■ Pese a no contar con fondos públicos, se mantiene y es ejemplo en otras ciudades del país

En 15 años, Papalote Museo del Niño ha recibido 16 millones de visitantes

Jaime Whaley

En medio del bullicio de las risas francas de los pequeños que concurren cotidianamente, como han hecho desde hace 5 mil 450 días, el Papalote Museo del Niño celebró sus primeros 15 años de funcionamiento.

Una visita masiva de escolares de los rumbos periféricos de la metrópoli y de planteles capitalinos, que se mezclaron con directivos y patrocinadores del museo sui generis, marcó el comienzo de las festividades que tendrán otras expresiones en las semanas por venir.

Marinela Servitje, directora del museo, en su alocución en el domo digital, tocó en su anecdótico recorrido a personajes que fueron desde Jorge Pulido, el primer director, hasta el actual presidente del patronato, Héctor Hernández Pons, y pasó –desde luego– por Ricardo Legorreta, arquitecto que concibió los edificios en el sitio donde alguna vez estuvo una fábrica de vidrio, y a la persona que luego de jugar con la idea nacida de una visita a un museo similar en Japón, se dio a la tarea de emprender la construcción, Cecilia Ocelli.

Los presentes aprendieron que el Papalote es un museo original dada su interactividad, casi único en México y en el mundo, que ha trascendido sexenios políticos, y que se mantiene por sus alianzas con empresas y amigos sin recibir fondos públicos.

Pasión contagiosa

Paulina Vieitez, una de las primeras cuatas, esto es, una guía, de las que pasada esta década y media suman ya poco más de ocho mil, se volvió a enfundar en la bata distintiva y expresó que, aunque colgó la prenda, nunca se ha alejado del museo que representa “una pasión que se contagia”.

En su existencia el Papalote ha recibido a casi 16 millones de visitantes y ocupa el cuarto lugar entre los museos dedicados a la exploración de la ciencia, dentro de una lista que encabeza un recinto en París, que al año es visitado por 2 millones 850 mil personas en cifras cerradas, mientras el instalado en la segunda sección de Chapultepec tiene una afluencia promedio de un millón 834 mil 919 visitas en el mismo lapso de tiempo.

Las cinco salas temáticas del museo –Comunico, Soy, Pertenezco, Expreso y Comprendo, así, en primera persona, lo cual permite que los niños enfaticen su papel protagónico durante la visita– cuenta con unas 300 exhibiciones.

Tres años después de su apertura, el Papalote tuvo su expresión itinerante con Papalote Móvil, modalidad tanto ferroviaria como en trailera, que llegó a su término apenas el año pasado, tras haber recorrido el país entero y traspasar la frontera sur para internarse en Guatemala y propiciar en sus estancias en la distintas poblaciones la creación de museos igualmente interactivos.

La función trashumante propició que se desarrollara entre los empleados y directivos de Papalote una habilidad para diseñar y producir exhibiciones, lo que ha dado origen a otros museos en otros estados, como el de San Luis Potosí, llamado El laberinto; el Zig-zag, en Zacatecas, y el Papagayo, en Tabasco. También han brindado asesoría para la construcción de museos en otros países de América Latina.

Se cuenta, a la vez, con el concurso de Papalote en ferias internacionales, como la de Hannover, Alemania, hace ocho años, y muestras de juguete mexicano que han recorrido diversas ciudades de Estados Unidos. Como parte de los festejos, el lunes 10 de noviembre se presentará la Orquesta Infantil de la región mixe de Oaxaca, y el martes 18 compartirán el escenario la Sinfónica de las Américas y la Sinfónica Infantil de Nezahualcóyotl.