Usted está aquí: lunes 27 de octubre de 2008 Deportes Chivas sepultó las esperanzas del América para clasificarse

■ Se impuso con goles de Arellano y mantiene a las Águilas en el sótano del grupo de la muerte

Chivas sepultó las esperanzas del América para clasificarse

■ Pese a su calendario saturado y un plantel reducido, el Guadalajara es firme aspirante a la liguilla

■ El equipo del técnico Efraín Flores terminó con cinco años sin victoria en el estadio Azteca

Marlene Santos Alejo

Ampliar la imagen El juvenil Omar Arellano inicia el festejo tras su primera anotación, ante la impotencia del portero Guillermo Ochoa El juvenil Omar Arellano inicia el festejo tras su primera anotación, ante la impotencia del portero Guillermo Ochoa Foto: Víctor Camacho

En efecto, es el grupo de la muerte, y con dos cañonazos de Omar Arellano, Chivas dio sepultura a las esperanzas de un América al que le faltó corazón y amor a sus colores, y que pareció acostumbrarse al sótano de su sector, rincón amargo desde donde puede empezar a reflexionar sobre lo que ha sido un año desastroso.

Con la victoria 2-1, el Guadalajara llegó a 21 puntos, es firme aspirante a la liguilla y sus problemas son otros: un calendario saturado y un plantel reducido, pero el equipo dirigido por el técnico Efraín Flores acabó con cinco años sin triunfos en el estadio Azteca.

Tras el pitazo final, el equipo se plantó en el centro de la cancha y con los brazos en alto se despidió entre aplausos desbordados de su eufórica afición.

El partido arrancó con unas Águilas desconcertadas ante la explosividad de Chivas, que encontró toda clase de facilidades por el carril izquierdo, donde corrieron a placer Xavier Báez, Sergio Santana y Omar Arellano.

Al minuto 11, Santana arrancó desde la media cancha y se perfiló hacia la izquierda, mientras iba sembrando rivales; sacó un tiro centro que el portero Guillermo Ochoa rechazó incómodo, sin lograr esfumar el peligro porque enfrente estaba muy atento Omar Arellano, quien con la espinilla remató para imponer el 0-1.

Poco después el mismo Arellano dio gran centro al ex tuzo, pero Santana echó la pelota a un lado.

América no lograba conectarse, el ataque era nulo. Salvador Cabañas, Federico Insúa y Alfredo Moreno no daban señales de vida. El Guadalajara fue amo y señor durante 20 minutos.

No obstante, dejó de apretar al rival, el brío rojiblanco se apagó e inclusive Arellano se hizo atender por el médico. Entonces comenzaron a surgir las individualidades americanistas.

Los pupilos del Pelado Díaz despertaron con base en pelotazos en busca de su tridente ofensivo. Al minuto 26, Moreno arrancó alaridos tras una media vuelta que pegó en el larguero, y seis minutos más tarde Insúa cobró un tiro de esquina. La marcación de los tapatíos fue floja y el zaguero argentino Sebastián Domínguez sorprendió con un cabezazo picado que entró a la meta cerca del poste izquierdo.

El graderío, pintado de amarillo en tres cuartas partes, explotó en festejos, mientras Domínguez corrió a celebrar frente a la barra Monumental.

Con el empate, América ganó confianza y al minuto 41 a Cabañas le anularon bien un tanto por estar en posición adelantada. Luego el Woody Sánchez remitió otro cabezazo que contuvo el portero Hugo Hernández.

En los últimos minutos del primer tiempo los de casa jugaron con un hombre menos por la lesión en la pierna derecha de Juan Carlos Silva, quien para el complemento dejó su lugar a Juan Carlos Medina, mientras por Chivas entró Gonzalo Pineda.

América dejó ir una opción increíble al minuto 52, cuando Enrique Vera remató pésimo; envió el esférico por los aires estando a menos de un metro del marco de Chivas.

Los visitantes no lograban sacudirse el acecho y Domínguez sacó un sorpresivo cabezazo ante el cual el portero Hernández mostró reflejos felinos al desviar hacia arriba.

Las Águilas cesaron su acoso y se replegaron con las manos vacías, sin mover el tablero. En cambio, el Rebaño Sagrado volvió a pisar con mejor idea el territorio americanista.

Esta vez fue Sergio Ávila quien demostró a su técnico el acierto de haberlo ingresado. Dio pase preciso a Arellano; el habilidoso delantero eludió el achique de Ochoa y sacó disparo cruzado, directo al ángulo superior izquierdo. Un golazo para el 1-2.

En La Monumental el cántico de “Vamos, vamos Améeerica, que esta noche tenemos que ganar” se convirtió en la exigencia: “pongan güevos, las Águilas pongan...”, pero los rojiblancos cimbraron el coso al grito de “¡Chivas-Chivas!” y con saltos desaforados, porque “el que no brinque es un pollito maricón”.

América se volcó con desesperación en pos del empate. Salvador Cabañas estuvo cerca de conseguirlo en la agonía del partido, pero su cabezazo se estrelló en el travesaño.

 
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