Número 148 | Jueves 6 de noviembre de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
NotieSe
La burladora de Toledo, ¿tragedia o comedia?
La burladora de Toledo, Angelina Muñiz-Huberman, Planeta, México, 2008

Las reglas sociales han cambiado poco en cientos de años. Quienes se atreven a romper con esquemas de conducta tradicionales no son bien vistos. La incomprensión, el acoso, la persecución y el castigo son la constante en la vida de los disidentes.

Así le ocurrió a quien originalmente se llamó Amba en la España del siglo XVI. Hija de esclavos africanos, Amba quedó libre al morir sus amos y emprendió una nueva vida con el nombre de quien fuera su última dueña: Elena de Céspedes. En una época en la que el libre pensamiento y la individualidad no están permitidos, Elena se burla de las reglas sociales, religiosas, morales y legales.

Nacida en 1545, aprende varios oficios. Sastre, labradora, médica y hasta soldado, Elena explora terrenos sui generis para las mujeres de la época medieval. La guerra de Las Alpujarras, mediante la cual se expulsó a los moros de España, confirman a Elena su deseo de ser también Eleno.

Aunque casada, en Elena late el impulso por vivir nuevas experiencias. La medicina será el oficio que mejor domine una vez que abandona a su marido, lo que la hará sumamente valiosa en las batallas contra los moriscos, pues aparte de luchar, se hará cargo de los heridos.

El uniforme, la incipiente barba y sobre todo una actitud varonil, logran que nadie sospeche acerca de su condición hermafrodita. Sin padres, sin marido, sin un hijo al cual abandona, va en búsqueda de su propia identidad.

Y al parecer la encuentra cuando conoce a María del Caño. Sin embargo, su naturaleza ambigua resulta extraña no sólo para los sacerdotes, quienes tras detalladas revisiones —y tal vez algunas monedas de por medio— le otorgan permiso para desposar a su amada, sino para la “voz pública” que denuncia su categoría de “varón y hembra”.

Social y culturalmente, Elena quebranta la ley al usurpar las prerrogativas masculinas, y esta es la principal acusación en su contra. Se defiende inteligentemente de la Inquisición, desafiando los prejuicios de la época. De nada le vale. Es condenada a 10 años de prisión.

Basada en un hecho real descrito en una causa de la Inquisición, La burladora de Toledo, de Angelina Muñiz-Huberman, describe las reglas de género impuestas por la sociedad judeocristina y las formas en que penaliza las disidencias. “¿Soy una tragedia o una comedia?”, se pregunta Elena de Céspedes, uno de los casos de subversión social más interesantes del siglo XVI. (Mario Alberto Reyes)

Por cortesía de Editorial Planeta ofrecemos a nuestros lectores cuatro ejemplares de La burladora de Toledo. Sólo tienen que llamar al 5532-2751 mañana viernes entre las 10:00 y las 15:00 horas.