Usted está aquí: martes 13 de enero de 2009 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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■ Aspirina ante la crisis

■ Con Calderón hay que trabajar más para comer lo mismo

La buena nueva es que el “aumento” 2009 al salario mínimo decretado por la trinca infernal (gobierno, patrones y “líderes obreros”) alcanza para comprar una aspirina y media. Así, los “beneficiados” podrán combatir la migraña provocada por la crisis. La mala, que en 25 meses de “continuidad” el poder adquisitivo del micro ingreso acumula una pérdida de 32.64 por ciento, mientras en igual lapso el incremento del precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) ha sido 67.16 por ciento.

“Para vivir mejor” (Calderón dixit) del primero de diciembre de 2006 al primero de enero de 2009 el precio de la canasta alimenticia recomendable aumentó de 80.83 a 135.12 pesos, un incremento de 67.16 por ciento. Por lo que respecta al salario mínimo, para el mismo periodo pasó de 48.67 a 54.80 pesos, un “avance” de 12.59 por ciento. Así, resulta una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario de 32.64 por ciento durante el gobierno de Felipe Calderón.

El análisis anterior, por cortesía del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, el cual envió su más reciente estudio a México SA (Poder adquisitivo del salario mínimo en el periodo de gobierno de Felipe Calderón; 1 de diciembre de 2006 al 1 de enero de 2009), el cual si bien no ayuda para reducir la depresión colectiva producto de la crisis, sí ofrece elementos de apoyo para entender la magnitud de la elevadísima cuan irresuelta deuda social acumulada en este heroico país.

Subraya el CAM que el tiempo de trabajo necesario para adquirir la canasta alimenticia recomendable (CAR) aumentó en 6 horas y 26 minutos del primero de diciembre de 2006 al primero de enero de 2009. En la primera fecha referida, el salario mínimo era de 48.67 pesos diarios –área geográfica A– y el precio de la CAR de 80.83 pesos. Con ese ingreso se podía comprar 60.21 por ciento de dicha canasta; 25 meses después, el micro salario es 54.80 pesos por día y el precio de la canasta de 135.12, de tal suerte que con el primero sólo se puede adquirir 40.56 por ciento de la segunda. Las familias trabajadoras en México hoy pueden adquirir 20 por ciento menos alimentos que al inicio del actual gobierno.

Cabe mencionar que la CAR es una canasta de alimentos recomendable ponderada para el consumo diario de una familia mexicana conformada por cinco personas: dos adultos, un joven y dos niños. Fue integrada considerando los aspectos nutritivos, dietéticos, culturales y económicos. Fue definida en su estructura, contenido y ponderación por el doctor Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán. Sin embargo, para cubrir íntegramente sus necesidades las familias trabajadoras tienen que considerar vivienda, transporte, educación, salud, vestido y calzado, recreación, gastos que no cubre la canasta alimenticia recomendable.

El primero de diciembre de 2006 los trabajadores tenían que laborar 13 horas 17 minutos para adquirir la CAR. Para el primero de enero de 2009 tenían que trabajar 19 horas 43 minutos. Actualmente para poder acceder únicamente a la canasta alimenticia recomendable con salario mínimo el trabajador y su familia tienen necesariamente que sumar jornadas laborales diarias de más horas. Y es que con el actual salario mínimo, 17 millones 908 mil personas, que representan 40.82 por ciento de las familias trabajadoras (de la población económicamente activa) en México no tiene los suficientes ingresos para adquirir la CAR (incluye población trabajadora que no percibe ingresos y hasta dos salarios mínimos diarios en su nivel de ingresos).

De acuerdo con el CAM, los productos de la canasta alimenticia recomendable con mayores aumentos de precio en la gestión de Felipe Calderón son (todas las cifras porcentajes): limón 232.78; aguacate, 230.85; frijol, 219.04; jitomate, 207.69; papa, 200; aceite, piña, 173.70 y 125.02; queso, 66.79; pan blanco, 50; huevo, 89.98; hígado de res, 46; naranja, 47.54; zanahoria, 93.86; pescado, 38.01; sopa de pasta, 62.67; arroz, 52.13; pollo entero, 69.18.

Por lo que toca al salario mínimo, el CAM subraya que el más reciente “incremento”, correspondiente a 2009, continúa anclado al aumento esperado para la inflación, como ha sido durante los últimos decenios, lo que ha contribuido a que el poder adquisitivo del salario continúe su deterioro como ha sido desde 1982, acumulando, a la fecha una pérdida de 82.17 por ciento. “Los resultados muestran claramente la política salarial que el capital ha impuesto a los trabajadores, condenándolos a enfrentar un sistemático y cada vez mayor deterioro en el nivel de vida y de trabajo”. Con el nuevo incremento salarial de 2.21 pesos se puede adquirir un boleto del metro (2 pesos) o medio litro de leche de Liconsa (4 pesos litro). “El nuevo ´aumento´ contribuye, una vez más, a la política de emigración hacia Estados Unidos de las familias mexicanas”.

El CAM indica que “se argumenta por parte de los patrones que si se aumenta significativamente el salario eso generará en mayor inflación (alza de precios). Lo que olvidan los patrones es que el mismo salario que reciben los trabajadores es producto acumulado (riqueza que se apropia (roba) el patrón) del trabajo anterior generado por el trabajador (reproducción ampliada del capital). Es decir, los recursos del incremento al salario salen del trabajo del mismo trabajador. El explotado es el trabajador, no el patrón”.

El constante deterioro salarial, concluye, “ha sido, es, una de las causas económico-sociales que ha contribuido de manera importante a incrementar, desarrollar y buscar formas de organización y de conducta de la fuerza de trabajo con el fin de obtener mejor salario e ingresos, en términos nominales y reales. También para obtener empleo digno y decente que implica mejores condiciones y derechos laborales. De las formas de organización que han aumentado de manera considerable es el empleo informal, la emigración, más de un empleo, más jornada laboral, etcétera. Es responsabilidad de los trabajadores enfrentar conscientemente de manera organizada el histórico y sistemático deterioro del nivel de vida y el empleo en México”.

Las rebanadas del pastel

Dada la cercanía de las elecciones 2009, entre los políticos está de moda “reducirse” los salarios, “ahorrar” en gasto corriente, “evitar” el despilfarro de los recursos públicos, “apoyar al empleo”, “ver por los menos favorecidos”, “atender” las urgencias sociales y tantas otras “acciones” mediáticas que de mucho tiempo atrás debieron poner en marcha, no proponer, para evitar daños mayores. Queda claro que todos los “planes”, “acuerdos”, “programas” y conexos, federales y estatales, no sólo son en extremo tardíos, sino microscópicos frente a la proporción del terremoto económico-financiero que ya sacude al país.

 
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