■ Construir otra terminal, reclamo ineludible, señalan diputados
Complejo, solucionar saturación del AICM, reconocen ASA y SCT
■ En el primer semestre, aerolíneas mexicanas perdieron $7,733 millones
El director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, cuestionado por diputados sobre la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el riesgo que ello implica, respondió: “No tenemos un problema de seguridad, sino de capacidad en la solución aeroportuaria del Distrito Federal. Se nos está empezando a convertir en un cuello de botella y la solución es muy compleja”.
Al comparecer ante diputados, el presidente de la Comisión de Vigilancia, Antonio Ortega, del PRD, le preguntó a López Meyer y al subsecretario de Transporte de la SCT, Humberto Treviño Landois, en qué momento el gobierno de Felipe Calderón tomará la decisión de construir otra terminal fuera de la ciudad, a partir de los resultados de la Auditoría Superior de la Federación que revelaron un riesgo por la saturación del AICM.
“Ya no sirve para ser el aeropuerto central del país. Y se ha dicho que ojalá no sea una desgracia todavía mayor a la que vivimos hace tres semanas la que orille al gobierno federal a actuar con rapidez y sentido común. Si a (Vicente) Fox lo derrotaron los machetes de Atenco, ojalá que al gobierno de Calderón no lo derrote la irresponsabilidad y la insensibilidad frente a un reclamo que es ineludible”, insistió Ortega.
Ante las críticas, ambos funcionarios señalaron que el hecho de que se rebase la media internacional en operaciones, que según sus cifras son de entre 350 mil y 400 mil al año, no implica que la terminal sea insegura.
Treviño Landois dijo que el aeropuerto se maneja de manera segura, y que el “lamentable accidente” en el que murió el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el 4 de noviembre pasado, no implica que el espacio aéreo de la ciudad de México esté mal administrado.
–Hasta que nos pase algo –punzó Ortega Martínez.
–Igual que en cualquier aeropuerto del mundo –atajó el funcionario, quien enseguida afirmó que no hay una respuesta del gobierno federal a la construcción de un nuevo aeropuerto, pero que “el asunto está incluido en la agenda del Presidente”.
Convocada por la Comisión de Turismo, que preside el perredista Octavio Martínez, para hablar sobre la quiebra de aerolíneas de bajo costo, la compa- recencia de ambos funcionarios derivó en las críticas de los legisladores por la saturación de la terminal.
Más tarde, en entrevista, Treviño Landois aseguró que la SCT trabaja para que “la aviación mexicana sea segura por siempre”. Respecto de las investigaciones sobre la muerte de Juan Camilo Mouriño, aseguró que el proceso llevará tiempo porque se están realizando pruebas de laboratorio y simulaciones de vuelo, y ello permitirá determinar las causas del desplome del Learjet 45, ocurrido el 4 de noviembre pasado.
–¿Hay escuelas de aviación patito?
–Probablemente hay alguna escuela que no llene los requisitos de capacitación; es una investigación que está corriendo y corresponde a la Secretaría de la Función Pública investigar conductas indebidas y a nosotros que la entrega de licencias de piloto y los cursos se den de acuerdo con la normatividad, y es lo que vamos a reforzar. Si encontramos una escuela que no cumple con la norma, será sancionada.
–¿Cuántas hay?
–Debe haber decenas.
–Más de cien, pero no todas para pilotos –terció López Meyer.
El subsecretario dijo que si bien la SCT tiene un proceso de registro de pilotos, que deben cumplir condiciones para obtener sus permisos para volar, “hay cosas que fallan, como en cualquier proceso”.
Entonces se le preguntó si quienes viven en las colonias cercanas a la terminal pueden dormir tranquilos.
Exclamó: “¡Tranquilos como duermo yo! Que vivo exactamente debajo de la misma ruta, en Providencia y Concepción Béistegui. Por ahí pasan todos los días los aviones y duermo muy bien, gracias a Dios”.
Durante la comparecencia, Treviño informó que en el primer semestre del año las pérdidas de las líneas aéreas mexicanas ascendieron a 7 mil 733 millones de pesos, principalmente por el aumento en el costo de la turbosina.