Usted está aquí: miércoles 29 de octubre de 2008 Política Pemex debe mantener sus niveles de producción, recomienda S&P

■ El margen para impulsar el crecimiento es limitado, advierte

Pemex debe mantener sus niveles de producción, recomienda S&P

Roberto González Amador

Para “sostener la confianza del mercado”, el gobierno federal debe “actuar de manera oportuna” y permitir la inversión de capital suficiente de la paraestatal Petróleos Mexicanos, aseguró este martes la firma de calificación de valores Standard and Poor’s (S&P), el mismo día que la Cámara de Diputados apresuraba la aprobación de un paquete de reformas a la industria petrolera.

La firma alertó que los apoyos otorgados por la administración federal para dar liquidez a empresas en el mercado de capitales local puede elevar los pasivos públicos “por arriba de las expectativas actuales”.

El gobierno mexicano, consideró la firma de calificación de valores, tiene un limitado margen para impulsar el crecimiento de la economía a partir de estímulos mediante el ejercicio del gasto público, como los que anunció el presidente Felipe Calderón a mediados de este mes.

Aun en un entorno de menor crecimiento de la economía nacional, derivado de la contracción de la actividad productiva en Estados Unidos, S&P emitió una nota este martes en la cual confirma las calificaciones de grado de inversión para la deuda pública de México, lo que implica un riesgo remoto de incumplimiento de pagos.

“La confirmación y la perspectiva estable de las calificaciones soberanas de México se basan en nuestra expectativa de que la volatilidad en los mercados financieros internacionales y el descenso de la actividad económica global y en Estados Unidos no minarán el compromiso de México con la estabilidad macroeconómica”, expuso Lisa Schineller, analista del grupo.

Una marcada desaceleración en el crecimiento del producto interno bruto (PIB) de México durante 2009, en combinación con menores ingresos petroleros, presionará más el presupuesto gubernamental, aseguró la firma calificadora, una de las más influyentes del mundo.

“México cuenta con un limitado margen para aplicar una política fiscal contracíclica y ya usó parte de esta libertad de acción en el presupuesto 2009, recientemente revisado. A fin de contener el incremento potencial en el endeudamiento del sector público y sostener la confianza del mercado, esperamos que el gobierno actúe de manera oportuna para ocuparse del déficit presupuestal y para permitir la inversión de capital suficiente de la estatal Pemex y mantener su producción de petróleo cerca de los niveles actuales”, añadió.

Por “política contracíclica” se refiere a las acciones que serán utilizadas por la administración federal para tratar de contener la caída de la actividad económica y de la generación de empleos ante la posibilidad, que ahora casi nadie discute, de que Estados Unidos entre en recesión.

Los pronósticos del crecimiento del PIB de México han disminuido a un rango de cero a 2 por ciento para el próximo año, mientras la previsión oficial apunta a la generación, también en el siguiente ejercicio, de menos de 200 mil plazas en el sector formal.

A lo largo de su trayectoria México ha logrado ajustarse a acontecimientos fiscales adversos y la mayor cooperación que se ha observado recientemente entre los partidos políticos para aprobar algunas iniciativas sugiere que dicha proactividad continuará, consideró S&P.

“El gobierno y el Banco de México (central) han implementado recientemente diversas medidas para mitigar la restricción crediticia local para empresas financieras y no financieras, y la mayor volatilidad del peso mexicano. Entre tales medidas se encuentran las modificaciones anunciadas el lunes a las subastas de instrumentos gubernamentales para lo que resta de 2008. A la fecha, estas medidas constituyen un modesto porcentaje del PIB de México. Por ejemplo, las garantías parciales otorgadas por la banca de desarrollo para refinanciar las emisiones de papel comercial de las empresas y apoyar al sector de vivienda suman 90 mil millones de pesos, apenas 1 por ciento del PIB”.

Schineller afirmó que “si el gobierno elige ocuparse de los problemas adicionales en el sector privado que se deriven de un periodo más prolongado de estrés en las condiciones locales económicas y crediticias, estos pasivos contingentes para el gobierno podrían aumentar por arriba de las expectativas actuales”.

El futuro de las calificaciones de México dependerá de la capacidad de la administración del presidente Felipe Calderón para manejar las presiones fiscales y contener el incremento de las necesidades de financiamiento del sector público, al mismo tiempo que permita importantes inversiones de Pemex durante los siguientes años.

Un menor crecimiento y menores ingresos petroleros, aunados a las elecciones legislativas de mediados de 2009, podrían generar presiones políticas para que México se aleje de las políticas fiscal y monetaria que han apuntalado su mejor calidad crediticia soberana, comentó.

 
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