Usted está aquí: viernes 2 de enero de 2009 Política Opacan inseguridad y crisis económica “logros” panistas

■ Estos factores le restarán sufragios a AN: priístas y perredistas

Opacan inseguridad y crisis económica “logros” panistas

■ Desde 2006 el blanquiazul no ha conseguido victorias relevantes

Ciro Pérez Silva

Aunque la dirigencia nacional del PAN cifra sus esperanzas de alcanzar la mayoría en el Congreso en los “logros” que en dos años de gobierno ha conseguido Felipe Calderón, principalmente por los grandes decomisos de droga, armas y dinero, así como la Operación Limpieza en todas las áreas encargadas de la lucha contra el crimen organizado, para las dirigencias del PRI y del PRD esos “logros” se han visto rebasados por la creciente inseguridad y la crisis económica, por lo que, consideran, los votos no tendrán para el blanquiazul la tendencia que este partido espera.

Mencionan que una prueba de la preocupación que tienen los panistas respecto de sus posibilidades en el proceso para renovar la Cámara de Diputados el año próximo es la designación de César Nava, ex secretario particular de Felipe Calderón, como responsable de la estrategia electoral del blanquiazul, partido que desde 2006 no ha conseguido una sola victoria en los procesos relevantes de renovación de gubernaturas, alcaldías o congresos locales en estos dos años.

En 2009 se renuevan la Cámara de Diputados y seis gubernaturas: las de Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Campeche y Colima. De acuerdo con diversos ejercicios elaborados por los propios institutos políticos y empresas privadas, en este momento las preferencias las encabeza el PRI, con 42 por ciento de la intención del voto, lo que le garantizaría la mayoría en San Lázaro, además de cuatro de las gubernaturas en juego y serias posibilidades de recuperar Querétaro, actualmente gobernado por el PAN.

Los panistas repetirían el porcentaje de votos que han logrado históricamente en elecciones intermedias, con alrededor de 34 por ciento de las preferencias, además de asegurarse la gubernatura de San Luis Potosí, la que, de acuerdo con la dirigencia del blanquiazul, “es más fácil ganarla que perderla”. Sostienen también que, al igual que San Luis Potosí, retendrán el gobierno de Querétaro, y entre sus mediciones aspiran a arrebatarle al tricolor la gubernatura de Nuevo León, Colima o Sonora.

El escenario para el PRD es menos halagüeño. De acuerdo con los estudios preliminares, el partido del sol azteca no tiene siquiera asegurado el porcentaje de votos que registró en los años anteriores al proceso presidencial de 2006, de alrededor de 18 por ciento, sino que el desgastante proceso de renovación de su dirigencia y la designación final de Jesús Ortega como presidente nacional de este partido, desestabilizaron las frágiles estructuras perredistas y motivaron que las diversas corrientes se planteen, al menos en las bases, si tiene caso continuar con este proyecto.

De mantenerse esta tendencia, el PRD obtendría cerca de 12 por ciento de los sufragios, que lo colocarían en un lejano tercer lugar entre las tres principales fuerzas políticas, mientras crecerían otros institutos políticos como Convergencia o Partido del Trabajo, hacia quienes se dirigirían los seis puntos porcentuales que perdería el PRD.

Si bien la balanza en los procesos de elección de diputados federales marcó desde la 57 Legislatura un resultado favorable a AN, a partir de 2006 hay una clara caída en las preferencias ciudadanas de los candidatos del blanquiazul en lo que se refiere a alcaldías, gubernaturas y congresos locales, hecho que se podría repetir en 2009 y ubicar a los panistas lejos de sus pretensiones de una mayoría en la Cámara de Diputados.

En la 57 Legislatura los panistas llegaron a tener 121 diputados federales, pasaron a 203 en la 58, en la 59 alcanzaron apenas 144 curules y en la actual cuentan con un bloque de 207, lo cual indica que en las últimas dos jornadas de elección presidencial obtuvieron el mayor número de legisladores en su historia, mientras en los comicios intermedios, como los que tendrán lugar el año próximo, reducen alrededor de 50 por ciento su eficiencia electoral.

Expectativas para el tricolor

Al mismo tiempo, los resultados favorables obtenidos por el tricolor en los dos años anteriores alientan a la dirigencia para considerar posible obtener al menos las 239 curules que alcanzó en 1997, cuando se integró la 57 Legislatura, frente a las 104 con las que cuenta en la número 60, en funciones actualmente.

Las consideraciones del PRI se basan en el desgaste de gobierno que ha sufrido el PAN, que se agravó por la creciente inseguridad pública, así como en la confrontación entre las diferentes corrientes del perredismo, además de los triunfos electorales que el tricolor alcanzó en la mayoría de los procesos electorales en las entidades federativas.

Habrá que recordar, sin embargo, que la votación histórica del PRI ha venido a la baja. En 1991 el tricolor obtuvo 14 millones 145 mil 234 votos, lo que representa 58.47 por ciento de la votación total. Tres años después, los priístas lograron 16 millones 911 mil 781 sufragios, casi 3 millones más que en el proceso anterior, pero que en proporción a los votos emitidos constituyeron 48.58 por ciento, es decir, casi 10 puntos porcentuales menos.

Para 1997 los sufragios emitidos en favor del PRI fueron 11 millones 445 mil 852, lo que en términos de votación absoluta le significaron 38 por ciento de los votos emitidos, es decir, nuevamente tuvo una caída de 10 puntos porcentuales respecto del proceso anterior.

En 2000 alcanzó 13 millones 800 mil 145 y poco más de un punto porcentual por debajo de los resultados precedentes. Para 2003 los votos en favor del tricolor fueron 6 millones 196 mil 171, que en proporción le representaron 23.17 por ciento del total de la votación, a lo que se suman los 3 millones 637 mil 683 votos que consiguió la alianza que el PRI conformó con el Partido Verde en 97 distritos, coalición que obtuvo 13.60 por ciento de la votación.

Ya en 2006, el PRI repitió prácticamente los resultados de 1997, pues obtuvo 11 millones 619 mil 679 votos, aunque respecto del total de sufragios emitidos alcanzó apenas 28.21 por ciento, casi 10 puntos menos que nueve años atrás.

 
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