Usted está aquí: lunes 22 de diciembre de 2008 Opinión Jazz

Jazz

Antonio Malacara
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■ Nunduva Yaa, de milagros y movimientos

A contracorriente, y para despedir este año de gracia de 2008, el cuarteto Nunduva Yaa presentó su tercer disco, Movimiento contrario, en el teatro Juárez de su natal Oaxaca. El concierto se realizó la noche del 12 de diciembre, y aunque una nueva revuelta del corazón no nos permitió estar por allá, anteriormente habíamos escrito algo sobre esta interesantísima obra, debido a que Onésimo García, trompetista y director del grupo, tuvo la amabilidad de enviarnos una copia del máster a principios de mes.

Esto es lo que salió del teclado después de oír su Movimiento contrario: un texto que iba yo a leer en Oaxaca, pero que a final de cuentas terminó acomodándose en estas páginas.

“Desde el inicio de sus tiempos, la música de Nunduva Yaa se ha articulado con miles de voces que brotan por igual de entre las raíces de esta sierra y este valle, o que llegan flotando con los vientos migrantes desde lo que antes intuíamos como las lejanas tierras del norte y del más allá de los mares (órale!).

“Nomás porque así lo quiso, Nunduva Yaa logró que las diferentes músicas y los diversos sentires y los discrepantes decires del jazz y de la música contemporánea convergieran –con pasmosa naturalidad– en un mismo ritual con las diferentes músicas y los diversos sentires y los discrepantes decires de los jarabes y de los sones de su tierra.

“Aquí no se intelectualizan los conceptos, aquí sencillamente se tejen uno a uno los milagros de cada día, y se les da un título… y se les abriga con suavidad en los surcos de un disco.

“Hoy el cuarteto nos muestra el tercero: Movimiento contrario, que a un tiempo es una revuelta musical y una revolución de ideas y un hacedor de conciencias y un hermano solidario y un hermano encabronado y un ritual de agradecimiento y vida.

“Me sigue llamando poderosamente la atención la facilidad con que extienden la gramática del jazz a sus espaldas, como telón de fondo, para encima desplegar las diferentes dinámicas de la Sierra Mixteca y del Valle de Oaxaca; y después invertir papeles y partichelas, para que las armonías oaxaqueñas sean entonces la plataforma donde el jazz y el occidente medio dibujan sus propios retos.

“Ésta es una música que no puedes escuchar en ninguna otra parte del mundo. Ésta es una fusión que le da nuevos rostros y nuevas aristas a nuestro jazz. Ésta es una rebelión que bendicen los abuelos. Ésta es la voz acuosa de las percusiones, el reptante pulso de las cuerdas, el impresionante latir de un piano que ha crecido y se ha desbordado hacia todos lados.

“Ésta es la voz terrosa de los alientos que parecieran desafinar, cuando en realidad sólo juegan un cuarto de tono más abajo de los convencionalismos. Algo parecido a lo que empezaron a hacer los negros allá en el norte, en los tiempos de la Santa Segregación, cuando rompían con los ritmos y rotaban los acentos.

“La misma música de Steven Brown, invitado de culto en tres cortes, se ha visto permeada por la humedad de este Movimiento... y por el proverbial misticismo de estas tierras.

“Es evidente que los músicos de Nunduva Yaa han crecido y seguirán creciendo como instrumentistas, pero es todavía más obvio que en este momento, con este Movimiento contrario, han alcanzado la madurez de una idea tan sencilla como inmensurable: trazar las rutas del porvenir con las raíces frescas de los ancestros. Y eso es algo que bien podemos agradecer cada vez que los escuchamos. Salud.”

Los músicos de Nunduva Yaa son: Onésimo García (trompeta), Rodolfo Santiago (piano), Luis Cervantes Niño (sax tenor) y Óscar Xavier Martínez Oxama (percusiones). Escúchalos.

 
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