Usted está aquí: martes 16 de diciembre de 2008 Espectáculos Carrera: De la infancia retrata la descomposición familiar en México

■ Todos se verán reflejados, pues la historia tiene muchos referentes reales, expresa

Carrera: De la infancia retrata la descomposición familiar en México

■ Los niños que aparecen en la película copian patrones violentos que ven en su realidad inmediata, comenta el realizador en una vista al set de filmación

■ Se estrenará en 2009

Arturo Cruz Bárcenas

“En la película De la infancia todos los mexicanos se verán, de alguna manera, reflejados, pues es una historia con muchos referentes reales”, expresó Carlos Carrera, director de esta cinta, que se estrenará en 2009, en entrevista realizada en los Estudios Churubusco, donde se terminó de rodar esta producción de 22 millones de pesos.

La plática se efectuó en una locación del filme, donde se observó el trabajo de actores adultos y niños. Se proyectó una secuencia de imágenes que dan idea de lo que finalmente se verá. El padre de familia, Damián Alcázar, quiere a sus vástagos, pero el medio de pobreza, con algunas locaciones en barrios de Iztapalapa, lo limitará.

Alcázar grita que sacará a sus seres queridos de ese maldito barrio, lo cual nunca se realizará. Es el drama de millones que viven hacinados en las saturadas colonias del Distrito Federal.

Para Carrera, trabajar con niños “no es difícil; es divertidísimo”. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Mario González, con la cual tuvo contacto en 1999. “Lo que me llamó la atención fueron los personajes y la relación entre el padre y el hijo. Tomamos muchas situaciones, respetando todo lo que ocurre para dar un orden cinematográfico.

“Hay escenas en las que el niño no entiende la violenta reacción del padre.”

Cada vez más frecuente

–¿Esto refleja el fracaso de muchos matrimonios?

–Lo más sano, cuando algo no funciona, son los divorcios. Efectivamente, vivimos una etapa en la que las familias desintegradas son cada vez más comunes; también las familias integradas a la fuerza y bajo una red de dominio de uno de los miembros. A veces es mejor que vivan separados que juntos en un ambiente de terror.

“Al platicar con niños me doy cuenta de que un alto porcentaje deellos tienen experiencias similares. Lo que reflejamos en esta película sí es parte de un fenómeno común a toda la sociedad. No sólo hay una descomposición en lo macro, sino en la familia.

“Se crean problemas para convivir civilmente y demostrar afecto. Muchas generaciones de mexicanos crecen así.”

–¿Cómo le fue a usted de niño?

–Bien y mal. Mi familia fue funcional. Con la película me espejeo en algunos rasgos. Todas las personas, ya sea que vengan de familias felices o infelices, van a encontrar en esta película cosas que experimentaron y sintieron.

–En la historia hay fantasmas, los que persiguen a los niños.

–El personaje que se llama Damasco (Gael Zárate) imagina todas esas cosas.

–¿En esta película cuál es el crimen del padre (del personaje de Alcázar)?

–Su indefinición, su frustración y cómo proyecta, a pesar del amor que les tiene a los hijos, todo su entorno.

–No todos los niños son puros e ingenuos.

–No. Éstos (los de su película) no. Copian patrones violentos que ven en su realidad inmediata.

–¿Quién tiene más defensas sociales: un niño de Las Lomas o uno de una colonia de tantas que hay en Iztapalapa?

–Uno de de Iztapalapa, porque tiene más información, más contacto con la vida, con el batallar diario. El rico vive en un mundo artificial, pero no se puede generalizar. Es difícil tratar el tema de la niñez.

Para Damián Alcázar (Basilio), “hay escenas que son sintomáticas de lo que pasa con una familia como medio disfuncional: al niño primero le dicen que cuando se pelee en la escuela él tiene que dar el primer golpe, porque el que pega primero pega dos veces.

“¿El otro cómo quedó?, le preguntan. Cuando el niño se peleó nuevamente y lo expulsan, y el otro quedó muy lastimado, el papá va y habla con el prefecto y trata de que lo perdonen, pero no lo consigue. Acaba regañándolo, lo zapea y lo mete a un cuarto oscuro.

“Los niños están asustados en una casa donde llegan a vivir y ven fantasmas. Los papás jamás creen en eso. ‘Órale, pinche escuincle’, le dice, y lo mete. El niño está muy enojado porque ahora que ganó lo castigan. Eso ocurre normalmente entre padres e hijos, entre los que no hay, para nada, un entendimiento, y menos cuando es una familia muy pobre.”

No hay villanos

Agrega: “Aquí no hay villanos; es una cosa real, porque no podemos decir que los papás que le pegan a sus hijos son villanos. Lo son, pero son el resultado de un círculo constante que está, creo, basado en la necesidad económica, cuando hay hambre y necesidades, presiones económicas, los papás se vuelven borrachines. La pareja ya no funciona; o sea, 80 por ciento de la familia mexicana. Cómo dice el dicho: cuando la necesidad entra por la puerta, el amor sale por la ventana.

“Se acabó la pareja cuando no hay dinero. La mamá, a puro zape, descalificación y pellizco. Así crecimos, y el que diga que no, nomás que se acuerde”, añadió Damián Alcázar.

Giovanna Zacarías, quien desempeña el papel de Sofía, la mujer de Basilio, expuso: “Estar en esta película ha sido toda un experiencia de vida, un proceso muy catártico porque tal vez yo no haya tenido una infancia tan tremenda como la que han tenido estos niños, golpeada, triste, cruel; pero cada uno tiene su infancia y sabe muy bien de las cicatrices que tiene por ahí.”

 
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