Usted está aquí: lunes 27 de octubre de 2008 Capital Usan tabacaleras datos de jóvenes para bombardearlos con publicidad

■ Grave e indignante que ley federal lo permita, denuncia jurista

Usan tabacaleras datos de jóvenes para bombardearlos con publicidad

■ Es enviada a sus domicilios por correo terrestre, señala Madrazo Lajous

Raúl Llanos Samaniego

El tráfico de información personal de los jóvenes de esta ciudad y del país está beneficiando a las grandes empresas tabacaleras, que envían a sus casas publicidad relacionada con el consumo de cigarros, aseguró Alejandro Madrazo Lajous, especialista en derecho y uno de los principales asesores de la Asamblea Legislativa en temas relacionados con la erradicación del tabaquismo.

En el marco de la reunión que tuvieron organizaciones no gubernamentales con legisladores capitalinos, el jurista precisó que el artículo 23 de la Ley General para el Control del Tabaco autoriza a que la industria cigarrera publicite sus productos en revistas, en lugares de acceso exclusivo para adultos y, “lo más grave e indignante”, en los domicilios de las personas, vía correo.

“Las tabacaleras dicen que ya se bajó (la publicidad) de paraderos, espectaculares, radio y televisión. Sí, pero cuando estaba en esos lugares estaba regulado el contenido; la Ley General de Salud prohibía que la publicidad representara a alguien en el acto de fumar o a alguien fumando cerca de un joven, o el emblema del cigarro cerca de un niño o de alguien haciendo deporte, porque lo relaciona con juventud o deporte. Eso que se prohibía, ahora se permite”, resaltó.

Añadió que otro punto que es grave es que “con tarjetas de descuento y cosas universitarias es que se recaba información de los domicilios de los jóvenes y se les envían paquetes publicitarios. Son paquetes muy sofisticados y muy elaborados, bastante costosos, muy atractivos, con envolturas muy atractivas, y esto en el domicilio es una estrategia de publicidad que se recicla continuamente, a la que tienen acceso los niños, los jóvenes, las adolescentes, las madres, que ven atractiva una cajota de Malboro, y entonces eso es muy peligroso, porque está al alcance de los niños”.

Detalló que en el caso de las revistas, son también altamente preocupantes, porque son muy reciclables, y tres meses después de ser editada, la publicidad sobre cigarros sigue vigente.

Más adelante, sintetizó esa situación al detallar que “la industria tabacalera ha reencauzado todo el dinero que gastaba en radio y televisión –que era bastante– para otras áreas: a revistas y a publicidad en domicilios, y eso lo permitió el legislador federal.

Frente a esa situación, se pronunció no sólo en contra de esas reformas a la Ley General de Salud, sino con los términos en que quedó la Ley General para el Control del Tabaco en cuanto a la publicidad del cigarro, por lo que comentó que ya se promovieron amparos, ocho de los cuales fueron resueltos de manera favorable.

 
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