Usted está aquí: lunes 19 de enero de 2009 Cultura Versiones contradictorias sobre excavaciones en Tula

■ Se concreta un proyecto multimedia, dice secretario de Turismo local

Versiones contradictorias sobre excavaciones en Tula

■ Son trabajos de restauración y búsqueda de vestigios, afirman delegado del INAH y comerciantes de la zona arqueológica

Carlos Camacho (Corresponsal)

Ampliar la imagen El edificio religioso más importante de la cultura tolteca está acordonado con cintas que prohíben el paso; además, hay tablas, hilos y metales empotrados en distintas partes de la estructura El edificio religioso más importante de la cultura tolteca está acordonado con cintas que prohíben el paso; además, hay tablas, hilos y metales empotrados en distintas partes de la estructura Foto: Guillermo Sologuren

Ampliar la imagen Los trabajos no tienen que ver con el espectáculo de "visita nocturna" que anunció la Secretaría de Turismo en la entidad, señaló el delegado del INAH, Sergio Camarena Villaseñor Los trabajos no tienen que ver con el espectáculo de “visita nocturna” que anunció la Secretaría de Turismo en la entidad, señaló el delegado del INAH, Sergio Camarena Villaseñor Foto: Guillermo Sologuren

Tula, Hgo. Visibles trabajos de excavación se realizan en la zona arqueológica de Tula, donde el gobierno del estado, mediante la Secretaría de Turismo, anunció hace dos años un espectáculo de luz y sonido con la finalidad de aumentar la afluencia de turistas; incluso el secretario de Turismo estatal, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, aseguró que en tres meses estará listo el proyecto.

Sin embargo, comerciantes y artesanos del lugar afirman que se trata de tareas de exploración y no del espectáculo de “visitas nocturnas”.

La pirámide C, el edificio religioso más importante de la cultura Tolteca, se encuentra acordonada con cintas que prohíben el paso, así como tablas, hilos y metales empotrados en distintas partes de la estructura.

La misma maniobra se realiza en el edificio K, el cual también luce una pronunciada excavación; junto a él hay montones de tierra y piedras.

En días pasados, el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Hidalgo, Sergio Camarena Villaseñor, aseguró que el proyecto de “visita nocturna” a la zona arqueológica no ha sido autorizado, y que debido a la situación de deterioro en la zona de Teotihuacán el consejo de arqueólogos que estudia su aprobación sería más meticuloso para evitar que la situación se repita en Tula.

Declaró que el equipo que será instalado no se colocará sobre los edificios, sino en el suelo, que, aseguró, “no es el original”, pues con la intención de proteger el genuino se cubrió con una capa de tierra de 50 centímetros. Insistió en que “será el Consejo de Arqueólogos el que determine el procedimiento”.

En busca de vestigios no de turistas, dicen

En ausencia del director de la zona y ante la negativa de los encargados a proporcionar información, los comerciantes testifican que aún no se realizan trabajos de instalación de luminarias ni de ningún otro equipo, sino que un grupo de arqueólogos realiza trabajos de exploración de lunes a viernes para encontrar vestigios.

A diferencia de Teotihuacán, en Tula ningún legislador local o grupo defensor del patrimonio cultural se ha manifestado, y se ha mantenido la intención del gobierno de atraer más turistas a la zona arqueológica, famosa por sus Atlantes y por ser el asiento de los toltecas, con vestigios en 16 kilómetros a la redonda, según expertos.

De hecho, a finales del año pasado se terminó la obra de remodelación del centro de Tula y la avenida que conecta con el acceso a la zona arqueológica, para convertir el lugar en un centro que incluya comercios, restaurantes y otros atractivos para los visitantes nocturnos, entre los que sobresale el espectáculo de luz y sonido.

Para los comerciantes, tanto establecidos como ambulantes, el primer impacto de este proyecto es la baja de sus ventas hasta en 80 por ciento.

Danilo Hernández Paredes, dirigente de los comerciantes del Andador Turístico Quetzalcoátl, reclamó que como el proyecto de remodelación de la zona centro de Tula se prolongó durante 20 meses, cerca de 35 por ciento de los negocios establecidos cerraron y las ventas cayeron en cerca de 80 por ciento.

Plan de restauración

Las declaraciones de los comerciantes y artesanos coinciden con las de Sergio Camarena Villaseñor, en el sentido de que las excavaciones que se realizan en la zona arqueológica de Tula, específicamente en la pirámide K, son parte de un proyecto del INAH que pretende restaurar y consolidar la estructura que se encontraba cubierta de tierra.

Explicó que Robert Coubean y Luis Manuel Gamboa son los arqueólogos responsables del proyecto, y que durante los trabajos, iniciados en 2008, se ha descubierto que en esta pirámide se encuentran vestigios de tres etapas constructivas, primero de la cultura tolteca, después de la azteca y posteriormente de la época virreinal; de ahí que los trabajos de restauración podrían prolongarse hasta cinco años.

Manifestó que el proyecto también contempla la restauración de la “capilla abierta”, construcción hecha por los franciscanos que se encuentra dentro de la zona arqueológica, pero que no es muy conocida, porque está oculta. “Es muy importante su preservación y restauración para evitar que se colapse.”

Precisó que, en conjunto, el proyecto está previsto para unos 10 años, en los que se pretende restaurar piezas de la zona, por lo que los trabajos nada tienen que ver con el espectáculo de “visita nocturna” que anunció la Secretaría de Turismo en la entidad.

El proyecto turístico

Anunciado desde 2007, el proyecto multimedia contempla dirigir luminarias hacia los Atlantes, las pirámides D y C, el Palacio Quemado y otros elementos relevantes de la zona.

Incluye la realización de recorridos nocturnos guiados en grupos de 50 y 70 personas, a quienes se les presentará un espectáculo multimedia en una pantalla virtual para rememorar los acontecimientos más relevantes y aspectos importantes de la cultura tolteca.

Se planea la creación de un jardín botánico para preservar la flora y fauna, así como la instalación de arquitectura de paisaje y la dignificación de los 40 artesanos que venden figuras de yeso.

Al concluir el recorrido por la zona arqueológica y para conectar al turista con el centro de Tula ya se cuenta con un andador turístico denominado Quetzalcoátl; se prevé la apertura de la puerta trasera de la zona para que los turistas hagan el recorrido y no abandonen el sitio tan pronto.

La obra del andador Quetzalcoátl fue entregada por el secretario de Turismo, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, a las autoridades locales. El trabajo incluyó la remodelación del puente histórico que pasa sobre el río Tula; la remodelación de las calles Tollán, Artesanos, Guillermo Prieto, Callejón Jiménez y Benito Juárez, así como el jardín principal, todo adornado con motivos toltecas.

Este proyecto fue realizado por la constructora AGO SA de CV, que junto con el espectáculo de luz y sonido sumará una inversión de 48 millones de pesos, de los cuales el gobierno federal aportó 12 millones.

 
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