Usted está aquí: sábado 13 de diciembre de 2008 Política Al rojo vivo: fracaso esférico de las cuentas individuales

Gustavo Leal F.*

Al rojo vivo: fracaso esférico de las cuentas individuales

Después de la estatización del sistema pensionario argentino, las cuantiosas “minusvalías” sobre los fondos de los trabajadores mexicanos y el estrepitoso derrumbe del Pensionissste-Yunes, Moisés Schwartz, presidente de la Consar, empezó a desvariar.

Apenas en abril de 2007 había externado que “las Afore son negocios rentables. Mientras un afiliado requiere 44 meses para obtener rendimientos, en sólo 22 meses los dueños recuperan su inversión”.

Pero ya con la turbulencia bursátil a cuestas, año y medio después, reconoció ante senadores que seis de las 18 afores: Bancomer, Banamex, HSBC, ING, Principal y Scotia, tienen capital mayoritariamente extranjero “y pueden tener hasta el 100 por ciento, de acuerdo al TLC”, sin siquiera reparar en las consecuencias de sus atropelladas palabras: “sería aventurero cambiar la regulación”!

Por su parte, Samuel Aguilar Solís –diputado priísta plurinominal que leyó ante el pleno camaral la iniciativa de “reforma” calderonista al ISSSTE el 15 de marzo de 2007– una vez más mudó de muy entusiasta defensor de las cuentas individuales impuestas a los trabajadores de nuevo ingreso a severo comisario de la Consar.

Primero ofreció que los legisladores “dictaminarían” para reducir de 20 a 10 por ciento la autorización a las Afore para invertir el ahorro de los trabajadores en el extranjero, a pesar de la “oposición” de Schwartz. Luego elevó el tono de su reclamo y advirtió que la Consar “no cumple el objetivo para el que fue creada”. Finalmente sostuvo que se trata de “un saqueo bajo la complacencia de Schwartz, que ha cedido a las presiones de las administradoras”. El porrista se transmutó en vituperador!

¿Cuánto tardará en sumarse a esta “nueva” posición “estrátegica” el senador plurinominal “socialdemócrata” Mario Fabio Beltrones, quien (después de afectar severamente en 2004 –entonces como diputado priísta la contratación de trabajadores del IMSS-Levy) encabezó el fast track que aprobó la “reforma” al SAR de 2007 y luego sostuvo que: “hicimos modificaciones que no se pensaban posibles; hicimos lo que no se hizo en 1997”?

Acosado por la cascada de evidencias contundentes sobre la inviabilidad de las cuentas individuales, el presidente de la Consar se ha contentando con “exhortar” a las Afores para que reduzcan sus comisiones (17 de noviembre) y recitar lo que ya puede bautizarse como el Credo Schwartz para la permanente prudencia.

Su mensaje, casi ecuménico, consiste en repetir hasta el hartazgo una pieza que enumera la siguiente cadena “argumental”: ¡Trabajadores! La viabilidad de sus inversiones es a laaargo, laaargo, plazo. Aguanten! No miren el presente, vean el laaargo, laaargo plazo. Y mucho ojo: tampoco cambien jamás de Afore. Así evitarán que su “minusvalía” se vuelva una irreparable pérdida. Sean muy pacientes y, de preferencia, tampoco cuestionen el sistema, ¡porque es el mejor! Los rendimientos no se elevan por decreto, ¿verdad? El laaargo, laaargo plazo del mañana tendrá la última palabra.

Este futuro casi extraterrenal del Credo Schwartz también ha sido propalado por Óscar Franco desde la Amafore: “las respuestas de política económica que den los países en el mundo ayudarán a restablecer el funcionamiento de la economía. Esto traerá como consecuencia que las minusvalías que han afectado al sector se recuperen en el futuro”.

Y hasta por el propio secretario de Hacienda Casterns: las minusvalías “son de carácter coyuntural” afirma, aunque claramente reconoce, desde ahora, que el gobierno “pagará esos recursos a su vencimiento”. ¿Rescatando en el futuro cercano con recursos públicos a las Afore, cuando a él ya lo haya jubilado el Fondo Monetario Internacional?

Mientras, la Condusef no se rezaga: a pesar de las minusvalías, la inversión en las Afore “sigue siendo una buena opción, ya que los beneficios se obtienen en el largo plazo”.

Sólo faltaba que oootra iniciativa de “reforma” para “incrementar” los controles sobre las Afore, “regular” el cobro de comisiones, “transparentar” el manejo de las cuentas individuales y “proteger” el ahorro de los trabajadores, del senador José Guillermo Anaya –secretario general del CEN del PAN, integrante de su Comisión de Plataforma Electoral, experto en derecho corporativo, avanzado defensor de la “reforma” calderonista del ISSSTE frente a la SCJN y presidente de la Comisión de Seguridad Social–, y “completada” por la del senador priísta Carlos Lozano, fuera aprobada el pasado 9 de diciembre y remitida a los diputados. Oootra “reforma” Beltrones bis!

Como señaló la fracción senatorial perredista “es una aspirina: no contempla cambios de fondo”. Pero Beltrones todavía insiste en “debatir” –ahora sí en el corto plazo– el “futuro” de la seguridad social y el ahorro para el retiro de los trabajadores.

“Con la reforma del ISSSTE, dijo Calderón el 14 de noviembre, tomamos una decisión correcta y desactivamos a tiempo una situación de riesgo que hubiera hecho crisis tarde o temprano en las finanzas públicas del país”.

Desde la de Zedillo al IMSS (1995) hasta la de Calderón al ISSSTE (2007) –y sus variaciones impuestas en el SNTSS y el SUTERM–, el problema de fondo es la naturaleza de las cuentas individuales, sus comisiones y la intermediación financiera innecesaria que representan. Ni aún con un desempeño bursátil óptimo, ellas serán capaces de garantizar –en el mentado laaargo, laaargo plazo– pensiones siquiera equivalentes a las que sí garantizaban las leyes previas que, interesadamente, Zedillo y Calderón abrogaron.

La hora de la reforma de esas “reformas” tecnocrático-financieras ha llegado. ¡Hay que tramitarla ya!

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

 
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