Usted está aquí: viernes 24 de octubre de 2008 Política Masculinidades

Gabriela Rodríguez
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Masculinidades

Hay quienes piensan que necesitamos hombres violentos o mujeres autoritarias para poder gobernar, aunque esté demostrado que no saben hacerlo, nada más hay que ver el colapso en que estamos sumergidos.

Así piensan muchos jóvenes, según la tesis doctoral Identidad, masculinidad y violencia de género, de Luis Botello Lonngi, la cual fue premiada este año por el Instituto Mexicano de la Juventud. En ella se da voz a grupos de jóvenes entre 15 y 24 años de edad, pertenecientes a territorios tan disímbolos como Morelia, San Luis de la Paz, Oaxaca, Iztapalapa y Ciudad Nezahualcóyotl. Son discursos que duelen, que muestran la infiltración de esquemas de dominio en las nuevas generaciones, patrones que hay que transformar desde la política pública hacia formas de masculinidad que desactiven la violencia de género para hacer cambios de fondo.

Una consigna de esos jóvenes parece ser que las mujeres desean ser tratadas mal: “Hay muchas mujeres que están hechas al modo machista. Si no las celo o les pego, la mujer ahí anda: ‘¡ay!, es que ya no me quieres’. Incluso a las mujeres que no las golpean, en algún momento de su vida dicen: ‘ese güey nunca me ha dado un madrazo, y no sé qué es lo que se siente un putazo’ [...] Ese pinche trato que le das a la mujer, ellas también lo desean, lo persiguen... es que luego dicen que no las quieres porque no las tratas mal. Sí, tienes razón; sí, sí, sí. Nomás quieren que las ande uno celando. Yo creo que el hombre es violento por naturaleza, porque así sale su genio, su carácter. Pero la mujer no es violenta por naturaleza. La mujer se defiende solamente cuando siente su ser invadido, pero (la violencia) no la considera tan elemental. En el hombre la agresión es inconsciente. Siento que es inconsciente porque al momento de agredir… agredes y sueltas todo lo que traes y no te detienes a razonar. Las mujeres son temerosas, sumisas, están acostumbradas a ser las pequeñas”.

Sorprende que estar enamorado sea signo de debilidad: “Si yo te digo que tengo una novia y la quiero mucho, como que pierdo fuerza física ante los demás. Como que me veo ante los demás débil, no solamente al expresarlo, sino físicamente, como que te hace ver menos. Si un hombre está enamorado hay más complicaciones porque lo hace más débil, lo hace más vulnerable ante los otros... como que atrae toda una serie de consecuencias que van encaminadas a hacerle daño: el rechazo de su grupo de amigos o que no pueda desempeñar cierta actividad en su trabajo porque se le tacha de débil y por eso se diga que no tiene carácter para estar en algún puesto. Es un rollo de ser fuerte, de fuerza física y fuerte de carácter. Fuerte de carácter es el que no se deja mangonear por los sentimientos, entonces ya no es una persona confiable... en el primer momento en que se enamore de una persona, pues ya se acabó el asunto, ya no puedo confiar en él”.

El dinero lo transforma en un ser con poder, en un hombre completo: “Yo sin dinero me siento incapaz, güey; sin dinero soy hombre incompleto. Yo tengo que tener dinero para sentirme así… completo, con valor y poderle hablar a Pedro y a Juan. Los que no tienen dinero no van a poder estar al mismo modo de vida de los que sí. Eso los va a hacer más grandes o más inferiores; se van a sentir súper más fracasados porque no tienen el mismo dinero, y eso, güey, te afecta en la autoestima. El dinero es la solución, si no… ¡la desesperación! El dinero está en apogeo, ¡el dinero está de moda!”

¡Vaya que está de moda el dinero y cuánto dicen esos testimonios! Hoy los quiero combinar con lo que un grupo de hombres brigadistas discutían el pasado miércoles en la Asamblea Informativa del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo mientras se hacía el conteo de la votación sobre la estrategia ante los siete dictámenes de la reforma energética.

Obreros de Iztapalapa, un par de jubilados del Distrito Federal, algunos indígenas de Oaxaca, hombres que no los mueve el dinero han dicho: “No somos borregos, estamos aquí por ideología y convicción. Hay quienes se burlan de nosotros porque seguimos a Andrés Manuel, pero no nos importa; hasta nos han rayado el coche, porque lo han satanizado. Pero eso es por soberbia; este movimiento lo estamos organizando nosotros, y si reconocemos a un líder es porque es necesario que haya alguien que nos aglutine. Hay que ser humildes, no como los legisladores que se alían con las cúpulas, que firmaron la ley Televisa, que desmantelan los derechos laborales, la ley del IMSS, la del ISSSTE, lo importante es seguir organizándonos en contra de los bribones que gobiernan; leer, informarnos, formar cuadros, ¡cuántos no han leído ni el Manifiesto Comunista!”

Son masculinidades en resistencia que no aceptan una imagen machista para participar en la lucha política, que rechazan la violencia como estrategia de poder. Hombres y mujeres libres y conscientes que creen en la movilización pacífica, fisuras en esta vorágine cultural, económica, militar. ¿Es posible ganar sin violencia y sin dinero?

 
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