Usted está aquí: miércoles 19 de noviembre de 2008 Cultura Masa juvenil colmó sala de conciertos al grito de ¡Gabo!

■ Comenzó coloquio en la UNAM como parte del homenaje nacional al autor de Aura

Masa juvenil colmó sala de conciertos al grito de ¡Gabo!

Ericka Montaño Garfias

La esperanza murió al último, pero cientos de jóvenes abandonaron decepcionados la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario luego de que se formaron desde las ocho de la mañana para entrar al recinto donde se realizó la conferencia El arte de... narrar, cuya mesa fue presidida por el premio Nobel Gabriel García Márquez, quien de nuevo no dijo una sola palabra. Sólo sonrió ante los aplausos que le dieron la bienvenida y los que lo despidieron al grito de ¡Gabo!

A quienes escucharon esos jóvenes que ocuparon los más de 2 mil asientos fueron a los grandes invitados a la sesión inaugural del coloquio, que forma parte del homenaje nacional a Carlos Fuentes.

Oyeron a la Nobel sudafricana Nadine Gordimer; a la brasileña Nélida Piñón; a los escritores Juan Goytisolo, Tomás Eloy Martínez y Sergio Ramírez, colaborador de La Jornada, y al rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro.

Gordimer manifestó: “Siempre he sentido como un privilegio vivir al mismo tiempo que él y compartir la amistad que hemos creado, conocer su trabajo y compartir el mismo lugar y tiempo. Soy afortunada de ser contemporánea de este gran escritor y hombre”, y lamentó haberle hecho caso a la recomendación de Fuentes de no hablar de él.

Por ello leyó La imagen y la palabra, donde advierte acerca de la semialfabetización que se da en todo el mundo.

Nélida Piñón entró en el tema del narrar: “El arte no es nada más que un sencillo intento de esclarecer nuestra presencia en el mundo. Cada gesto narrativo es sin embargo básicamente insurgente, súplica de que los de-seos de la intimidad entre los seres expongan el grado absurdo de la soledad y de la complejidad heredada de la casa y de la cultura de cada quien”.

Sergio Ramírez, escritor nicaragüense y ex vicepresidente de su país, habló de la necesidad prehistórica que tiene el ser humano por contar y escuchar historias y, aunque ya no hay historias nuevas que contar, “siempre será necesario contar, y el lector quiere que se lo cuente alguien que sepa del oficio”.

Lo que se cuenta, añadió, es la experiencia humana.

Más allá del arte de narrar, Juan Goytisolo se refirió a la obra de su amigo homenajeado. El trabajo de Fuentes “se ha proyectado en el futuro” y tiene elementos fundamentales para entender la diversidad y variedad en su obra. “Uno de los grandes logros de la literatura iberoamericana es rechazar la visión de pureza y reconocer que esto es lo que permite la creación de una gran cultura”.

Tomás Eloy Martínez hizo un homenaje a la vida, la conciencia, la ética y la particular complejidad mexicana que se expresa en la obra de Carlos Fuentes.

 
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