Usted está aquí: viernes 14 de noviembre de 2008 Política El Grupo de Río incorpora a Cuba como miembro de pleno derecho

■ Culmina un proceso de dos años, desarrollado “lenta y cuidadosamente”

El Grupo de Río incorpora a Cuba como miembro de pleno derecho

■ Únicamente El Salvador se mantuvo hasta el final en su postura contraria a tal decisión

Blanche Petrich y Alfredo Valadez (Enviada y corresponsal)

Ampliar la imagen Vista de los participantes en la reunión efectuada en Zacatecas Vista de los participantes en la reunión efectuada en Zacatecas Foto: Alfredo Valadez

Zacatecas, Zac., 13 de noviembre. Cuba fue incorporado ayer al Grupo de Río como miembro de pleno derecho, “conforme a las reglas, valores, principios y procedimientos” de este foro. Al cabo de por lo menos dos años, durante los que fueron siendo superadas no pocas resistencias del ala más proestadunidense del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política, Cuba pasa a ser el integrante número 23.

Tres líneas de la resolución final de la 27 reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Río, que sesionó por la mañana en esta ciudad, coronaron un largo esgrima político con la integración del gobierno de La Habana a uno de los foros regionales que lo había excluido hasta ahora.

Aunque se denominó “reunión de ministros”, solamente estuvieron cinco representantes con ese nivel. Además de la anfitriona, acudieron los cancilleres de Panamá, Honduras, Jamaica y República Dominicana. Los demás eran vicecancilleres o embajadores de rangos diversos. La mayor parte del grupo se quedó en esta ciudad para sesionar en la reunión de funcionarios de alto nivel que prepara la cumbre de presidentes de América Latina, la primera en su tipo, iniciativa del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que tendrá lugar el 16 y 17 de diciembre en Bahía, Brasil.

“Una instancia representativa y plural”: Patricia Espinosa

La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Espinosa, aseguró que este mecanismo, con 25 años de antigüedad, “se enriquece y consolida como una instancia representativa y plural” con esta decisión. El abordaje del tema cubano hizo que a este encuentro asistiera, ya por primera vez, el vicecanciller de la isla, Abelardo Moreno.

Patricia Espinosa admitió que la negociación para la incorporación del gobierno de La Habana, desde que surgió el interés de varios países del grupo (entre ellos México) requirió un proceso “lento y cuidadoso”. Al final, en un contexto continental en el que predominan gobiernos progresistas y llega a su fin la era del presidente estadunidense George W. Bush, cayeron las últimas resistencias. Lo que hará –en opinión de la titular de la SRE– al Grupo de Río un foro “más representativo, más fuerte y más plural”.

A su vez, la secretaria de Relaciones Exteriores de República Dominicana, Alejandra Liriano, recordó que en la pasada cumbre de marzo, que tuvo lugar en Santo Domingo, el foro había refrendado su voluntad de ampliar el grupo. En esa ocasión se incorporó Haití como miembro. Guyana, que ya participaba como representante del Caricom, se sumó también como miembro, por lo que Jamaica ahora asiste como representante del grupo de las Antillas.

Paradójicamente, mientras en Latinoamérica se revierte el aislamiento que se impuso a Cuba desde los tiempos de la guerra fría, los defensores más obstinados de las políticas de bloqueo contra la isla hoy se van quedando solos. O solo, pues en este ámbito y a estas alturas de la historia ya solamente fue El Salvador el que defendió la vieja tesis estadunidense.

Fue Eduardo Calix, viceministro de Relaciones Exteriores salvadoreño, quien todavía a última hora insistía en condicionar la entrada de Cuba al grupo. Nadie secundó sus posturas y fueron finalmente los diplomáticos más experimentados –brasileños, mexicanos y venezolanos– los que zanjaron el tema de la incorporación cubana “conforme a las reglas, valores, principios y procedimientos” del mecanismo.

Calix admitió, en breve entrevista, que fue él quien puso sobre la mesa “el requisito” –no aceptado por los demás– de que Cuba se comprometiera “al respeto de los valores y fundamentos que tenemos nosotros, los países democráticos”. Añadió: “Okey, no nos oponemos al consenso, pero sí queremos compromisos”.

–Al final, Cuba entra sin condiciones.

–No –dijo Calix–. No es incondicional. Si se lee la declaración, recordamos esos principios precisamente para que Cuba los pueda interpretar y asimilar. Es bueno darle la oportunidad de que pueda ir cumpliendo con nuestros principios.

–Su gobierno se quedó solo en esta posición.

–Sí, porque siempre hemos sido consecuentes en nuestra demanda de que Cuba amplíe sus libertades. Lo hemos sostenido siempre, desde que se crea el Grupo de Río.

–Pero El Salvador no es parte del grupo fundador. Se integró en el año 2000, 14 años después.

–Bueno, precisamente. Esos son los sacrificios que hicimos nosotros para formar parte de él.

 
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