Usted está aquí: martes 27 de enero de 2009 Política Destaca Calderón la unión de voluntades para construir el Arco del Bicentenario

■ Presenta el concurso para edificarlo y resalta la participación del Gobierno del DF

Destaca Calderón la unión de voluntades para construir el Arco del Bicentenario

Claudia Herrera y Fabiola Palapa

Al presentar el concurso para la construcción del Arco Conmemorativo del Bicentenario, el presidente Felipe Calderón aseguró que por “encima de cualquier diferencia parcial” se unieron voluntades con los poderes de la Unión y el Gobierno del Distrito Federal, cuyo titular, Marcelo Ebrard Casaubon, no estuvo presente en la ceremonia.

En representación del perredista, el secretario de Gobierno, José Ángel Ávila Pérez, externó coincidencias con Calderón –a quien no saludó directamente en su discurso, ya que se dirigió al “distinguido presídium”– y declaró la disposición de hacer a un lado las diferencias políticas en medio de una crisis económica que no se debe minimizar.

Dicho monumento conmemorativo de la Independencia nacional comenzará a construirse en junio de 2009 en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México, en la plaza delimitada por la Secretaría de Salud, la llamada Puerta de los Leones, del Bosque de Chapultepec, y el Parque Ariel, a un costado de la Torre Mayor; la inauguración está programada para el 16 de septiembre de 2010.

Para este certamen, cuyo resultado se conocerá el 9 de abril, fueron invitados 37 arquitectos, entre los que figuran: Teodoro González de León, Ricardo Legorreta Vilchis, Fernando González Gortázar, Enrique Norten y Alberto Kalach, quien construyó la Megabiblioteca Vasconcelos.

En el Castillo de Chapultepec –y auxiliado por primera vez de un telepromter electrónico que usó de manera ocasional–, Calderón Hinojosa aseguró ayer que su gobierno, los poderes de la Unión y la administración capitalina cumplirán el programa de las fiestas del bicentenario de manera institucional, respetuosa y coordinada.

En una ceremonia que concluyó con un espectáculo de fuegos artificiales, el michoacano destacó que el caso de este monumento unió voluntades con el Gobierno del Distrito Federal para convocar a un concurso nacional, e incluso elogió a la administración de Ebrard, porque “afanosamente” viene trabajando en su propio programa de conmemoraciones.

Rodeado por integrantes de su gabinete y arquitectos invitados a participar en el concurso, recordó palabras del poeta Octavio Paz para asegurar que 2010 debe ser el año de la reconciliación con el pasado, “de la unidad en la pluralidad que nadie puede vulnerar”.

En el Patio de los Chapulines, el jefe del Ejecutivo festejó que por encima de “nuestras diferencias naturales”, México es una misma nación heredera de la insurgencia, la Reforma y la Revolución. También reconoció que enfrenta problemas serios, pero lucha con ahínco para superarlos.

El Presidente se declaró convencido que por su importancia simbólica y belleza arquitectónica, este monumento será de la majestuosidad de obras emblemáticas y admiradas como el Ángel de la Independencia, el Hemiciclo a Juárez o el Monumento a la Revolución.

Ávila, quien ya había asistido a un acto presidencial en agosto de 2008, para el inicio de las obras del Túnel Emisor Oriente, destacó que existe voluntad para construir cosas comunes por encima de las diferencias políticas, sobre todo en estos tiempos.

Aseguró que la crisis sin duda es una amenaza que no se debe minimizar, porque es de tal magnitud que, si no se enfrenta con medidas adecuadas y de fondo, puede arrebatarle el futuro no sólo a la actual, sino también a la próxima generación de mexicanos. Lo que está en juego, explicó el secretario de Gobierno capitalino, es la viabilidad del país, ya que la economía internacional se ha precipitado en una crisis que puede tener graves consecuencias para la mayoría de la gente, sobre todo en empleo, nivel de ingreso, oportunidades para mejorar su calidad de vida, educación y salud.

Ofreció que el Gobierno del Distrito Federal siempre atenderá las lecciones de la historia mexicana, de 1810 y 1910, ya que ambas son libertarias y se hicieron para crear las condiciones necesarias en la construcción de una República independiente, un Estado laico asentado en garantías individuales, igualdad de derechos y oportunidades e irrestricta participación ciudadana en los asuntos públicos.

Resaltó que la ciudad de México ha sido emblemática de la vanguardia ideológica, cultural, política y democrática.

Finalmente, el director de El Colegio de México y miembro del Consejo Asesor de la Comisión Nacional de las Conmemoraciones de 2010, Javier Garciadiego Dantán, consideró que el enorme esfuerzo realizado, y por realizar, para conmemorar propiamente los procesos de Independencia y Revolución, no debe ser efímero.

“La búsqueda de la memoria y de la identidad no puede ser pasajera. Sería imperdonable desperdiciar los recursos materiales y humanos invertidos en estas conmemoraciones. Sería gravísimo volver a nuestra amnesia histórica.”

 
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