Usted está aquí: martes 27 de enero de 2009 Opinión Itacate

Itacate

Cristina Barros y Marco Buenrostro
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■ Periconeada

Muchas culturas del mundo están vinculadas con la naturaleza y en especial con el ciclo agrícola; si observamos el santoral católico se hace evidente que la religión cristiana no es la excepción. Por ello, cuando llega a México, las vigorosas culturas locales comprenden y reinterpretan la nueva religión.

Un caso es el de Tláloc, cuyos atributos se transponen al arcángel San Miguel. Para los pueblos agrícolas la lluvia es un elemento fundamental; por esa razón en el centro del país se le venera atribuyéndole los mismos poderes que al dios mexica identificado con el agua. En algunas comunidades europeas este arcángel se invocaba para proveerla.

La espada flamígera que lleva en la mano derecha simboliza el relámpago y la lluvia. Con la espada protege también la milpa de los seres malignos. El 28 de septiembre, un día antes en que se le celebre, el arcángel San Miguel da una gran batalla contra el diablo, pues en varios lugares se cree que ese día éste se dedica a hacer maldades. La planta del yauhtli (pericón) es aliada del arcángel.

En su libro El demonio anda suelto: el poder de la cruz de pericón, Dora Sierra describe cómo se celebra la enflorada o periconeada en distintos lugares del estado de Morelos, especialmente en los de origen nahua. Ese día, en las cuatro esquinas de la milpa que coinciden con los rumbos, así como en las puertas de las casas, los atrios de las iglesias, los vehículos y comercios, se colocan cruces hechas con ramos de pericón.

La cruz de pericón tiene cuatro brazos equidistantes que seguramente representan los cuatro rumbos; su color amarillo tendría una connotación solar. Será interesante encontrar los vínculos entre el yauhtli o pericón y los cempasúchiles, que pertenecen a la misma familia botánica. Estas flores, como sabemos, se colocan en la ofrenda los días de Muertos y, por tanto, poseen también connotaciones sagradas.

El yauhtli tiene además propiedades curativas; Dora Sierra menciona algunas. Laura Quiroz nos escribe que en algunas comunidades de la Huasteca el pericón se utiliza en el tratamiento de la menopausia y de los trastornos menstruales; invita a los especialistas a analizarlo.

Para una revisión de sus aplicaciones, entre otras en el tratamiento del cáncer, recomendamos el libro Xiuhpatli, de Xavier Lozoya (Secretaría de Salud/ Universidad Nacional Autónoma de México). Lozoya atribuye a sus cualidades antisépticas y antibiótica, la práctica de los antiguos mexicanos de usarla al cruzar corrientes de agua, pues seguramente prevendría afecciones producidas por “insectos, microorganismos o parásitos de esteros, lagunas y ríos”.

 
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