Usted está aquí: viernes 19 de diciembre de 2008 Cultura Penultimátum

Penultimátum

■ Sociedad anónima

Fue una pésima copia de Ventaneando, el programa cultural de los canales electrodomésticos (es decir el 7 y el 13), por eso no debe extrañar que su paso por uno de los canales de Televisa concluya el último día del año. Nos referimos a La Oreja, iniciado con antiguos colaboradores de Paty Chapoy, la reina de los espacios televisivos dedicados a dar cuenta de la vida y milagros del mundo del espectáculo. Con tantas décadas de experiencia, con la posibilidad de contar con un conductor capaz, no se explica por qué Televisa encargó conducir La Oreja a un personaje incapaz de hilar dos frases sin atropellar el idioma.

La revelación de la semana: “Tenemos demasiadas parejas que viven una sociedad anónima egoísta a la que llaman matrimonio, se casan para sacar tajada. Tenemos demasiadas casas de huéspedes y muy pocos hogares. Hay que salvar a los padres si queremos salvar a los hijos. Tenemos que ayudar a las parejas a descubrir la alegría y la profundidad que da el amarse en Cristo si queremos que los hijos sean felices. Necesitamos impulsar más el concepto de familia y del matrimonio católico para que las parejas sepan que casarse no es una decisión light que se puede tomar de un momento a otro, sólo porque, si no funciona, puedes divorciarte”. Ignacio Olvera, dirigente del movimiento Encuentros Cristianos de Integración Matrimonial y uno de los organizadores de la Jornada Mundial de la Familia, a celebrarse en México en enero próximo.

Acorde con ese pensamiento, y seguramente para animar la citada jornada, el Vaticano acaba de publicar un nuevo documento doctrinal,  Dignitas personae, donde se afirma que el origen de la vida humana “tiene su auténtico contexto en el matrimonio y la familia, donde es generada por medio de un acto que expresa el amor recíproco entre el hombre y la mujer”. Además, el documento confirma el juicio negativo que la Iglesia tiene sobre la “fecundación in vitro”. Solamente acepta técnicas que respetan el derecho a la vida así como la unidad del matrimonio y el acto de procreación conyugal. Y de remate condena la clonación terapéutica, aunque sea para ayudar a los enfermos, por ser “incompatible con la dignidad humana e implica producir embriones con el propósito de destruirlos”. Así, la Iglesia navega a contracorriente del mundo.

Aunque la Jornada Mundial de la Familia es una de las reuniones más importantes patrocinadas por el Vaticano y cuenta con el apoyo financiero de la derecha empresarial, no contará con la presencia de Benedicto XVI. Mandará su mensaje vía satélite. Esta ausencia evidencia el distanciamiento del pontífice con el cardenal Norberto Rivera (uno de los más interesados en la visita) y con Los Legionarios de Cristo, organización que fundó el indefendible Marcial Maciel.

 
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