Usted está aquí: viernes 26 de diciembre de 2008 Deportes Los futbolistas son como un trabajador más, dice Ferretti

■ Defiende su método estricto; “en otras profesiones no se permite la indisciplina”

Los futbolistas son como un trabajador más, dice Ferretti

■ Llamo la atención a mis jugadores, pero no les falto el respeto, aclara el Tuca

■ Suma 18 años y 650 partidos dirigidos sin interrupción

■ Soy un tipo a la antigua; no manejo Internet y me chocan los celulares

Paula Mónaco Felipe

Ampliar la imagen Cuando deje de hacer mis berrinches y ya no tenga cuerda, me retiro, asegura el técnico de Pumas Cuando deje de hacer mis berrinches y ya no tenga cuerda, me retiro, asegura el técnico de Pumas Foto: Notimex

Aunque sigue siendo una estrella, con fama y dinero, el futbolista es un trabajador más. “Y no he visto uno indisciplinado, que no llegue a tiempo o que haga lo que quiera, ¿por qué si en otras profesiones no se permite, aquí queremos aparentar que sí? El futbol es disciplina y entrega como cualquier otro trabajo, somos profesionales”, afirma Ricardo Ferretti, técnico de Pumas, quien defiende su método que muchos consideran estricto.

“Quien esté trabajando conmigo no puede venir sólo a cumplir. Tiene que venir con determinación, compromiso y orgullo de pertenecer a un equipo y a una institución. Por lo mismo aprenden, entrenamiento es mejoramiento”, explica, y aclara:

“Llamo la atención a mis jugadores pero no les falto el respeto, al que está cumpliendo el trabajo me toca exigirle y busco diferenciar muy bien eso.”

Pese a que aún existe un abismo entre las economías de un futbolista y un ciudadano común, cada vez son más los que tienen los pies sobre la Tierra, dice el Tuca, con cuatro décadas de experiencia en el deporte.

“Porque “siguen siendo una especie de estrellas como cantantes y artistas, tanto que se codean con gente de esos medios, pero hoy en día la necesidad física es mayor y han tenido que ser más atletas. Hoy un jugador que no esté bien físicamente difícilmente podrá rendir”.

Especie en extinción

Ricardo Ferretti nació en Guanabara (hoy Río de Janeiro) en 1954, y de los 37 años que lleva en el balompié, 31 han transcurrido en México. En 1978 llegó como delantero del Atlas; después jugó en Pumas, Coyotes Neza, Monterrey y Toluca, y en 1991 debutó como entrenador con el cuadro de la UNAM.

Pocos hay como él en el futbol mexicano que se atrevan a hablar franco y directo con todo interlocutor.

Su forma de ser le ha traído problemas, admite entre risas, pero no reniega de ello. Al contrario, redobla la apuesta en tono serio: “digo las cosas que creo benéficas para el futbol mexicano, no para mí o para mi equipo.

“De las multas que tuve, una fue por el problema con (Jorge) Vergara y las otras dos por expulsiones, pero por decir que los partidos en Estados Unidos no sirven para nada no me multaron; por decir que el Interliga es una porquería, tampoco.”

Vista desde fuera, su relación con la Federación Mexicana de Futbol (FMF) es mala. Ferretti lo desmiente y dice tener amistad con algunos directivos, a quienes “les digo lo que pienso y me escuchan. A lo mejor me toman por loco o no me hacen caso, pero se los digo”.

Recuerda que “años atrás la federación dijo que tomaría en cuenta a los entrenadores porque están con los jugadores y hacen el futbol, pero nunca nos llamaron ni preguntaron nada.

“Ahora, con la comisión de dueños, menos, porque manejan todo y la FMF nada más cumple con los acuerdos que tienen los propietarios de equipos; ya es una cosa operativa.

“Además el aspecto financiero sobrepasó totalmente al deportivo. Entiendo, no es barato mantener a los clubes, pero en (temas como) la selección ven más lo financiero”, asegura, y cita un ejemplo para reforzar su opinión: “el partidito contra Ecuador, que no sirve de nada, a nuestros paisanos en Estados Unidos les dan un partido de segunda y les cobran de primera”.

El Tuca mexicano

Lleva casi 18 años ininterrumpidos como entrenador de primera división, con cerca de 650 partidos dirigidos. Nunca lo corrieron anticipadamente. Él renuncia o no renuevan su contrato, pero siempre concluye los torneos.

No tiene representante ni cláusula especial, la clave es la claridad, arguye: “cuando me dan la oportunidad, lo primero que pregunto es ¿cuáles son los objetivos?; si son ilógicos o no están dentro de mi capacidad, no acepto”. En caso contrario fijan planes y mantienen reuniones periódicas de análisis.

Luego de dirigir a cinco grandes: Pumas, Tigres, Morelia, Toluca y Chivas, sólo fue campeón una vez, con el Guadalajara en 1997, pero considera que el título no es lo más importante:

“Hay muchas cosas dentro del futbol que valoramos más” como “aprender, transmitir y trascender; la progresión, ver a un muchacho crecer y llegar a niveles altos son cosas muy satisfactorias.”

Luego de recorrer las canchas de la República, derrocha elogios sobre el balompié local:

“Es noble, tanto que la gente malinterpreta y piensa que es mediocre, pero la verdad es de muy buen nivel y está la muestra: Chivas elimina a River Plate (de la Copa Sudamericana).

“El futbol mexicano compite con cualquiera. Además, todavía es abierto, propone, no como el futbol europeo que están 11 de la joroba del círculo para atrás ¡y dicen que es la gran maravilla!”

Fiel a su estilo, aprovecha para señalar: “aún siendo naturalizado, digo que la problemática que tenemos es la cantidad de extranjeros, porque es un campeonato tan exigente que las posiciones importantes están ocupadas por ellos y es muy drástico que en la primera A también se permita”.

Reconoce el déficit en las delanteras y dice que limitar el número de foráneos ayudaría a que surjan locales: “van a tener que salir, si antes salían, ¿por qué ahora no?”.

Regresar a los torneos largos también pudiera ser una opción, ya que “los cortos no son muy propicios para los jóvenes porque el resultado tiene que ser inmediato”. De la regla 20-11 se ríe: “es un paliativo por permitir tantos extranjeros, es absurda, ¡20/11! como si fueran muy jovencitos! Si me pusieran 17/11 bueno, pero 20/11...”.

Cuatro veces ha sido considerado para dirigir al Tri, pero se descarta de inicio. Por su estilo, “si digo quiero este y este y me dicen no, les respondo no quiero su méndigo equipo”; y por principios: “soy un tipo muy a la antigua. No manejo Internet, los celulares me chocan y pienso que un país debe tener un técnico propio.

“Aunque yo me hice entrenador y jugador aquí y soy mexicano, me refiero a uno de nacimiento como Raúl Arias, Luis Fernando (Tena) o Trejo.”

Hace algunos años pensó en retirarse del banquillo, pero desistió. Entre sus opciones barajó ser directivo, pero nunca será comentarista de televisión, asegura. Sin embargo, con una amplia sonrisa que a menudo sustituye al ceño fruncido, concluye que seguirá dirigiendo “hasta que llegue el día en que no tenga este carácter, este ánimo y entrega. Cuando deje de hacer mis berrinches y mis corajes, cuando ya no tenga cuerda, me retiro”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.