Usted está aquí: viernes 23 de enero de 2009 Capital Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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■ El PAN y Nueva Izquierda, uno mismo

■ Los talentos de Antonio Lima

En una buena cantidad de ocasiones, las coincidencias no son más que la vestimenta tramposa de acuerdos vergonzosos, de complicidades inconfesables, en fin, de malas prácticas políticas.

Unas de esas que huelen mal, pero muy mal, son las que establecen, cada que pueden, los miembros de Nueva Izquierda y los militantes de Acción Nacional, y más aún cuando el acuerdo político, la coincidencia, llega en momentos electorales y resulta del interés de dos por acabar con un contrincante fuerte.

Pero vamos al grano. Hace no mucho, la diputada local Elvira Murillo elaboró un documento para pedir a los miembros de la Asamblea Legislativa un punto de acuerdo para que se citara al procurador del DF, Miguel Ángel Mancera, con el fin de que informara sobre “el estado que guardan los procesos abiertos a servidores públicos relacionados con el caso News Divine”.

En su escrito la legisladora señala en el primer punto de sus considerandos: “Han transcurrido más de doscientos días desde aquel en el que se presentaron los lamentables acontecimientos de la discoteca News Divine, en la delegación Gustavo A. Madero, y no se ha cumplido a cabalidad la obligación, a la par el compromiso, del jefe de Gobierno del Distrito Federal, el licenciado Marcelo Ebrard Casaubon, quien con motivo de los trágicos sucesos ocurridos durante el operativo policiaco, se comprometió frente a los familiares de los jóvenes que perdieron la vida, de los afectados y de la sociedad en general, en llegar a fondo de las investigaciones para que el hecho no quedara impune”. Hasta aquí el considerando de la panista.

Poco después, en concordancia con sus pares panistas, el diputado Antonio Lima Barrios, de Nueva Izquierda, subió a la tribuna de la Asamblea Legislativa el punto de acuerdo que elaboró la legisladora azul, sin darle crédito, desde luego.

Así, el miembro de Nueva Izquierda dice en el primer punto de sus considerandos que: “Han transcurrido más de doscientos días desde aquel en que se presentaron los acontecimientos (no los califica de lamentables) de la discoteca News Divine en la delegación Gustavo A. Madero, y no se ha cumplido a cabalidad la obligación, a la par el compromiso, del jefe de Gobierno del distrito federal (no considera el nombre de la capital del país en letras mayúsculas, como hace la panista), Lic. Marcelo Ebrard (omite el apellido materno, como sí escribió la panista), quien con motivo de los trágicos acontecimientos (la palabra que uso la panista fue sucesos) ocurridos durante el operativo policiaco efectuado en la discoteca News Divine el 20 de junio del año pasado (el recordar la fecha es un agregado de la inspiración del diputado, no está en el escrito original), se comprometió frente a los familiares de los jóvenes que perdieron la vida y de los afectados (el militante de NI no percibe, como lo hace la diputada azul, que también se afectó a la sociedad en general), en llegar a fondo de las investigaciones para que el hecho no quede impune”.

Como salta a la vista, los talentosos cambios que hizo el diputado chuchista Lima Barrios no afectaron para nada el texto que clonó, casi palabra por palabra, del escrito que elaboró la panista.

Podrá decirse, no cabe duda, que se trata de una feliz coincidencia, pero por lo pronto aparece nada más que como uno más de los cochupos entre Nueva Izquierda y Acción Nacional. Y como siempre son los chuchos los que a final de cuentas sirven, sin siquiera reflexionar, a los intereses azules. Esa es la izquierda moderna, ni hablar.

De pasadita

¿Conoce alguien a María Elena Pérez-Jaen? ¿Sabe alguien a qué se dedica? Bueno, pues si usted lo sabe, qué bueno, porque en los registros oficiales del lugar donde nació no existe ninguna mujer con ese nombre, aunque sí existe un acta que da fe del nacimiento de una tal María Elena Pérez Zermeño, niña que fue presentada ante el Registro Civil por las mismas personas, el 16 de agosto de 1961. Los padres de la señora Pérez-Jaen y de Pérez Zermeño son los mismos: Juan Luis Pérez y María Teresa Zermeño.

Como usted ya se habrá dado cuenta, se trata de la misma persona, aunque con diferente nombre. El que se tenga un nombre diferente al que se asentó en las actas del Registro Civil no parece ser ilícito, a menos que se firmen papeles oficiales con el nombre apócrifo. No parece haber datos que indiquen que la comisionada hubiera realizado los trámites necesarios para efectuar el cambio de nombre, y hasta donde nos dicen los documentos que firma, llevan siempre su nombre ficticio. Total, María Elena Pérez-Jaén no existe jurídicamente, según descubrió la revista Transparencia y Corrupción. ¿Será verdad? De esto le seguiremos informando.

 
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