Usted está aquí: viernes 12 de diciembre de 2008 Sociedad y Justicia Arribaron a la Basílica unos dos millones de fieles guadalupanos para festejar a la Virgen

■ Salud, trabajo y hasta el esclarecimiento del caso de las muertas de Juárez, entre las peticiones

Arribaron a la Basílica unos dos millones de fieles guadalupanos para festejar a la Virgen

Jorge Caballero

Ampliar la imagen Panorámica del atrio de la Basílica de Guadalupe, lleno de peregrinos procedentes de toda la República, durante las festividades por el 477 aniversario de las apariciones de la Virgen del Tepeyac Panorámica del atrio de la Basílica de Guadalupe, lleno de peregrinos procedentes de toda la República, durante las festividades por el 477 aniversario de las apariciones de la Virgen del Tepeyac Foto: Francisco Olvera

El fervor de los mexicanos hacia la Virgen de Guadalupe volvió a refrendarse la noche de ayer al cumplirse el 477 aniversario de su aparición en el cerro del Tepeyac y haber estampado su imagen en el ayate del indio Juan Diego.

Aproximadamente dos millones de fieles provenientes de todos los estados de la República vinieron a pedirle a la patrona de América salud y trabajo, principalmente. Otros, a pagarle mandas por milagros recibidos, y hasta “darle luz a los mexicanos para que les abra los ojos y elijan políticos más decentes que esclarezcan los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez”, como refirió la señora Elvira Alcántara, quien trabaja en una maquiladora de dicha población e hizo el viaje acompañada de su hija Irene.

Desde las primeras horas del miércoles las peregrinaciones de fieles comenzaron a arribar a la Basílica de Guadalupe, uno de los tres santuarios más importantes del mundo, para celebrar a la morenita del Tepeyac, quien a lo largo de la historia ha sido símbolo del sincretismo religioso entre los pueblos indígenas, español y mestizo, y ha servido como estandarte independentista y aglutinador para darnos una idea de pertenencia, de sentirnos como pueblo.

De rodillas hasta el atrio

De hinojos, auxiliados con rodilleras de trapo o mantas, llegan algunos visitantes, como Jesús Juárez, proveniente de Veracruz, quien inició su manda desde calzada de Guadalupe para pedirle a la Virgen “que todo salga bien en la operación a corazón abierto que me van a hacer el 25 de enero. Mis gemelitos de 5 años, Irvin y Jesús, son los que más me preocupan”.

A mitad de su trayecto, Jesús se sintió desfallecer, pero los buenos samaritanos Eduardo Prago y su hermano, Raúl Alberto, lo ayudaron a terminar su viacrucis. Al llegar al atrio soltó el llanto y se persignó. Inmediatamente quiso incorporase, pero no pudo, tuvieron que cargarlo y llevarlo a la enfermería para que le curaran las rodillas a punto de sangrar.

El reparto de agua gratuita a los fieles y la comida en los puestos en las inmediaciones del recinto, aminoraron las penurias de los fieles. El fervor profesado resultaba ininteligible para la lógica neuronal, pero perfectamente entendible para el corazón.

Cargando imágenes de la guadalupana hechas con chaquira o pintadas con acuarelas, así como esculturas realizadas con fibra de vidrio, resina o yeso –de 30 centímetros o hasta de 3 metros–, carteles enmarcados, o portando ayates al estilo Juan Diego, los feligreses llegaban al atrio entonando cánticos para culminar su travesía religiosa.

A su vez, la explanada ya estaba repleta de improvisadas tiendas de campaña aguardando a la medianoche, momento culminante para entonarle las mañanitas a la Virgen del Tepeyac.

Los bailes indígenas también se hicieron presentes para celebrar, recordar y mantener la tradición oral de su otrora Tonantzin. Sus danzas fueron presenciadas por una gran cantidad de gente.

Los diferentes dialectos y el español con los que se comunicaba la mayoría de los concurrentes no importó, pues todos perseguían el mismo fin: celebrar y ver a su patrona.

Hasta el cierre de esta edición, el servicio médico atendió a 622 personas con presión alta o baja, caídas leves e insolaciones. Además hubo 7 extraviados, 940 personas voceadas y la población flotante se calculaba en 35 mil.

Además, se esperaba la presencia de varias figuras del espectáculo, como Marco Antonio Solís, El Buki, Alexander Acha, Vicente Fernández Jr., María Victoria, Guadalupe Pineda y Lucero, entre otras, quienes le cantarían las tradicionales mañanitas al mayor símbolo religioso de México y América Latina.

Algunas de las historias de los peregrinos las continuaremos mañana.

 
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