Usted está aquí: viernes 19 de diciembre de 2008 Espectáculos Botellita de Jerez festejará hoy en El Imperial 25 años de guacarrock

■ Se presentarán en el Festival de la Digna Rabia a finales de diciembre

Botellita de Jerez festejará hoy en El Imperial 25 años de guacarrock

Tania Molina Ramírez

“El famoso Guadalupe-Reyes a la mejor debería ser Reyes-Guadalupe”, propuso Francisco Barrios, El Mastuerzo, integrante de la legendaria banda Botellita de Jerez, que marcó un parteaguas en el rock nacional.

Los botellos, por lo pronto, piensan poner el ejemplo: la celebración de su 25 aniversario continuará hasta el próximo 2 de abril, y una de las fiestas será hoy en El Imperial, y otra el 27 en el Festival de la Digna Rabia.

La propuesta del Reyes-Guadalupe también viene al caso, porque si bien parecería que no hay nada qué celebrar en este país, “la fiesta es una forma de resistencia”, dijo El Mastuerzo.

Para los botellos, otra forma de resistencia es simplemente ser felices. “Juan Jacobo Rousseau decía: ‘¿quieres molestar a tus enemigos? Sé feliz’. Pues lo seremos”, dijo Armando Vega-Gil, el bajista.

Botellita de Jerez ha aportado a esta causa, si se toman en cuenta las innumerables pachangas (suponemos que felices) en las cuales sus canciones han estado presentes, o en la enorme influencia que han tenido en los músicos de las generaciones que les siguieron.

Así quedó claro ahora que abrieron una convocatoria para que grupos enviaran sus propuestas para el soundtrack de su largometraje Naco chido (antes llamado Plan B), que será presentado en el próximo festival de cine en Guadalajara: ya les llegaron casi 50 piezas de bandas, desde Café Tacvba hasta el jarocho Sonex, con enorme variedad de estilos e instrumentos.

Más puerco, más aroma

Todos estos grupos le deben a Botellita de Jerez haber abierto el camino y puesto sobre la mesa el guacarrock, aquel retomar de los ritmos mexicanos, pero con punch rocanrolero y sentimiento rythm and bluesero; o sea, un rock auténticamente nacional y no imitaciones chafas de los grupos anglosajones. El guitarrista Sergio Arau describió, a 25 años, el guacarrock: “Como añejado de origen, tiene más cuerpo, más puerco, más aroma; estamos cada vez más apestosos”.

El guacarrock, siguió, “se ha mantenido, y hay ideas en las canciones que se han vuelto superpopulares. Vi un libro de Santo y estaban dichas de otra forma, pero eran las mismas ideas, como el concepto de que Batman ni Superman, (también) hay muchas imágenes que ya pertenecen a la cultura popular”.

“Y que de ahí salieron”, acotó El Mastuerzo. “Lo digerimos y... lo regurgitamos”, siguió Arau. “Lo rumiamos”, añadió Vega-Gil.

“En un disco le agradecemos a todas las bandas que desinteresadamente nos hemos fusilado”, dijo Arau. “Fue un retomar de todo lo que somos.”

Por otro lado, los tres siempre han tenido proyectos propios: Sergio Arau, caricatura, pintura y cine; Vega-Gil, composición, radio, guiones y literatura, y El Mastuerzo, composición e interpretación.

Recientemente, como Botellita, estuvieron enfocados en realizar la película Naco chido, y ahora están a la expectativa del concierto este viernes, en un espacio pequeño: “está padre porque tenemos una interrelación muy chida con la gente”, dijo Vega-Gil. “Es una relación orgásmica”, intervino Sergio Arau.

“Nuestros numeritos son así como interactivos: cuando cantamos escupimos un montón y la gente se vomita en nosotros y nosotros en ellos; o sea, se arma una onda bien chida”, siguió Barrios.

Además traen “una oferta, una promoción”: debido a que Botellita de Jerez “cumple casi 160 años en suma, ofrecemos la gran posibilidad de que alguno de los tres botellos muera en el escenario, dado que la edad...”

Arau añadió: “Nomás pido que si muero digan que fue por sobredosis, ya que es patético morir de viejo”. “Una sobredosis de colesterol”, completó Vega-Gil.

Que Slim devuelva los teléfonos

La entrevista, llevada a cabo en un austero departamento de la Narvarte, donde vivió Vega-Gil, y que hoy es una especie de espacio común, tuvo un tono de humor medio negro y ácido, menos cuando El Mastuerzo, quien fue integrante de Los Nakos y activista sindical en sus tiempos de empleado bancario, se puso serio y habló sobre política: vivimos “un montón de parteaguas... pensar que desde 2001 ha habido más de 10 mil ejecutados, y la gente no se da cuenta de que lo que está en medio es la lucha de clases, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo famoso. No lo queremos reconocer, y encima creemos que el sistema se puede recomponer”.

Más bien, propuso, habrá que ser muy felices y luchar, por ejemplo, exigir que Slim “nos devuelva nuestros teléfonos, y no vamos a pagar la luz, ni el agua; ya no alcanza... No sé quién va a ir al Imperial, la neta”.

A lo que Arau, de volada, atajó: “Por lo que sé, es El Lugar”.

El Mastuerzo dijo que a él, por ejemplo, le hacía muy feliz “que nos invitaran los compas zapatistas al Festival de la Digna Rabia”.

Pero primero se presentarán hoy: “Será un festejo en el que vamos a debrallar; nos enteramos que El Imperial lo llena gente muy otra, como dirían, muy joven, muy de distintos sectores: Botellita surgió para la clase media baja, que no tenía acceso al rock, y ahorita, regresar a un escenario que es equivalente al lugar de moda y novedad, nos va a enfrentar a un público muy distinto del que hemos estado acostumbrados. Con los años nos hemos percatado de que hay muchos chavos que han sido pervertidos de manera insolente por sus padres, les han mostrado lo más pútrido de la Botellita de Jeréz y se han convertido en adictos, es lo peor, y no sabemos qué hacer. Está creciendo la pandemia... ¿sí se dice pandemia?”, dudó Barrios.

“Sí, es una epidemia de panes”, aclaró Armando Vega-Gil.

Botellita de Jerez, el día 19 a las 22 horas en El Imperial. Alvaro Obregón 293, Roma. Se rifarán tres pares de tenis con el logo de la banda. Entrada: 300 pesos.

 
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