Usted está aquí: sábado 22 de noviembre de 2008 Cultura Recital de Gelman devino diálogo con el público ruso en el Instituto Cervantes

■ El escritor y activista argentino leyó una selección de sus poemas en Moscú

Recital de Gelman devino diálogo con el público ruso en el Instituto Cervantes

■ Siempre he protestado contra la injusticia social, manifestó el autor de Los otros

■ Ayer hizo escala en Praga, como parte de la gira europea que realiza el ganador del premio Cervantes 2007

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Ampliar la imagen Juan Gelman, el pasado miércoles, en el Instituto Cervantes de la capital rusa Juan Gelman, el pasado miércoles, en el Instituto Cervantes de la capital rusa Foto: Juan Pablo Duch

Moscú, 21 de noviembre. Juan Gelman, artífice de nuestro idioma que transforma las palabras en el ritmo y la música de su poesía, tocó fibras de emoción en el público ruso que colmó la sede del Instituto Cervantes en esta capital, la noche del pasado miércoles para escuchar de viva voz –una voz pausada y que se nutre de la sabiduría de los años, casi ocho décadas ya– al Premio Cervantes de las Letras 2007, quien leyó una selección de poemas suyos.

Algunos sólo en español y otros –gracias a la impecable versión de Natalia Vanjanen– también en ruso, alternando poeta y traductora la lectura, en una suerte de conjunción de significados y sonidos bilingües que propuso para disfrute de los asistentes el director del principal centro cultural iberoamericano en Moscú, Josep Maria de Sagarra.

“La pregunta que no tiene respuesta…”, comenzó Gelman, Vopros kotori nie imeyet otvieta… prosiguió Vanjanen, y así hasta que se agotó el amplio repertorio de poemas traducidos con antelación.

Luego, el poeta argentino quien decidió “vivir y morir en México”, según dijo en el homenaje que recibió en la Casa de América de Madrid en abril pasado, a petición de un público ávido de escucharlo, siguió leyendo sus poemas sólo en español hasta que el recital derivó, más que una típica sesión de preguntas y respuestas, en un diálogo con los numerosos oyentes.

Del avión al Instituto

–Usted siempre ha sido un rebelde, ¿contra qué protestaría ahora?– preguntó alguien.

–Contra lo que siempre he protestado: la injusticia social– no duda en responder Gelman.

–¿Revisa usted lo que escribió en otras épocas?– inquiere una joven estudiante.

–No, muy rara vez. Cuando creo que un libro está terminado lo dejo descansar y luego, antes de mandarlo a la imprenta, puedo hacerle alguna corrección, pero nunca modifico lo que escribí en otras épocas.

–¿Cuál es su poeta ruso favorito?– lanza una académica.

–Muchos. Esenin, sobre todo, Lermontov, Pushkin claro– respondió Gelman y recitó en ruso un fragmento de un poema de este último, tras recordar que sus padres de origen judío emigraron de la Unión Soviética a Argentina en 1928.

De la poesía a la política: “Es curioso a los poetas siempre nos preguntan de política y a los políticos nunca les preguntan de poesía”, ironiza el autor de Violín y otras cuestiones (1956), su primer volumen publicado, y de la política a la poesía “Me parece que el momento más bello en la escritura de un poema es la escritura misma”, reflexiona el autor de Los otros (2008), su más reciente obra, transcurrió la conversación entre Gelman y sus lectores.

Apenas tres horas después de aterrizar el avión que lo trajo de Viena, lo primero que vio Gelman fue una sala de actos repleta de público y decenas de personas, que no alcanzaron asiento, de pie en los pasillos contiguos.

Gelman vino a Rusia tras asistir a la inauguración de la biblioteca del Instituto Cervantes en la capital de Austria que, desde hace unos días, lleva su nombre y que preside una placa que dice: “Eres mi única palabra, no sé tu nombre”, conocidos versos suyos.

El poeta, quien vivió en Viena en los años 50 como traductor en los organismos internacionales con sede ahí, quiso que la biblioteca Juan Gelman, cuyo acervo reúne cerca de 30 mil volúmenes, estuviera precisamente en esa ciudad, la cual en la época romana se llamó Vindobona (buenos vientos), acaso un antecedente toponímico de su Buenos Aires natal.

Del instituto al avión

Esta es la tercera visita a Rusia de Juan Gelman, también reconocido periodista y luchador social. Vino por primera vez a Moscú en pleno deshielo de Nikita Jruschov, en 1956, a participar en un encuentro de jóvenes poetas y volvió, cuatro años después, con un grupo de periodistas latinoamericanos.

Viajero incansable, dentro de la gira de homenajes en Europa que recibe en su calidad de premio Cervantes, Gelman tuvo este viernes una nueva cita con sus lectores, pero ahora en Praga, la capital de la República Checa.

 
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