Usted está aquí: lunes 19 de enero de 2009 Opinión José Tomás y los demás

TOROS

José Cueli

José Tomás y los demás

José Tomás llegó al toreo a ser testimonio de la verdad torera. Una fatalidad lo ha sellado en su peregrinar por las plazas de toros, por las carreteras y aviones ha tenido que ir a encontrar, la vena, si se quiere mínima, de caudal tan extenso. Caudal que ha hipnotizado a los aficionados del mundo taurino. La belleza de su quehacer en los toros representada por el riesgo auténtico y la emoción que de ella emana. Esos cites ofreciendo el cuerpo y no la tela roja. Además ha tenido que enfrentar, a su vez, las miserias humanas y su proceder ominoso: los intereses del toreo como negocio.

José Tomás regresó a la Plaza México y le regresó su estado de ánimo. El coso, más que otra cosa, es eso: un estado de ánimo. Gracias al diestro nacido en Galapagar, el testimonio más expuesto de la verdad torera. Para hacerlo abandonó todas las marrullerías que observamos domingo a domingo y generaron que los aficionados abandonaran los cosos. El torero madrileño vive y torea al margen. Desde los márgenes es el número uno de la torería desde los noventa.

José Tomás partió plaza con esa actitud espectral de muerto momificado. Los ademanes lentos, solemnes, chorreando majestad y torería. Extendía la capa en los remates de los lances y se envolvía en su propio ritual. Siguió con un silencioso oleaje que estalló en una sinfonía torera por redondos y pases naturales, adornados con series de manoletinas de su estilo, en un “toro” es un decir y “otro” ídem, que enloquecieron a los aficionados mas gélidos dejándolos sin hablar. No se pedía ir del coso sin recorrer los lomos de ambos bureles, en dos cogidas que hablaban de la entrega total. Una estocada en lo alto y una media consumaron su paso triunfal por la México.

Todo esto en medio de gran expectación: numerado lleno y “toros” de Teófilo Gómez engordados, débiles, rodando por el ruedo y ni siquiera malas ideas. Bureles sin emoción, que pusieron los alternantes. Recibió la alternativa el triunfador de España, el queretano Octavio García El Payo que mostró una clase que dará de qué hablar y se presentó Arturo Macías con el mismo valor que anteriormente a su paso por los hospitales y se fue con una oreja y un revolcón, después de levantar al público de sus asientos. José Tomás llegó y calentó a sus jóvenes alternantes que le dieron la pelea y regresó a su estado de ánimo a la Plaza México.

 
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