Usted está aquí: sábado 13 de diciembre de 2008 Economía Triunfan trabajadores que tomaron una fábrica en Chicago para lograr demandas

■ Número de solicitudes para beneficios de desempleo la semana pasada, el más alto en 26 años

Triunfan trabajadores que tomaron una fábrica en Chicago para lograr demandas

■ Con su movimiento demostraron que el rescate del sector financiero no beneficia a las mayorías

David Brooks (Corresponsal)

Nueva York, 12 de diciembre. Triunfaron los trabajadores que ocuparon una fábrica en Chicago durante seis días al obtener sus demandas en lo que se convirtió en símbolo nacional de los costos de la crisis para trabajadores y cómo el rescate del sector financiero no beneficia a las mayorías.

Con solo tres días de aviso, los más de 250 trabajadores fueron informados que la fábrica cerraba sus puertas el viernes pasado como resultado de que su línea de crédito había sido cancelada por el Bank of America, que recién había sido rescatado con 25 mil millones en fondos públicos. Ese viernes en lugar de salir, los trabajadores tomaron la fábrica y mantuvieron un plantón las 24 horas en turnos para demandar el pago de su liquidación, vacaciones acumuladas y otros beneficios.

Con declaraciones de apoyo a sus demandas por el presidente electo Barack Obama, varios legisladores federales y figuras como el reverendo Jesse Jackson y dirigentes sindicales, la acción se volvió noticia nacional como ejemplo de cómo el rescate del sector financiero sólo beneficiaba a los banqueros, mientras los trabajadores estaban enfrentando despidos masivos por todo el país.

“Hemos logrado una victoria”, anunció Armando Robles, presidente de la sección 1110 del sindicato electricista United Electrical, Radio and Machine Workers of America (UE) cuando sus más de 200 agremiados en la fábrica Republic Windows and Doors aprobaron el acuerdo la noche del miércoles. “La ocupación se acabó. Dijimos que no nos iríamos hasta lograr la justicia, y ahora la tenemos”.

Mark Meinster, otro representante de la UE dijo que “ojalá esto sirva de ejemplo para trabajadores a lo largo del país de que cuando cosas como estas suceden, uno se puede levantar, expresarse y ganar”.

El acuerdo negociado entre el sindicato, los bancos y la empresa –con la intermediación del representante federal Luis Gutiérrez, entre otros– y aprobado ahora, suma 1.75 millones de dólares, lo cual otorga a los trabajadores ocho semanas de sueldo como liquidación, dos meses de seguro médico y pago para vacaciones aun no usadas –todas las demandas básicas que presentaron. Para dichos propósitos, el Bank of America otorgó un préstamo por 1.35 millones a la empresa, mientras que JP Morgan Chase otorgó 400 mil para los mismos fines.

El presidente nacional de UE, Bob Kingsley, calificó el acuerdo como “un triunfo para todo hombre y mujer trabajador que enfrentan incertidumbre, injusticia y pérdida de empleo en una economía en apuros”. A la vez, el sindicato anunció la creación de un nuevo fondo dedicado a recaudar recursos para reabrir la planta, con dinero del sindicato y miles de dólares en donativos enviados en solidaridad con la acción desde varias partes del país y hasta del extranjero.

“Sí se puede”, corearon los trabajadores, y aunque reconocieron que por ahora no se logró recuperar el empleo, sí triunfaron en obtener lo que se les debía por ahora.

Despidos masivos

Sin embargo, los 260 trabajadores de Republic sólo son una gota en un mar de despidos masivos que se anuncian casi todos los días. Hoy, cifras oficiales revelaron que el número de solicitudes para beneficios de desempleo la semana pasada fue el más alto registrado en 26 años.

Y mientras Bank of America se vio obligado a ofrecer el préstamo para resolver esta disputa en Chicago, esa misma empresa financiera anunció hoy que espera eliminar 35 mil de sus empleos durante los próximos tres años.

Mientras tanto, permanece en el limbo el rescate de las tres empresas automotrices estadunidenses, con el proyecto de ley aprobado por la cámara baja anoche ahora anulado por el Senado, donde una propuesta alternativa implica severos recortes de sueldos y beneficios para los trabajadores como condición para un rescate gubernamental. El fracaso de estas empresas podría implicar millones de despidos más en esta crisis.

 
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