo consta de más de 40 testimonios e infinidad de fotografías, que abarcan de 1950 a 60, y dan cuenta de una serie de vivencias y reflexiones de esos pioneros, quienes edificaron desde 1953 el proyecto de teatro universitario, punto donde finalmente germina el FIC.”

Esos testimonios, explica el compilador, narran la historia cultural de Guanajuato desde la perspectiva de la experiencia humana inmersa en la tarea teatral. Por esta razón, el material “se convierte en un documento inédito, fundamental para reflejar la forma en que se fue construyendo un fenómeno cultural y artístico, generador de cambios en la economía y en las conductas cotidianas”.

Y de manera primordial, el periodista señala la colaboración de la comunidad para proyectar los Entremeses cervantinos desde la Plaza San Roque, cuyo escenario natural se remonta a la España del siglo XVII.

Iglesia, cruces, campanas, callejones y la arquitectura de las casas “fueron elementos fundamentales que Ruelas buscó para representar las obras de Cervantes”. Además, muchos bajaban de los cerros con sus animales para que éstos participaran en el montaje, agrega.

“Guanajuato hereda una tradición minera y una arquitectura derivada de esta actividad de más de 400 años; además de una fisonomía muy específica que tiene que ver los escenarios descritos por Cervantes en sus novelas.”

Esos aspectos reunidos, abunda Briseño, “fueron visión de la dramaturgia de Ruelas Espinosa, quien además conjuntó los esfuerzos del ama de casa, de los sastres, del funcionario y de los estudiantes, así como de actores; después participaron un rector, un ex gobernador y muchos personajes de la cotidianidad de distintos ámbitos y estratos sociales”.

Cambios en la economía

Después de las primeras representaciones de los Entremeses cervantinos se originaron los cambios en la economía. A partir de la difusión oral, llegaban a Guanajuato intelectuales de la ciudad de México, además de destacados personajes de otros países para verificar el montaje realizado en una plaza pública.

“Esto propició que se instauraran los primeros hoteles en la ciudad y empezara el servicio ferroviario, que incluía hospedaje y boletos para el naciente espectáculo. Es en los años 50 cuando surge en Cuévano una nueva fisonomía cervantista y una eco-

nomía generada a partir de un atractivo artístico cultural, como son los Entremeses.”

Por eso, el proyecto editorial y el largometraje “relatarán la historia guanajuatense, una ciudad decrepita abandonada por los empresarios mineros, la cual resurgió a partir del teatro montado en escenarios naturales”.

El trabajo de investigación y recopilación de testimonios ha sido extenuante, sobre todo, refiere Rolando Briseño, porque no existía ninguna obra reunida y se empezó desde cero con la recopilación. “Espero que a futuro esta memoria se encuentre aglutinada para difundir la evolución de un pueblo desde una perspectiva colectiva e individual, esto es, la experiencia humana dentro del teatro”.

Hasta ahora, subraya, no existen registros de que en algún lugar se haya creado educación, cultura, arte e impulsado la economía para el desarrollo de un pueblo basado en una representación teatral.

Las puertas de la vida

A manera de adelanto de los próximos volúmenes, Briseño explica que el contenido estará basado en testimonios de actores, traspuntes, iluminadores, utileros, personas de la universidad y el pueblo que están en Guanajuato o bien residen en otras ciudades, “pero que relatan desde su experiencia el significado que tuvo para ellos haber participado en una compañía teatral universitaria”.

También esos personajes reflexionan sobre el hecho de que no sólo formaron parte de una agrupación teatral y de un fenómeno único, sino de una circunstancia que les abrió las puertas de la vida.

Entonces, esta aventura escénica se torna “en una experiencia rica, desde la perspectiva de la historia oral, la cual permite tener un corpus documental amplio para que las próximas generaciones de historiadores e investigadores elaboren estudios antropológicos e históricos”.

Artífices del teatro universitario de Guanajuato, volumen uno, recupera los testimonios de Enrique Ruelas Barajas, el actual director Eugenio Trueba Olivares y el autor.

También resaltan los testimonios escritos (1952-60) de Gloria Ávila Romero, Josefina Castro, Antonio Corona, Jesús Domínguez, Josefina Estrada y Manuel Leal Guerrero, entre otros.

Además, el lector hallará los testimonios orales (1950-1960) del mismo Enrique Ruelas Espinosa, quien habla sobre cómo se prepararon los Entremeses cervantinos, así como de Amalia Vallejo de Ferro, Luis Villoro y Gabriel Montero Rodríguez, entre muchos más que son testigos de este fenómeno cultural surgido con los Entremeses cervantinos, el teatro universitario, la comunidad guanajuatense y Enrique Ruelas Espinosa.

 
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