Usted está aquí: viernes 12 de diciembre de 2008 Política Tras 15 meses de angustia la familia Vargas Escalera recibe la fatal noticia

■ Los secuestradores de Silvia desoyeron súplicas, ruegos y ofrecimientos económicos

Tras 15 meses de angustia la familia Vargas Escalera recibe la fatal noticia

■ Presentaron denuncia, proporcionaron datos de los presuntos delincuentes; todo fue inútil

Rosa Elvira Vargas

Ampliar la imagen El 25 de agosto pasado, sobre la lateral de Paseo de la Reforma, Silvia Escalera Montes, madre de Silvia Vargas, manifestó: "… de corazón, no hay rencor ni odio, no habrá represalias y sí recompensa para quienes nos den informes precisos que nos conduzcan a ella" El 25 de agosto pasado, sobre la lateral de Paseo de la Reforma, Silvia Escalera Montes, madre de Silvia Vargas, manifestó: “… de corazón, no hay rencor ni odio, no habrá represalias y sí recompensa para quienes nos den informes precisos que nos conduzcan a ella” Foto: Alfredo Domínguez

Los ruegos que 11 meses atrás hiciera sólo por vía telefónica, el lunes 25 de agosto alcanzaron la dimensión del grito, del clamor. “¡Por piedad, devuélvanme a mi hija!”, imploró la señora Silvia Escalera Montes frente a cámaras y micrófonos.

Tres meses después, a esa plegaria dirigida a los secuestradores de Silvia Vargas Escalera se sumaría otro grito, éste de reclamo e indignación por parte de su padre, Nelson Vargas Basáñez.

“¿Eso es no tener nada? ¡Eso es no tener madre!”, tronó el empresario y director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) en el sexenio pasado.

También ante la prensa, denunció así a las corporaciones policiacas encargadas del caso por no seguir las pistas que desde un principio él había aportado para eventualmente ubicar a los autores del secuestro.

Ayer, las autoridades señaladas por Nelson Vargas presentaron los resultados del trabajo forense practicado en los restos hallados el pasado día 5 en una casa del pueblo San Miguel Xicalco, en la delegación Tlalpan. Corresponden, en efecto, a Silvia Vargas Escalera.

Aunque en muchos círculos se conocía la desgracia que se abatía sobre esa familia, por petición expresa, y siempre con la esperanza de recuperar sana y salva a la joven Silvia, todos evitaron hacerlo público.

Sin embargo, pocos días después de revelarse el asesinato del adolescente Fernando Martí, también como resultado de un plagio, la señora Silvia Escalera convocó a otra conferencia de prensa y alegando de nuevo razones de seguridad, pidió expresamente no adelantar información.

Sin embargo, un diario buscó dar la “primicia” y difundió el caso a ocho columnas.

El lunes 25 de agosto, en la lateral de Paseo de la Reforma, frente a Chapultepec, y con el fondo de una gran manta con la fotografía de su hija y el número telefónico 01800-8319696 para que se proporcionara información sobre su paradero, Silvia Escalera rogó: “Por piedad, devuélvanme a mi hija; de corazón, no hay rencor ni odio, no habrá represalias y sí recompensa para quienes nos den informes precisos que nos conduzcan a ella o para quien nos la devuelva”.

Y reiteró su compromiso: “Lo único que me interesa es recuperarla. Quiero que sepan que el acuerdo sigue en pie, solamente devuélvanme a mi hija y ustedes tendrán su recompensa”.

Con la expectativa de que su denuncia pública produjera algún efecto positivo en la búsqueda de su hija, Silvia Escalera Montes debió salir un día después a desmentir a dos diarios capitalinos, los cuales publicaron que los secuestradores habían solicitado 2 millones de dólares como rescate.

“Es impreciso que actualmente se ofrezca una recompensa por la cantidad de 2 millones de dólares como han difundido algunos medios… la cantidad solicitada por las personas que se la llevaron fue de 3 millones de pesos”, aclaró.

El 10 de septiembre, Nelson Vargas, Silvia Escalera y su hijo Nelson ofrecieron una nueva conferencia de prensa y concedieron múltiples entrevistas en las cuales dieron a conocer algunos pormenores sobre el rapto ocurrido el 10 de septiembre de 2007, cuando Silvia se dirigía al colegio Alexander Bain, en el sur de la ciudad, a bordo de una camioneta Ford Escape modelo 2001, color negro, placas 221-PSJ del Distrito Federal.

El vehículo fue recuperado el 18 de septiembre cuando, mediante un mensaje anónimo, los captores les dijeron que estaba en la calle Mina, número 144, colonia Guerrero, delegación Cuauhtémoc.

En sus rostros, el dolor que sólo un padre puede sentir y también la voluntad de no claudicar:

“Sabemos que son 365 días, que son esperanzas y no realidades, pero no nos vamos a cansar, no nos vamos a resignar. Tengo fe en que mi hija está viva y voy a buscarla debajo de las piedras si es necesario, donde sea”, manifestó Nelson Vargas.

Mensaje similar expresaría un mes después, cuando presentó sendos libros donde recoge su experiencia en el mundo deportivo. “No debo sentirme muerto, tengo que demostrarles (a sus hijos y nietos) que, a pesar de que tengo muerta una parte de mi ser, sigo en la lucha para que ellos entiendan que tienen familia y tienen que echarle ganas”.

Pero hace tres semanas, Nelson Vargas ya no aguantó. En un nuevo encuentro con la prensa, al cumplirse un año del plagio de su hija, reclamó a Eduardo Medina Mora y a Genaro García Luna, titulares de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, respectivamente, no tener detectados a los responsables del secuestro de Silvia a pesar de que él proporcionó indicios sólidos sobre un sospechoso.

Los acusó de “no tener madre” al no seguir la pista de Óscar Ortiz González, un ex chofer que convivió cerca de dos años con la familia Vargas Escalera y quien, aseguró, forma parte de la banda de secuestradores denominada Los Rojos y es hermano de Raúl Ortiz, El Flaco, quien escapó de la custodia de la PGR cuando estaba internado en el hospital de Xoco, el 28 de septiembre pasado.

Acompañado de Silvia Escalera, dijo entonces: “Ya imploré… ahora exijo”. Su ex esposa lo secundó: “Exijo a las autoridades que reconozcan sus errores y como hombres verdaderos lo sean. Un hombre verdadero está consciente del precio de sus errores. (…) Les pedimos a las autoridades que con ética y con profesionalismo den la cara como mexicanos responsables y como profesionales”.

Hace una semana, después del hallazgo de restos humanos que, ahora se sabe, corresponden a Silvia Vargas Escalera, la familia de la joven anunció que se mantendría atenta a las investigaciones y los resultados oficiales de los estudios que relizarían peritos de la PGR. Porque no era la primera vez, decían, que aguardaban la conclusión de indagatorias similares.

 
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