Usted está aquí: viernes 23 de enero de 2009 Opinión La futurología de los estrategas estadunidenses

Gilberto López y Rivas/ I

La futurología de los estrategas estadunidenses

Los estrategas militares y de espionaje de Estados Unidos tienen una adición a la futurología que se manifiesta en su propensión a imaginar, acorde supuestamente con las realidades actuales, cómo será “su” mundo en el año 2030, por ejemplo. Recordemos las predicciones de los informes llamados Tendencias globales que producen los “tanques pensantes” a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus múltiples organismos asociados, que constituyen materiales de lectura obligada para la “batalla de las ideas”, ya que en ellos se reflejan las peculiares perspectivas, temores, fobias, racismos, amenazas, sicopatías y, sobre todo, los intereses e ideologías imperialistas de sus autores. David Brooks informó sobre el último de estos escritos en nuestro periódico, destacando la proyección del colapso “rápido y repentino” de México, “Estado débil y fracasado”, como uno de los mayores peligros mundiales a futuro (La Jornada, 16/1/09).

Se trata de un texto de 51 páginas elaborado por el Comando Conjunto de las Fuerzas de Estados Unidos con el título JOE 2008 (Junta Operativa Ambiental). El propósito del estudio es informar del desarrollo conjunto de conceptos y experimentación a través del Departamento de Defensa y proveer una perspectiva sobre tendencias, reacciones, contextos, e implicaciones hacia el futuro a comandantes de la fuerza conjunta y otros líderes y profesionales en el campo de la seguridad nacional.

En su breve prólogo, J. N. Mattis, general del Cuerpo de Marines y comandante del Comando Conjunto de las Fuerzas de Estados Unidos, enfatiza que nadie tiene una bola de cristal, pero “si no tratamos de avizorar el futuro, no hay duda de que nos sorprenderán desprevenidos en los momentos en que nos esforzamos para proteger este experimento en democracia que llamamos América (sic)”.

Por ello, JOE 2008 es “nuestro esfuerzo por mirar más allá, informado históricamente, para discernir lo más acertadamente los retos que enfrentaremos en el nivel operativo de la guerra, y para determinar sus implicaciones inherentes”.

El texto cuenta, además de una introducción, de seis partes: I. Las constantes. II. Las tendencias que influyen la seguridad del mundo. III. El mundo en su contexto. IV. Las implicaciones para la fuerza conjunta. V. Algunas cuestiones de fondo. VI. Pensamientos conclusivos.

El informe, como la gran mayoría de los manuales de contrainsurgencia y otros escritos de militares estadunidenses, contiene epígrafes para el inicio de cada sección –generalmente tomados de filósofos chinos o griegos– que sintetizan una de las ideas fuerza y pretenden demostrar que además de matones profesionales al servicio de su país y el capitalismo, los autores han pasado por una universidad, o siguen, al menos, las reglas esnobistas de la academia.

La introducción deja claro que para los militares estadunidenses lo más predecible del futuro cercano es el conflicto bélico: “La guerra ha sido el principal impulsor del cambio a lo largo de la historia y no hay razón para creer que el futuro será diferente en este aspecto. No cambiará la naturaleza fundamental de la guerra. La guerra continuará primariamente como un esfuerzo humano”.

Con este marco de referencia sobre el significado “progresista” de la guerra, el documento examina tres interrogantes: 1. ¿Qué tendencias y disrupciones futuras serán las que más afecten a las fuerzas conjuntas? 2. ¿Cómo estas tendencias y disrupciones podrían definir los contextos futuros para operaciones conjuntas? 3. ¿Cuáles son las implicaciones de estas tendencias y contextos para las fuerzas conjuntas? Explorando estas tendencias, contextos e implicaciones, el texto provee las bases para pensar el mundo en los próximos 25 años.

Ya que los estrategas consideran que la guerra forma parte esencial de la naturaleza humana, la mejor forma de entender ésta es a partir de una cercana consideración de la historia. Así, la discusión da inicio con el argumento acerca de la naturaleza de la guerra, las causas y consecuencias del cambio y las sorpresas, y el papel de la estrategia. La segunda parte describe algunas tendencias, discontinuidades y puntos potenciales de conflicto que las fuerzas conjuntas pueden enfrentar. La parte tercera analiza cómo estas tendencias y rupturas se combinan en contextos que podrían definir las operaciones conjuntas para los próximos 25 años. La cuarta parte describe las implicaciones de estos contextos que las fuerzas conjuntas confrontarán en el futuro incierto y sugiere la creación de una fuerza que pueda estar preparada para los retos que estos contextos presentarán. La parte quinta expone preguntas claves acerca de temas que pueden caer fuera del enfoque tradicional de este estudio, pero que, sin embargo, tienen importantes implicaciones para el futuro de las fuerzas conjuntas.

El informe-predicción sostiene la idea de que en muchas partes del planeta “existen actores no racionales, al menos en nuestros términos”.

De hecho los militares dividen el mundo entre los que usan la razón (ellos, los estadunidenses) y quienes son presa de la pasión y se mantienen “fuera de los límites de las convenciones del mundo desarrollado”: los del “machete” y atacantes suicidas, los que están “ansiosos de morir”.

“La tensión entre cálculos de poder de política racional, en una parte, y las ideologías seculares o religiosas, en la otra, combinadas con el impacto de la pasión y el azar, hacen de la trayectoria de un conflicto dificultoso sino imposible de predecir… En un mundo donde las pasiones dominan, la utilización de una estrategia racional viene a ser extraordinariamente difícil.” ¡La ardua carga del hombre blanco!

 
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