Usted está aquí: miércoles 17 de diciembre de 2008 Sociedad y Justicia Denuncian ONG intento gubernamental de sustituir el régimen de protección al maíz

■ Exigen consulta pública antes de cambiar la ley de bioseguridad

Denuncian ONG intento gubernamental de sustituir el régimen de protección al maíz

Matilde Pérez U.

Organizaciones campesinas, científicos e investigadores demandaron al gobierno que haga una consulta pública antes de “anexar” ocho artículos al reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, con los cuales pretende sustituir el régimen especial de protección al maíz.

Integrantes de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Semillas de Vida, Grupo de Estudios Ambientales, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC), Fomento Cultural y Educativo y Greenpeace asentaron que el pasado fin de semana, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) introdujo a su página de Internet una serie de documentos con los cuales “está dando por concluido el procedimiento de elaboración de régimen especial de maíz”, el cual empezó en abril pasado.

La propuesta –dijeron– es reformar el reglamento de la ley de bioseguridad, lo cual es improcedente, ya que antes debería consultarse públicamente, como determina el artículo 69 de la legislación en materia administrativa.

Elena Álvarez Bulla, de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, advirtió de la liberación de semillas de maíz genéticamente modificadas (OGM), ya que implicaría poner en riesgo las variedades del grano y su diversidad. Agregó que la exigencia de los expertos es que Estados Unidos realice un estudio cuantitativo para determinar el tipo de transgenes que hay en el maíz, ya que las compañías que elaboran las semillas OGM no han hecho pública dicha información.

Por ello –sostuvo–, México debe cerrar sus fronteras a la importación del grano y aplicar la recomendación de la Comisión de Cooperación Ambiental, que en 2004 propuso que se cancelaran las compras a Estados Unidos para impedir la contaminación genética de las razas criollas.

Alejandro Espinosa, integrante del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, A- grícolas y Pecuarias (INIFAP), desmintió que con las semillas genéticamente modificadas se eleva la productividad del maíz. Se ha comprobado que con la tecnificación del riego, la mejora del suelo y otras acciones se pueden tener rendimientos hasta de 14 toneladas por hectárea en zonas de temporal, como este año sucedió en parcelas de campesinos afiliados a la ANEC.

Álvarez Bulla dijo que México no puede competir con los 20 billones anuales de subsidios que el gobierno estadunidense entrega a los productores de maíz; “hablar de competitividad de los campesinos mexicanos frente a ellos es ridículo”, acotó.

Álvarez Bulla comentó que los científicos de Estados Unidos han sugerido que las semillas de maíz híbrido que se venden en México podrían estar contaminadas, al igual que el amarillo que se importa para consumo pecuario.

 
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