Usted está aquí: lunes 1 de diciembre de 2008 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
[email protected][email protected]

■ Dos festejos a la imposición

■ Los traidores de mañana

Si alguien piensa que para el PRD el de ayer fue un acto trascendente, entonces tendrán que creer en la teoría del cascarón vacío, esa que habla de las apariencias, del no contenido, de la fuga de sustancia, y entonces sí que la izquierda electoral mexicana se halla desfondada.

Será mera coincidencia pero ayer también se festejó, si así lo pueden llamar, el segundo año de uno de los gobiernos federales más desastrosos de la historia del país, gobierno que también, por coincidencia, llegó al poder mediante la imposición de un organismo electoral, y en medio de los más creíbles cuestionamientos, al igual que el que ahora se encarama en el perredismo, hasta hoy insignia de la izquierda electoral.

Y mientras en la ciudad de México se afianzan los acuerdos que podrán llevar a los candidatos del FAP a posiciones de poder en diputaciones locales, federales y delegacionales, en otras entidades del país la militancia decide mandar un mensaje claro hacia todos los puntos de ese partido, y lo abandonan en señal de protesta.

Eso que hasta ahora sucede en las bases militantes, se extiende, también, hacia los grupos simpatizantes, que juran no votar por el PRD aunque aceptan que podrían favorecer con sus votos a los candidatos que se dieran a partir de las propuestas de López Obrador, con el FAP como respaldo.

La fuerza de la militancia no parece estar tan dividida, y así lo han leído en algunos de los grupos de mayor peso en lo que queda del PRD. En el primer congreso nacional de Izquierda Social, que encabeza Martí Batres, y que se celebró a finales de noviembre, desde las bases se lanzó la orden de hacer que esa corriente siguiera fiel al movimiento lopezobradorista.

El análisis de esa postura señaló que la oposición real a la política económica y social al gobierno actual no está en los partidos políticos, que cada día se parecen más entre sí por su discurso y su acción, sino en el movimiento que encabeza López Obrador, por lo que su fortalecimiento, se dijo, “es prioridad estratégica”.

Y en esa idea, donde se advierte que ni el PRD, y menos aún el PRI, por mencionar sólo esos dos organismos, representan una opción para un México diferente, queda claro que el cascarón ya casi no tiene nada, y que la desbandada cohesionará la idea de muchos por hallar un nuevo horizonte.

Aunque si se quiere conseguir esa nueva meta lo menos indicado sería volver a alimentar a quienes siempre, al final del día, se convertirán en los traidores de mañana. Por eso, cuando se dice que Héctor Bautista (ADN) soltó un lugar para que el secretario de Gobierno del DF, José Ángel Avila, se colara entre los consejeros, sólo se puede pensar que Bautista, incondicional del chucherío, logró, por fin, el apoyo que necesitaba para lanzarse como próximo candidato del PRD al gobierno del estado de México.

El acuerdo, que no llega aún a alianza, señala que ADN, la corriente más importante de NI, podría emigrar en el momento que mejor le convenga hacia una nueva expresión, cosa que en cuestión de votos podría dar ventajas a los nuevos aliados, aunque siempre se caminaría por el filo de la traición, y eso no lo debe perder de vista el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, a menos que tenga planes que aún no hace públicos.

De cualquier forma, por el momento ya está montado el cascarón, la fuga ya se hizo evidente, sólo falta saber quiénes irán a la contienda electoral y de dónde habrán de salir para que por fin se vislumbre un futuro creíble para el PRD. Así está la cosa.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.