Usted está aquí: sábado 27 de diciembre de 2008 Capital El puente de Churubusco causó cambios al acuaférico y drenaje

■ La obra tuvo que enfrentar además la oposición vecinal, lo que obligó a modificarla

El puente de Churubusco causó cambios al acuaférico y drenaje

■ Se sustituyeron 90 metros de tubería de la red que lleva agua a partes de Iztapalapa

■ De romper alguna conexión se habría inundado gran parte de la zona sur de la ciudad, afirman

Ángel Bolaños Sánchez

Ampliar la imagen Como anticipó el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, el pasado viernes, al inaugurar el puente de Río      Churubusco y la avenida México-Coyoacán, primero del proyecto integral de rehabilitación del Circuito Interior, ayer se cerraron las laterales en este mismo cruce para continuar ahora con los trabajos de sustitución de asfalto por      concreto hidráulico, los cuales ya se terminaron en los carriles centrales, por donde la circulación es continua Como anticipó el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, el pasado viernes, al inaugurar el puente de Río Churubusco y la avenida México-Coyoacán, primero del proyecto integral de rehabilitación del Circuito Interior, ayer se cerraron las laterales en este mismo cruce para continuar ahora con los trabajos de sustitución de asfalto por concreto hidráulico, los cuales ya se terminaron en los carriles centrales, por donde la circulación es continua Foto: Carlos Ramos Mamahua

Ninguna de las más de 350 obras que se realizaron este año enfrentó tantos problemas de obras inducidas como la segunda etapa del distribuidor vial Muyuguarda, del Eje Troncal Metropolitano, abierta a la circulación el pasado 15 de diciembre con casi ocho meses de retraso de la fecha prevista para su conclusión.

Humberto Reyes Domínguez, quien tuvo a su cargo la supervisión de los trabajos por la Secretaría de Obras y Servicios, explicó que los dos principales “retos” fueron el acuaférico, que conduce el agua de 22 pozos de extracción al tanque de almacenamiento del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, y un colector de aguas negras; en ambos casos, de haberse producido algún error, se habría provocado una inundación severa no sólo en el Periférico, sino en una parte del sur de la ciudad, ya sea con agua potable o residual.

Esto, al margen de la oposición vecinal que obligó a cambiar el diseño original del proyecto; algunas protestas encabezadas por legisladores locales y federales panistas, el retraso en la liberación de los recursos del Fondo Metropolitano por las reglas de operación que impuso la Secretaría de Hacienda, entre otras que enumeró en su momento el titular de la Secretaría de Obras y Servicios (SOS), Jorge Arganis Díaz Leal.

La obra, explicó Reyes Domínguez, “esconde un trabajo de ingeniería que podría ser catalogado de monumental, no tengo antecedentes de algo igual”. Las maniobras más importantes fueron la sustitución de 90 metros de tubería del acuaférico y el desvío de un colector de aguas negras de 1.52 metros de diámetro.

“La pongo de esta manera: si rompíamos el acuaférico inundábamos Periférico y una buena parte del sur de la ciudad, no hay forma de cerrar una válvula, son 22 pozos que alimentan este sistema directamente y una falla significaba cerrar todos ellos.”

Explicó que el procedimiento habitual cuando hay ese tipo de obstrucción en el sitio donde se tiene que colocar una zapata, sobre la cual se montan las columnas de la estructura, es desviar una tubería con un “bigote” para rodear el punto, pero esto no se podía hacer con el acuaférico, que suministra agua potable a 400 habitantes de Iztapalapa ni tampoco se podía mover la zapata, de modo que se elaboró un plan para sustituir la tubería de asbesto por otra de acero.

El proceso se llevó 72 horas de trabajo conjunto con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y las delegaciones Iztapalapa, Tláhuac, Xochimilco y Coyoacán, se cerraron previamente los 22 pozos y luego se hizo la excavación en tramos de 10 metros para evitar que se fracturara en tanto bajaba por completo el nivel del agua. Posteriormente se instalaron dos cajas de válvulas a cada extremo, lo que permitió abrir los pozos hacia el oriente para mantener un caudal de agua, y en seguida se sustituyó el tubo acoplando el acero al asbesto con juntas especiales y quedó colgando con algunas columnas en tanto se hizo el colado de la zapata, una de las más grandes del distribuidor.

“El colector de drenaje presentaba otro desafío, pues una falla era inundar también el sur de la ciudad, pero de aguas negras.” En este caso sí se desvió construyendo cuatro pozos-cajas y la tubería antes de romper el colector, dada la imposibilidad de suspender el flujo, que corría por gravedad al tope en el ducto de 1.52 metros de diámetro, y tapar la ruta original sin que se desbordara.

 
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