Usted está aquí: domingo 4 de enero de 2009 Política Ejecución de militares, muestra de las “fisuras” en la lucha contra el crimen

■ La impresión es que el Ejército está solo en la batalla, señala experto

Ejecución de militares, muestra de las “fisuras” en la lucha contra el crimen

Gabriel León Zaragoza

Con la reciente ejecución y decapitación de ocho militares en el estado de Guerrero, durante la presente administración han muerto al menos 80 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la lucha contra el narcotráfico, lo que refleja las “grietas” que presenta la estrategia presidencial en la materia, consideran expertos en seguridad nacional.

Según cifras hechas públicas por la Sedena, en las gestiones de Vicente Fox y de Felipe Calderón suman al menos 202 los militares muertos en el combate al narcotráfico. De diciembre de 2000 al cierre de 2006 fallecieron 124, y las mayores bajas tuvieron lugar en 2003, con 30 elementos, y en 2005, con 29, seguido de 22 en todo 2006.

De acuerdo con reportes proporcionados por el Ejército, actualmente tiene desplegados 36 mil 665 militares –más de la quinta parte del total de sus fuerzas, que comprenden 202 mil 355 efectivos– en la atención de tareas específicas contra el narcotráfico.

80 caídos en este gobierno

Del total de sus elementos caídos entre diciembre de 2006 y octubre de 2008, con motivo del combate al narco habían fallecido 72, la mayoría por agresiones con arma de fuego y accidentes automovilísticos y aéreos.

En sus cifras reportó tres muertos por ahogamiento, dos por atropellamiento, uno por deshidratación y otro por accidente con arma de fuego. Según las estadísticas de la Sedena, los decesos por agresiones armadas han tenido lugar principalmente en reconocimientos, patrullajes y en puestos de control, entre otros.

En los dos últimos años, Michoacán es la entidad que ha presentado el mayor número de militares caídos en la lucha armada contra el narco: seis en 2007 y 14 en 2008; seguido de Sinaloa, con 12 muertos el año pasado.

El número de agresiones contra efectivos militares en la actual gestión “da un efecto de demostración del grado de vulnerabilidad que pueden tener las fuerzas castrenses”, considera Pedro Isnardo de la Cruz, experto de la UNAM en temas de seguridad nacional.

Considera que los ataques de grupos delictivos contra fuerzas castrenses –como el ocurrido en diciembre pasado– “buscan desmoralizar la participación de efectivos militares y dejar en claro que esta zozobra y vulnerabilidad va a ser cada vez mayor en la medida en que no tengan asideros afianzados a los cuerpos policiacos y a las instituciones públicas”.

Además –dijo–, se crea la impresión de que con estas agresiones el Ejército está emprendiendo una batalla en solitario contra grupos criminales.

“Son acontecimientos predecibles para el Ejército y al mismo tiempo dan cuenta de cómo la estrategia presidencial tiene fisuras muy delicadas, que implican que, pase lo que pase en materia del combate al crimen organizado y al narcotráfico, el Ejército va a ser un pilar cada vez más endeble en la medida en que no esté acompañado de una depuración a fondo (de los cuerpos policiacos) y de un sistema de contraespionaje más sólido, que esté a la altura de lo que requiere esta lucha”, apuntó.

 
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