Usted está aquí: lunes 22 de diciembre de 2008 Opinión ¿La fiesta en paz?

¿La fiesta en paz?

Leonardo Páez
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■ Un final confirmador

Ayer se completaron las 12 corridas de la temporada mexiquera, que no mexicanista o nacionalista, pues no se incluyó a los toreros que figuran, organizada por la empresa de la Plaza México, en su enésima propuesta taurina sin planeación, como no sea el voluntarismo de incluir a unos diestros y excluir a otros, independientemente de su impacto en el público.

Muchos ya echaron las campanas al vuelo para encomiar “los impresionantes logros” del serial, cuando en realidad se trató de resultados previsibles a partir de un secreto a voces: en nuestro país sobran toros y toreros buenos, pero a los metidos a empresarios no les interesa cotizarlos ni madurarlos para consumo masivo.

En cambio, su malinchista actitud se centra en pagar importantes cantidades a figuras extranjeras sin mayor capacidad de convocatoria, habida cuenta que éstas, junto con la empresa, no invierten un peso en publicidad ni un centavo en mercadotecnia. Siendo figuras en Europa, estos toreros son unos perfectos desconocidos en México, cada día más sudamericanizado en lo taurino pero no en lo político.

Mitoteros sin autoestima, confundidos promotores se apresuran a contratar a medianías como los hijos de El Capea o El Cordobés, por citar sólo a dos, a unos dineros que nunca pagarán a nuestras figuras en ciernes, que sin embargo, en muchos casos han sabido responder a las poco oportunas oportunidades de las empresas capitalina y de Bailleres, contumaces en su negativa a coordinarse profesionalmente en beneficio del espectáculo.

A lo anterior añada usted “el descubrimiento” del otro ganado bravo mexicano, ése que los figurines de aquí y de allá rechazan por sistema pero que propició varios triunfos notables a lo largo del serial. Los bien presentados encierros de Rancho Seco, El Junco, Santa María de Xalpa, San Marcos o San Lucas, entre otros, ¿no deben enfrentarlos quienes más cobran?

Hace 12 años dijimos que por sus cualidades y potencial Uriel Moreno El Zapata era un aspirante a figura, por lo que sus reiterados éxitos en plazas de los estados y en la capital sólo confirman aquella percepción que los empresarios no han querido ver. Hace nueve años un mentalizado y motivado Fermín Espínola superó al Juli ganando el Estoque de Plata en la Plaza México, pero en el triunfo llevó la penitencia. Por eso sus inobjetables triunfos de ayer ante otro buen encierro de El Junco sólo confirman el valioso tiempo que se les ha hecho perder.

 
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