Usted está aquí: miércoles 7 de enero de 2009 Espectáculos “Súper Amigos es una película sobre héroes de carne y hueso”

■ Cinco luchadores del ring y en defensa de los derechos, los personajes de Arturo Pérez

“Súper Amigos es una película sobre héroes de carne y hueso”

■ Admiro y respeto a esos seres porque están comprometidos con una causa, dice el realizador

■ Ecologista Universal, Fray Tormenta, Superbarrio, Superanimal y Supergay, los protagonistas

Paula Mónaco Felipe

Ampliar la imagen Cartel promocional de la cinta en la que aparecen los gladiadores del cuadrilátero y de la vida cotidiana Cartel promocional de la cinta en la que aparecen los gladiadores del cuadrilátero y de la vida cotidiana

No es chiste, no son payasos, son seres humanos que luchan en contra la desigualdad, de las autoridades que no cumplen. Son Quijotes de la Mancha, dice un ciudadano que aparece en el documental Súper Amigos, sobre cinco luchadores del ring (Ecologista Universal, Superbarrio, Superanimal, Fray Tormenta, Supergay), pero también de lo social, realizado por Arturo Pérez Torres, quien ha llevado su cinta a encuentros de cine en Biarritz, Pamplona, Corea y Nueva Zelanda –y en televisión en Estados Unidos, Francia y Canadá–, pero que espera pronto sea exhibido en su México.

“Al principio no lo creen, pero ya cuando lo ven se les hace algo fantástico. La estética les da risa, todo es kitsch mexicano, pero el contenido es lo que interesa: tener superhéroes de verdad es algo que se les hace increíble, la mejor idea que puede haber”, dice en entrevista Pérez Torres, quien estudió cine en Estados Unidos y sociología en Holanda. Actualmente reside en Toronto y Súper Amigos, coproducido por el Instituto Mexicano de Cinematografía, es su segundo documental; el primero se titula Mojado, el documental indocumentado.

Con estilo y música de tipo historieta, Súper Amigos combina animación con entrevistas y seguimiento de estos luchadores. “El filme no habla de superhéroes, porque destaca el aspecto humano”, explica el director y agrega que su mayor sorpresa fue encontrar que ellos “están totalmente comprometidos con su causa, que es lo que respeto y admiro. Ponerse una máscara, un disfraz, y estar una buena parte de la vida en una lucha es increíble y eso es lo que los hace diferentes: son hombres comunes y corrientes, pero tienen una parte extraordinaria: la pasión”.

“Son puro altruismo”

Los Súper Amigos “son puro altruismo, es increíble”, comenta Pérez Torres, quien nació y creció en el Distrito Federal, pero reside en Toronto desde hace seis años.

El director considera que urge reconocer a las cinco causas de lucha social representadas en Súper amigos, porque “México pasa por una etapa en la que ya casi no hay humor. Obviamente por la crisis económica, global, la violencia. Sin embargo, siento que hoy día es cuando deberíamos ponerles más atención, pues puede puede defender una causa usando el buen humor de herramienta”.

Uno de los súper amigos es Ecologista Universal que, enfundado en su traje verde, calzón y botas amarillas, capa estampada con detalles dorados y una máscara con una mariposa dibujada, camino ocho días desde la sierra michoacana hasta la capital del país. Pensar en que “si un insecto, un ser tan pequeñito, hace viajes tan largos, desde Canadá hasta los santuarios de México, me hizo reflexionar acerca de mi existencia: quién soy, quién había sido, adónde voy, qué perspectivas de vida se abrirían siendo un alcohólico empedernido que llegó a las garras de la locura y la muerte”, dice.

Tras encontrar su misión en la Tierra, se ha dedicado a promover el cuidado del ambiente. En la ciudad de México recorre un supermercado con una canasta de mimbre y, luego de realizar su compra, deja empaques para no seguir contaminando.

Después amonesta y multa simbólicamente a quienes venden y adquieren árboles naturales para Navidad. Al ser expulsado por los agentes de seguridad de Wall-Mart, se traslada al Zócalo, donde arma un árbol navideño con la basura que encuentra tirada, cuya finalidad es dar un mensaje sobre los problemas ambientales, “aunque suene un poco utópico”.

Superbarrio, el más conocido de la legión de luchadores sociales mexicanos, se traslada a todas partes en un camioncito amarillo con el logo rediseñado de Superman.

“El asunto no es nada más el derecho a la vivienda, sino también el derecho a la ciudad”, señala el enmascarado de traje de colores rojo y amarillo, mientras ayuda a los vecinos de unidades habitacionales en el Centro Histórico a organizarse.

Participa en mítines y protege a los ciudadanos del desalojo. Tras más de 20 años de lucha –su personaje surgió después de los terremotos de 1985–, considera que el mayor triunfo es de la Asamblea de Barrios de la ciudad de México, en la que está incluido: se han evitado cerca de 10 mil desalojos y se dio atención a miles de familias.

Por su parte Fray Tormenta confiesa: “Fui drogadicto, mano. Fui con un sacerdote para que me diera un consejo y me corrió de la Iglesia. Que me regreso y se la miento, porque dije si hubiera sacerdotes chidos, buena onda, muchos cambiaríamos”. A los 20 años optó por la religión y después eligió el ring para conseguir dinero y salvar a niños pobres.

Calculaba ganar un millón de dólares en un año, “como algunos boxeadores”, pero en su primer combate le dieron 200 pesos. Con esfuerzo mantiene una casa-hogar, donde comparte experiencias con los chamacos además de seguir predicando y y con su lucha.

Contra la homofobia

Supergay nació después de que la pareja de su creador fuera asesinada en un ataque homofóbico, uno de los cuatro que se registran mensualmente en el país. “El hecho de usar una máscara causa conflicto y me acusaban de estar en el clóset, pero en realidad cualquier persona puede tomar como suya la lucha en defensa de sus derechos y salir adelante. Supergay puede tener el físico y la edad de todo aquel que decida luchar por sus derechos”, comenta el portador de máscara negra, adornada con el tradicional arcoiris. Organiza la marcha gay, realiza performances, coordina actividades deportivas y brinda asesoría a víctimas de la homofobia.

“Me gusta enmascararme por el efecto que causan los superhéroeas a nivel mundial. Imagina ver a Superman todo el tiempo de Clark Kent, ¡dirías es un diputadillo del PRI, del PRD o un burócrata!, pero si lo ves con su capita, la gente se acerca y entonces se aprovecha para darle propaganda. Así se forma la conciencia”, cuenta Superanimal, de máscara y traje negros, y botas y capa doradas.

En su vocho negro recorre la ciudad. Así llegó hasta la Cámara de Diputados, y al no ser recibido cubrió las escalinatas con trozos de carne, vísceras y huesos de un toro muerto la tarde anterior en la Plaza México. El defensor de los animales busca erradicar las corridas de toros, las peleas de gallos y perros, así como combatir el maltrato doméstico, la pesca con explosivos, los circos con animales y el sufrimiento en los rastros.

En los rastros ha sido agredido con armas de fuego, cuchillos y machetes. Su caso no es excepcional, la mayoría de los Súper Amigos han sido víctimas de violencia y han sufrido amenazas e intimidaciones, “pero eso me lo han dicho un chorro de veces en hartas partes, como que ya también es parte de la misma lucha”, comenta Ecologista Universal.

 
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