Usted está aquí: viernes 14 de noviembre de 2008 Opinión Penultimátum

Penultimátum

■ Cargo de corta duración

Como suele ocurrir cada que se produce una renuncia dentro del aparato gubernamental, el rumor se encarga de precisar las verdaderas causas de la salida del funcionario destinado a pasar al ejército de reserva. Es el caso de quien hasta hace poco desempeñara el cargo de presidente del comité nacional de festejos del Bicentón y del centenario de la Revolución. Ya se puede anticipar que salió porque el puesto es de corta duración. Según nuestros informes, el nuevo titular es el 84 desde que se creó ese nombramiento. Este cargo ya se conoce en la historia de las designaciones oficiales como “el tomas posesión y te vas”, en la índole de la frase de Vicente Fox, nuestro gran ex presidente.

Ahora el turno del breve periodo antes de la renuncia es del para-historiador José Manuel Villalpando, conocido en los mentideros del dato exacto como “El conservador que no tocó el timbre”. Villalpando llegó a la fama a la que puede aspirar con un libro donde sostiene que de vivir ahora don Benito Juárez militaría en las filas del Partido Acción Nacional (PAN).

Don Benito, panista. Un tema para reflexionar cualquier domingo en cualquier iglesia. No estamos de acuerdo con la tesis del gran Villalpando, también conocido como “El promotor de las filiaciones póstumas al PAN”. Y no estamos de acuerdo por lo siguiente:

El PAN todavía no tiene una posición firme sobre la pena de muerte mientras Juárez, según nos informó Villalpando para nuestra sorpresa, mandó fusilar a Maximiliano, Mejía y Miramón.

El PAN no reconoce la separación de alma y cuerpo, cosa que sí hizo Juárez dividiendo al Estado y la Iglesia.

El PAN nunca despediría burlonamente a la emperatriz Carlota, porque la aristocracia bien merece una misa. Así, Adiós mamá Carlota no sería un himno de batalla de los panistas.

El PAN no quiere repetir nombres de calles y, por tanto, en las próximas legislaciones borrará el de Benito Juárez de todas las calles, plazas y avenidas, excepción hecha de un callejón.

A Juárez nunca le darían la portada de una revista de sociales porque es muy fachoso para vestir.

Juárez aceptó que su nombre se incorporara a un danzón. El PAN no puede aceptar que uno de sus miembros ceda su apellido a una pieza populachera. Imagínense una redova que se llame “Fernández de Cevallos no debió de litigar, ay litigar”.

Juárez no defendió nunca como abogado a familias importantes como los Limantour, los Redo, los Creel y los Pérez de Ciudad Neza. Con esa falta de trayectoria, ni quién lo hubiese elegido para un puesto de primer nivel.

Como se ve, el para-historiador Villalpando durará poco con la estafeta del Bicentón. A ver si el próximo sabe cantar Las Mañanitas en inglés mientras baila tap.

 
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