Usted está aquí: sábado 27 de diciembre de 2008 Capital Las pistas de hielo se imponen como la moda de fin de año en las delegaciones

■ Hoy se inaugura una en la Venustiano Carranza, la quinta que da servicio en el DF

Las pistas de hielo se imponen como la moda de fin de año en las delegaciones

■ En la del Zócalo cada 45 minutos ingresan decenas de personas que esperan hasta 3 horas

Alejandro Cruz y Josefina Quintero

Ampliar la imagen Decenas de personas muestran su dominio de los patines en la pista de hielo instalada en el Zócalo Decenas de personas muestran su dominio de los patines en la pista de hielo instalada en el Zócalo Foto: María Luisa Severiano

Patinar sobre hielo se ha convertido en uno de los principales atractivos de la ciudad de México, no importa cuántas veces se puedan caer los usuarios; incluso comentan y se ríen de sus propias caídas en las que sólo se ven los pies en el aire. Los patinadores pueden dar el sentón, que si no se tiene experiencia puede rebotar en la espalda y hasta la cabeza, o el panzazo que si se logra maniobrar duele poco, pero se llevan “unos cuantos por delante”, según algunos visitantes.

En la pista del Zócalo capitalino, la mayoría de los cientos de patinadores se aferran a la valla de protección, titubeantes por momentos, pero siempre con una sonrisa. Jóvenes, niños y familias completas de la ciudad y otras entidades, como Michoacán, Sinaloa y el estado de México, continúan abarrotando la plancha de hielo instalada por el Gobierno del Distrito Federal.

Cada hora, alrededor de 900 personas, que en muchos casos tienen que esperar más de tres horas, ingresan por 45 minutos a la pista más grande de América Latina, procurando realizar sus mejores piruetas sobre la superficie blanca, en medio de trastabilleos y sentones, que no amilanan a los asistentes que se levantan para volverlo a intentar.

Paloma se sujeta con fuerza del brazo de su novio y, a pesar de las tres veces que se ha caído, continúa tratando de dar más de un paso sobre el hielo sin la ayuda de nadie. Entre los gritos propios y los de otros que pasan por la misma situación, logra llegar al barandal, donde se siente más segura, pero unos instantes después, animada por su pareja, vuelve a intentar desplazarse sobre la pista.

Ante los apuros de los jóvenes, un instructor se vuelve a acercar a ellos, les da instrucciones y trata de infudirles confianza, pero no es suficiente y Paloma vuelve a caer al hielo; su pantalón de mezclilla se encuentra ya empapado. “Lo importante es que nos divertimos mucho, el domingo vamos a regresar, porque mi propósito es que el año que entra ya pueda patinar sola”, asegura la joven de 19 años.

Pero la mayoría de los patinadores pasan por los mismo apuros, y estar en la valla de protección no es garantía de seguridad. Edmundo, uno de los instructores de la pista, recuerda casos de personas que a pesar de agarrarse con las dos manos del barandal no pueden evitar dar el sentón o a quedar prácticamente colgadas, “pero siempre se levantan y lo vuelven a intentar”, asegura.

Por eso entran en grupos hasta de cinco personas; muy pocos se aventuran a meterse solos. Algunos terminan colgándose del hombro de las personas que tienen al lado y para equilibrarse con ellos. Pero a pesar de las caídas y los trastabilleos, los inexpertos patinadores no paran de reír, ya sea por la experiencia o de la forma en que sus acompañantes pierden el equilibrio y caen al hielo.

El éxito de la pista del Zócalo ha provocado que algunos gobiernos delegacionales las instalen en sus jurisdicciones; ayer por la tarde se inauguró una en Gustavo A. Madero y este sábado se tiene programada en otra más en Venustiano Carranza, que se suman a las de Iztacalco y Tláhuac, que también funcionaron el año pasado.

Así, a partir del domingo, en centro, sur y norte del Distrito Federal operarán cinco pistas de hielo de diversos tamaños, desde 250 hasta 600 metros cuadrados. La capacidad de patinadores también varía, así como los tiempos de patinaje, según la demanda; el mínimo es de 30 minutos, el máximo de 60.

Los aditamentos son prestados y consisten en patines, casco protector y rodilleras, y en todos los casos son gratuitos, –aunque después del 7 de enero en Tláhuac se tiene programado cobrar 40 pesos por ingresar a la pista. El horario de servicio es de nueve de la mañana hasta las 20 horas, a diferencia de la del Zócalo, que es a las 10 de la noche.

Cada una de las pistas cuenta con instructores que no sólo vigilan a los usuarios, sino que se han dado a la tarea de enseñar algunos trucos para mantener el equilibrio. Las planchas de hielo fueron colocadas en Iztacalco, en la explanada delegacional; en Tláhuac, en el bosque de esa demarcación, y en Gustavo A. Madero, en el deportivo Hermanos Galeana.

En tanto, en Venustiano Carranza se inaugurará la quinta pista este sábado en punto de las 19 horas en la explanada delegacional, y a partir del domingo comenzará su operación para el público en general.

 
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