Usted está aquí: jueves 13 de noviembre de 2008 Espectáculos Subastarán presunta prueba de la existencia de Eleanor Rigby, protagonista de tema de los Beatles

■ Los organizadores esperan recaudar medio millón de libras a beneficio de discapacitados

Subastarán presunta prueba de la existencia de Eleanor Rigby, protagonista de tema de los Beatles

Ansy McSmith (The Independent)

Ampliar la imagen Paul McCartney en la pasada entrega de los premios MTV Europa, que se efectuó en Liverpool Paul McCartney en la pasada entrega de los premios MTV Europa, que se efectuó en Liverpool Foto: Reuters

Londres. ¿Quién era la persona solitaria que recogió el arroz en una iglesia donde se celebró una boda? Es una pregunta que ha intrigado a los fanáticos de la música durante 42 años: ¿alguna vez vivió una mujer llamada Eleanor Rigby, o fue tan inexistente como el supuesto amante por quien ella llevaba “la cara que conserva en un frasco, cerca de la puerta”?

En el verano de 1966, luego que la selección inglesa de futbol venció a Alemania Occidental para ganar la Copa del Mundo, los Beatles ligaron otro número uno en su carrera con un sencillo de dos lados A. En uno estaba Yellow Submarine, tonada de amigable simplicidad, y en el otro, Eleanor Rigby, sombría canción con acompañamiento de cuerdas que habla de personas solitarias, entre ellas Eleanor, sentada junto a la ventana, y el padre McKenzie, que tal vez fue –o tal vez no– el sacerdote que ofició el funeral de la dama, al que nadie asistió.

Paul McCartney –a quien se considera el autor principal de la canción, pese a una demanda en contra de John Lennon– alentó originalmente al público a creer que nunca encontraría rastros de la verdadera Eleanor Rigby, porque era ficticia por completo. Dijo que en un principio había pensado llamarla Daisy Hawkins, aunque es difícil ver cómo habría podido insertar “Daisy” en la meticulosa métrica de la letra en inglés, en la que cada sílaba tónica es seguida por dos átonas, excepto al final de cada verso.

Historia fascinante

Sin embargo, un documento fascinante que se subastará este mes sugiere que Paul sabía más de lo que dejaba ver. Es una página de un registro de cuentas que llevaba la Corporación de Liverpool, la cual enumera los salarios pagados en 1911 a una afanadora del Hospital de la Ciudad en Parkhill, cuya firma era “E. Rigby”.

El documento pertenece a Annie Mawson, directora de una agrupación filantrópica de Cumbria que da clases de música a niños con problemas de aprendizaje y otras discapacidades. La recibió de alguien que trabaja en la oficina de McCartney, luego de que ella envió una carta en la que describía cómo había enseñado a un niño autista a tocar Yellow Submarine. Ahora espera que el dinero de la venta ayude a costear una sede permanente para su agrupación, llamada Fondo Musical Rayo de Sol.

“En 1990 le escribí a Paul McCartney para contarle que trabajaba en una escuela de educación especial en Cumbria –relató Mawson–. Uno de los chicos, que era autista, estaba obsesionado con los Beatles. Construí una relación de mucha confianza con él y le enseñé a tocar Yellow Submarine al piano, con la cual ganó el premio de plata del duque de Edimburgo.

“Fue muy conmovedor verlo salir de su mundo cerrado, y quise que Paul McCartney lo supiera. También quería abrir mi propio centro. Le pedí medio millón de libras, pero cuando terminé mis 11 páginas le dije: ‘En realidad, Paul, no quiero dinero, sino sólo que sepas la alegría que has causado’.

“Meses después recibí una respuesta con un logotipo que sólo podía ser de la oficina de Paul. Dentro estaba este documento, fechado en 1911. Luego vi el apellido Rigby y supe por qué me la había enviado. Creo que al tenerla en las manos uno sostiene un trozo de historia.”

En 1966, después de que Eleanor Rigby salió al mercado, Paul relató en una entrevista: “Estaba sentado al piano cuando se me ocurrió. Me vinieron a la cabeza los primeros compases y un nombre: ‘Daisy Hawkins recoge el arroz en la iglesia’. No sé por qué. No se me ocurrió mucho más, así que la dejé ahí por ese día”.

Afirmó haber tomado el nombre Eleanor de Eleanor Bron, quien participó con los Beatles en la película Help!, y el apellido Rigby de los comerciantes de vinos Rigby & Evens, de Bristol. Pero en la década de 1980 se descubrió en la iglesia de Saint Peter, en Woolton, Liverpool, adonde McCartney y Lennon iban a tomar el sol cuando eran adolescentes, una lápida con el nombre Eleanor Rigby. Esa dama falleció en octubre de 1939, a los 44 años de edad, pero, a diferencia de las personas solitarias de la canción, era casada. Otra tumba tenía el apellido McKenzie. McCartney ha negado que tomara los nombres de allí, aunque ha reconocido que pudo haberlos registrado en el subconsciente.

La subasta se llevará a cabo el 27 de noviembre en la galería Idea Generation, en el este de Londres. Los organizadores esperan recaudar medio millón de libras.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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