Usted está aquí: lunes 10 de noviembre de 2008 Opinión El negocio y la tajada

Iván Restrepo

El negocio y la tajada

El lunes pasado el reportero Roberto Garduño reveló en La Jornada uno de los negocios en que participó el señor John McCarthy siendo director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en el sexenio anterior. Se trata del proyecto Cabo Cortés, ubicado en una de las áreas costeras de Baja California Sur más codiciadas por los inversionistas. El proyecto abarca casi 4 mil hectáreas adquiridas conjuntamente por las compañías Goodman Real Estate de Estados Unidos y la española Hansa Urbana. Una de las características que hacen más preciado el terreno citado es que cuenta con 7.5 kilómetros de playa, lo que le dará más valor a las obras que se tiene previsto realizar allí: más de 3 mil cuartos de hotel y 2 mil 300 villas, 6 mil condominios y casas unifamiliares; sin faltar sus campos de golf, clubes de playa, centros comerciales, tiendas, restaurantes, spa, marina para cientos de embarcaciones, y un aeropuerto.

Para alojar la mano de obra requerida por el proyecto, se creará un pueblo donde vivirán por lo menos 5 mil familias. La inversión inicial será de 250 millones de dólares. Las dos empresas extranjeras poseen también en la zona otros terrenos con vocación turística.

Como suele ocurrir con proyectos en los que tienen intereses los funcionarios públicos, Cabo Cortés seguramente obtendrá de las autoridades todos los permisos, incluyendo los de tipo ambiental. Y como también es costumbre cuando se denuncia a funcionarios de alto nivel que participan en negocios privados y reciben por ello su tajada, desde el propio gobierno se les arropa y exculpa. No de otra manera se entiende la declaración del secretario de Turismo, el panista Rodolfo Elizondo, que pidió a “los detractores del señor McCarthy” presentar las pruebas de sus ilícitos ante la Secretaría de la Función Pública, al calificar de “especulaciones” los datos publicados por este diario, y que no dejan duda de que el citado ex funcionario recibirá millón y medio de dólares por su intervención en un negocio de grandes dimensiones.

El señor Elizondo sabe que no se trata de “especulaciones”, pues los datos divulgados pertenecen al ex director de Fonatur y demuestran su participación en un proyecto del que ahora es su representante en México. Cabe señalar cómo el 30 de junio pasado denuncié aquí los manejos turbios de Fonatur para favorecer la presencia de las dos empresas citadas en Los Cabos. De igual modo, la venta a bajo precio que el organismo oficial hizo de terrenos públicos en las costas de Nayarit y Quintana Roo y a los que se agregan otros en áreas costeras con vocación turística en Ixtapa, Loreto, Huatulco. La inmensa mayoría de los inversionistas son extranjeros y pagaron por miles de hectáreas mucho menos de lo asignado como valor catastral. Lo que no se sabe, es cuánto recibieron los funcionarios responsables de impulsar el turismo en el sexenio anterior por vender a particulares, a bajo precio, lo que es de la nación.

Tampoco se conocen los negocios hechos a la sombra de la escalera náutica, el proyecto de mayor envergadura iniciado por el gobierno foxista en las costas del Pacífico Norte y el Mar de Cortés y que, para fortuna de todos, las actuales autoridades no muestran señales de querer reiniciarlo.

El caso del señor McCarthy se suma a los de otros servidores públicos señalados en su momento por favorecer desde el gobierno, o en su calidad de legisladores, negocios millonarios; o por desviar recursos para fines particulares o electorales: desde las limosnas a la Iglesia del góber piadoso de Jalisco y de autoridades panistas de Guanajuato y Querétaro, y los excesos y complicidades del góber precioso de Puebla, hasta los contratos y dineros de Petróleos Mexicanos para negocios familiares o campañas políticas. A pesar de las evidencias presentadas, los involucrados en esos escándalos reciben la protección oficial. Para eso sirven los gobiernos del cambio y de los amigos. Aunque el senador panista Luis Coppola, con intereses en el sector turístico de Baja California, anuncie ahora que el Senado investigará las presuntas anomalías cometidas por el señor McCarthy y por Fonatur en el sexenio foxista. Pero del dicho al hecho...

 
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