Usted está aquí: viernes 9 de enero de 2009 Sociedad y Justicia Jóvenes, fuera del plan anticrisis; los condena al subempleo: experto

■ Al gobierno de Calderón sólo le interesa defender las escasas plazas laborales, acusa

Jóvenes, fuera del plan anticrisis; los condena al subempleo: experto

■ El escenario, desalentador para ese sector, señala el investigador Pérez Islas

Laura Poy Solano

Ampliar la imagen Jóvenes universitarios en busca de trabajo. La imagen corresponde a una feria del empleo organizada por la UNAM Jóvenes universitarios en busca de trabajo. La imagen corresponde a una feria del empleo organizada por la UNAM Foto: Marco Peláez

Sin alternativas laborales ni políticas públicas que atiendan la demanda de empleo entre los jóvenes “se les está condenando a ingresar a un mercado de trabajo precario e informal”, advirtió José Antonio Pérez Islas, catedrático del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien calificó de “preocupante” que en el plan anticrisis del presidente Felipe Calderón no se incluyan acciones de gobierno orientadas a resolver la problemática que enfrenta este sector de la población.

En el mensaje del Presidente, indicó, “ni siquiera se menciona a los jóvenes ni cómo tendrán que afrontar la crisis económica que seguramente impactará su entorno y vida cotidiana, pero también sus posibilidades de ingresar al mercado de trabajo. En México, los jóvenes están enfrentando un escenario desalentador, ante una administración federal que pareciera estar más preocupada por defender los escasos empleos del mercado laboral, que en atender la desocupación”.

Ante una “grave crisis no sólo financiera, sino social, los jóvenes enfrentan un contexto desastroso que implica la limitación de sus horizontes de desarrollo, pues pareciera que deben vivir día a día, ya que no hay condiciones de efectuar planes a largo plazo, sin que se les dé ninguna respuesta ante tantas incertidumbres”.

Sin acciones de gobierno oportunas, agregó, “enfrentaremos el riesgo de generar movimientos no deseados, ante un creciente índice de frustración y falta de oportunidades para la población juvenil, que ya está enfrentando las consecuencias de una crisis económica global, y no le estamos dando salidas”.

Pérez Islas, especialista en temas de jóvenes y coordinador de la Encuesta Nacional de Juventud (ENJ) 2005, aseguró que el acceso a un primer empleo es un factor prioritario para este sector de la población, pues la “primera transición que viven a la vida adulta no es en la escuela, sino cuando acceden al mercado de trabajo. Esto marcará la pauta para otras transiciones importantes como tener una pareja, acceder a la vivienda o iniciar su participación social, y es precisamente a los 15 años cuando empieza este proceso de buscar su primer empleo”.

La encuesta revela que en el país, de la población cuyas edades van de 12 a 29 años sólo 49.7 por ciento estudian, en su mayoría jóvenes de 12 a 14 años, mientras que 50.3 por ciento de no asiste a la escuela. De éstos, 22 por ciento, en gran parte mujeres de 20 a 29 años, no estudian ni trabaja, mientras que sólo 28.8 por ciento de los jóvenes tienen empleo.

También destaca que, de acuerdo con la edad, entre los 12 y 14 años, gran parte de los jóvenes prefieren estudiar, mientras que de 15 a 19 años pocos optarían por estudiar y trabajar al mismo tiempo. Por el contrario, en el nivel de edad de 20 a 24 años, sí preferirían trabajar y estudiar. En tanto, la población juvenil de 25 a 29 años, en su mayoría elegiría tener un empleo.

La ENJ 2005 señala que 58.4 por ciento de los jóvenes que elegirían seguir estudiando lo hacen para tener mayores posibilidades de acceder a un buen trabajo; en tanto, 37.6 por ciento desearían continuar con su preparación académica para tener acceso a nuevos conocimientos y 23.7 por ciento consideran que alcanzar un mayor grado de escolaridad representa una mayor posibilidad de ganar más dinero.

El gobierno federal, afirmó Pérez Islas, “está abandonando un tema central, que son los jóvenes, pues a una indiferencia en las acciones de gobierno destinadas a este sector de la población, se ejerce una política del garrote, lo que genera una mala combinación de ausencia de acciones de gobierno y estrategias de mayor control y persecución policiaca”.

 
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