Usted está aquí: lunes 19 de enero de 2009 Cultura Cuatro artistas confirman en su obra que la vida es una mudanza constante

Imágenes de la memoria se exhibe en la galería de Casa del Poeta

Cuatro artistas confirman en su obra que la vida es una mudanza constante

Merry MacMasters

¿Cómo abordan las mujeres el tema de la memoria? Imágenes de la memoria, exposición montada hasta el 23 de enero en la galería El Estudio, Casa del Poeta, Álvaro Obregón 73, colonia Roma, ofrece las versiones de cuatro artistas visuales: Silvia Andrade (México, DF, 1984), Laura Chenillo (México, DF, 1985), Elizabeth De Jesús (México, DF, 1978) y Mabel Larrechart (Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, 1964).

Para Rita Alazraki, directora de la galería con Eva Marcovich, la mayoría de las imágenes se relaciona con los lugares habitados por las expositoras, con mudanzas, itinerarios o con dejar y recobrar. Se trata de una forma diferente de construir una narrativa que no parte de una abstracción discursiva, sino de un lado emocional o muy corporal.

Silvia Andrade, recién egresada de la carrera de artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), emplea polípticos trabajados con pintura y dibujo para crear mapas intimistas o sicológicos, como sus escenas de baño, de ambiente misterioso y líquido, o las cartografías que se remiten al viaje, el exterior, la atmósfera y el paisaje.

“A veces utilizo la dinámica y todos los ritmos que tienen los polípticos para conformar el mapa. Cada módulo es un lugar específico que se conecta con los demás lugares”, expresa.

Egresada también de artes visuales en la ENAP, Laura Chenillo explica que su serie Mudanza nació precisamente de sus recorridos entre su casa en el norte de la ciudad y Xochimilco. Dada la distancia y el tráfico se impuso la necesidad de reconocer elementos en el espacio exterior. “Mi trabajo partió de la construcción espacial de la ciudad de México y poco a poco se transformó en una búsqueda del espacio. Últimamente ha sido de los viajes, de cómo se encuentra uno en el espacio que recorre”, apunta.

Aunque Chenillo no se considera fotógrafa, sus mixtos sobre madera están hechos con base en imágenes que toma, de las que saca copias en diferentes fotocopiadoras hasta escoger el tono o contraste de blancos y negros indicado, “de qué tan oscura o clara es”. La pintora de formación habla de esa posibilidad de fragmentar la amplitud del espacio en algo que casi se puede llevar en la bolsa.

Coincidió que la pintora Elizabeth De Jesús realizó un proyecto sobre la memoria para una residencia en 2007 en Banff, Canadá, gracias a una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Se trataba de registrar elementos arquitectónicos de la ciudad con el objeto de crear un “libro visual acerca de distintas poblaciones”. Espera continuar el proyecto en otras ciudades y países.

No obstante que Mabel Larrechart, con nueve años de radicar en México, dice ya no confiar en la palabra “memoria”, sin pretenderlo su obra se ha transformado en un sutil homenaje al pueblo donde creció y que dejó para huir de los ritos cotidianos y el aburrimiento. Ahora comprende que “la mudanza no es algo definitivo, no se deja atrás lo vivido ni se cierran puertas. De alguna manera, vivir es mudarse constantemente. La pieza Camión de mudanza (2008) intenta mostrar eso, que solamente se trata de un lento desplazamiento hacia otra parte, mientras se sigue cargando con la memoria de lo vivido”.

Las imágenes de Larrechart son “silenciosos dibujos en blanco y negro que muestran aquellos objetos que el tiempo ha cargado de historias y vivencias personales”.

 
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