Usted está aquí: lunes 19 de enero de 2009 Capital En el olvido, las zonas comerciales y colonias de la periferia de V. Carranza

■ Locatarios denuncian crecimiento del ambulantaje, inseguridad y prostitución

En el olvido, las zonas comerciales y colonias de la periferia de V. Carranza

■ La administración de César Moreno ha sido mala, pero mejor que la de Ruth Zavaleta, dicen

Josefina Quintero M.

Las zonas comerciales más emblemáticas de la delegación Venustiano Carranza: La Merced, los mercados Sonora y Jamaica, así como colonias de la periferia de la demarcación, han sido completamente olvidadas en los dos años que lleva la administración de Julio César Moreno Rivera, aseguraron vecinos y comerciantes de la demarcación, quienes advierten del crecimiento del comercio informal, la prostitución y la delincuencia.

El rescate de espacios e iluminación que realizó la administración han sido “insuficientes y por encimita”, porque aún persisten sitios completamente oscuros donde la delincuencia se ha refugiado, y para demostrarlo, afirmaron los moradores, basta “introducirse en las colonias”.

En la demarcación hay posiciones encontradas de los vecinos sobre el desempeño de Moreno Rivera, sobre todo entre los de las colonias Rastro Popular, Janitzio, Caracol, Los Arenales y Adolfo López Mateos. Mientras algunos consideran que ha trabajado por la comunidad, otros aseguran que la administración ha sido mala, pero en todos los casos coinciden en que superó a su antecesora, Ruth Zavaleta, en atención a la ciudadanía.

El mayor reclamo está en la zona de La Merced, donde el crecimiento de vendedores informales afecta a locatarios, comercio establecido y vecinos, porque tienen ocupadas las avenidas Anillo de Circunvalación y Fray Servando; incluso falta poco para que lleguen a Congreso de la Unión.

En el lugar hay nueve mercados, inmersos en un entorno urbano descuidado, donde imperan la inseguridad, la drogadicción y crece la prostitución. Hay bodegas que son utilizadas como refugio de indigentes o acondicionadas como habitaciones, donde pernoctan los trabajadores de la zona, muchos provenientes de otras entidades de la República.

De acuerdo con el censo de comerciantes de la zona de La Merced que se tenía en 2001, cuando se iniciaron los trabajos de reordenamiento del comercio informal, eran poco más de 3 mil vendedores. Las autoridades reconocen que la cifra aumentó y los mismos comerciantes afirman que se duplicó.

Además, este crecimiento es una forma de recaudar recursos, pues diariamente cada vendedor debe aportar de 20 a 25 pesos, cuotas que “van a parar a manos de quienes dicen regular el comercio informal”, aseguraron.

Una situación similar se vive en el mercado de Sonora. Locatarios expusieron que el gobierno de Moreno Rivera “metió mucho ambulantaje”, porque le significa capital político, y es común que en año electoral crezca este sector, permitido por los trabajadores de la unidad territorial Morelos por medio de los encargados de vía pública.

Mientras permiten el crecimiento de los vendedores informales, los trámites administrativos se endurecen y “resulta engorroso hacer el cambio de nombre, giro y hasta el resello de cédula”, señalaron.

En el cinturón delictivo, como se conoce a las colonias cercanas a la avenida Congreso de la Unión, continúa la exigencia de mayor seguridad, reclamo que se comparte en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde sigue a la alza la incidencia criminal, lo mismo que en las colonias Moctezuma y Jardín Balbuena.

 
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