Usted está aquí: viernes 7 de noviembre de 2008 Economía México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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■ Largo estancamiento para México, en tiempos de crisis o de paz

A la de por sí recortada proyección de crecimiento económico mundial en 2009, el Fondo Monetario Internacional ayer agregó un nuevo tajo –no necesariamente el último– que limita la perspectiva internacional a sólo 2.2 por ciento como promedio en un año, el próximo, que pinta para ser de recesiva cuan terrorífica colección.

Lo peor del caso es que la economía mexicana destaca en el ámbito mundial, pero por sobresalir entre las de menor crecimiento en 2009, pues en la nueva estimación del FMI el “potencial” del mexicanísimo “navío de gran calado” se limita a 0.9 por ciento, si las cosas “van bien”.

De acuerdo con la actualización de sus perspectivas para 2009 de la economía internacional, divulgada ayer en Washington y que corrige la hecha por el propio FMI en octubre pasado, precisa que el producto interno bruto de México “crecerá” 0.9 por ciento, o lo que es lo mismo la mitad de lo que un mes atrás estimó para el caso mexicano, y menos de una tercera parte de la proyección original (antes de que el “catarrito” carstensiano y la “gripa” calderonista brutalmente se topara con la realidad) de la Secretaría de Hacienda, hecha pública por medio de los Criterios Generales de Política Económica para el año citado.

Pues bien, de concretarse la nueva estimación del FMI (y ojala así sea, porque hay proyecciones que ubican el “crecimiento” mexicano en no más de 0.5 por ciento en 2009), el balance de la primera mitad del calderonismo arrojaría un balance desastroso en materia económica: el producto interno bruto habría “crecido” a un ritmo promedio anual de 1.9 por ciento, en el mejor de los casos.

Ante esta perspectiva, lo único que el inquilino de Los Pinos podría presumir es que en la primera mitad de su estancia en la residencia oficial logró números mucho más “atractivos” que los de su predecesor (Vicente Fox, el del “7 por ciento anual de crecimiento”): 1.9 por ciento –en el mejor de los casos–, contra 0.6 por ciento del señor de la lengua larga y las ideas cortas.

Lo anterior nos clarifica que en tiempos de crisis o de “paz”, la economía mexicana se mantiene en un peligrosísimo estancamiento desde hace cuando menos 15 años, a lo largo de los cuales el “crecimiento” ha sido prácticamente nulo y el desarrollo inexistente. Cualquier cantidad de “reformas” y “cambios estructurales” se han realizado en los últimos 26 años, y la economía se mantiene en la lona.

Desaparecieron aquellos tiempos en los que la economía crecía a un ritmo promedio anual de 8 por ciento. A cambio, el cúmulo de “reformas” y “cambios estructurales” han “promovido” un “crecimiento” verdaderamente raquítico que ubican al país entre los de menor avance en el contexto latinoamericano, de hecho al increíble nivel de economías como la haitiana.

Con crisis o sin ella, el raquitismo económico es intolerable. Un “crecimiento” de 1.9 por ciento promedio anual (en el mejor de los casos) en la primera mitad del calderonato es un insulto a los mexicanos. Lo lamentable de todo esto es que tal agravio se suma a la cadena que comenzó con el sexenio de la “renovación moral”, el de Miguel de la Madrid y que se extiende hasta hoy, con un promedio anual cercano a 2 por ciento.

Un poco de historia. En la primera mitad del sexenio lopezportillista, el promedio anual de crecimiento económico fue de 7.35 por ciento, una proporción nunca más registrada. En los tres primeros años de Miguel de la Madrid, ese promedio a duras penas llegó a 0.7 por ciento, diez veces menos que en el primer caso citado.

La media en el primer tercio de “gobierno” de los subsiguientes inquilinos de Los Pinos fue la siguiente: 4.5 por ciento (Salinas de Gortari), 1.9 por ciento (Zedillo), 0.6 por ciento (Fox, como el de MMH, pero sin crisis y con los mayores ingresos petroleros de la historia mexicana) y 1.9 por ciento (Calderón, siempre pensando en el mejor de los casos). ¿A dónde puede ir un país con esos resultados? ¿A dónde su gente?

En plena etapa de reconstrucción nacional, con el país destrozado por la guerra, en los primeros tres años de gobierno de Venustiano Carranza (1915-1917) la tasa promedio anual de crecimiento económico fue de 2 por ciento; en los de Alvaro Obregón (1921-1923) tal promedio fue de 1.86, y para el caso de Plutarco Elías Calles (1925-1927) de 2.6 por ciento. Noventa años después, a duras penas dicha tasa llegaría a 1.9 por ciento, con la marcada diferencia de que a principios del siglo XX nadie habló ni presumió “navíos de gran calado”, y mucho menos “envidiable solidez” ni “cifras históricas”. Y aquí nos encontramos, en la primera década del siglo XXI, presume que te presume.

En fin, el Fondo Monetario Internacional señala que si en octubre pasado proyectó un crecimiento económico de 3.2 por ciento para América Latina durante 2009, el desarrollo de los acontecimientos lo llevó a recortar tal estimación a 2.5 por ciento, hasta ahora. “Si bien la mayor parte de los riesgos que enfrenta la región provienen de hechos externos, es preciso reiterar que la mayoría de los países latinoamericanos continuarán expuestos a considerables presiones inflacionarias. El nivel de inflación en esta zona fue de 8 por ciento en agosto pasado, la tasa más alta en cinco años, pero se prevé que su estabilización tras la reducción en los precios internacionales de las materias primas. Todas las economías industrializadas decrecerán una media de 0.3 por ciento en 2009 respecto al año anterior, algo que no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial. No se prevé un comienzo de recuperación de la economía mundial al menos hasta finales de 2009”.

Las rebanadas del pastel

¿Héroes? (Calderón dixit). Los que han soportado el paso y las consecuencias de gobiernos ineficientes e irresponsables… Así “camina” el país: del “orgullo de mi nepotismo”, sin olvidar al “hermano que nunca tuve” y a la “señora Marta”, hasta llegar al funeral de Estado para “mi entrañable amigo y compañero”… Sólo siete líneas de las 363 de su discurso de ayer en el Campo Marte destinó el inquilino de Los Pinos a los mexicanos de a pie que fallecieron el pasado martes. ¿Quién los indemnizará? ¿Quién pagará las cuentas hospitalarias?... El Club de Periodistas de México invita al 29 Foro “Tecnología directa para la aplicación del ahorro familiar (al término de este foro sabrás como construir tu calentador solar)”, con la participación de los especialistas Francisco Carrillo Soberón, Eduardo Rueda Rubio y Javier Esteban Chavarría Martínez. Modera Celeste Sáenz de Miera, y los comentarios estarán a cargo de José Manuel Orozco Garibay. La cita es hoy a las 18 horas en Filomeno Mata 8, Centro Histórico. Se va a poner bueno.

 
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