Usted está aquí: miércoles 28 de enero de 2009 Cultura El Museo Dolores Olmedo abre sus puertas al arte multimedia de vanguardia

■ Buscamos captar público joven para acercarlo al acervo del recinto, adelanta su director

El Museo Dolores Olmedo abre sus puertas al arte multimedia de vanguardia

■ Mostrarán pintura digital y música electroacústica de Harriet Payer y Jorge Esquivelzeta

Arturo García Hernández

Ampliar la imagen Aspecto de la exposición que se abrirá el sábado 31 en el Museo Dolores Olmedo Aspecto de la exposición que se abrirá el sábado 31 en el Museo Dolores Olmedo Foto: Jesús Villaseca

El Museo Dolores Olmedo va en pos del público joven y para ello abre sus puertas al arte multimedia de vanguardia.

Lo hace con El suspiro de un adiós, exposición de pintura digital, fotomontaje y música electroacústica del colectivo Jaap, encabezado por la artista visual alemana Harriet Payer Anderss y por el músico mexicano Jorge Esquivelzeta.

Sobre esta apertura, Carlos Philips Olmedo, director del recinto, explicó: “Lo estuvimos discutiendo mucho con el equipo del museo y llegamos a la conclusión de que si nosotros tenemos dentro de nuestra función promover la cultura en México y la cultura mexicana, no podemos dejar de lado lo que ocurre en el siglo XXI, porque correríamos el riesgo de volvernos un espacio anquilosado, casi una pirámide prehispánica.”

Exposición de El Corcito

Entrevistado al final de la conferencia en que se anunció la exposición de Jaap, Philips Olmedo esgrimió su convicción de que “el museo debe ser vivo”, por lo que continuará haciendo estos altos para mostrar el arte del siglo XXI sin renunciar a su compromiso con el arte tradicional.

Al respecto, adelantó que posterioremente, en la segunda mitad del año, se tiene programada una exposición de Antonio Ruiz, El Corcito: “De pronto se puede decir: ¿qué tiene que ver un pintor costumbrista mexicano del siglo XX con el performance, el video y la música electroacústica? Pues que son expresión de la sociedad de su tiempo”.

De lo que se trata, en última instancia, es de poner en contacto a un público joven con la colección del museo. Porque está ocurriendo que en general acude un público maduro, que sabe y gusta de la obra de Diego Rivera y de Frida Kahlo, pero “eso no quiere decir que no haya otra cultura que necesita promoverse”.

Harriet Payer Anderss y Jorge Esquivelzeta se definen como una “comunidad creativa concebida bajo la idea de ofrecer una producción artística que goce de un carácter vanguardista, moderno, urbano y aun comercial, pero siempre proponente y a la vez, capaz de adentrarse en el laberinto del más alto gusto y nivel”.

El suspiro de un adiós tiene lugar en la sala Fernando Gamboa del recinto. Será inaugurada el próximo 31 de enero y permanecerá abierta hasta el 5 de abril.

Incluye 27 pinturas digitales y fotomontajes de Payer, alrededor de las cuales Esquivelzeta compuso obras musicales “con toques de house, lounge, funk, jazz y breakbeat”. De manera complementaria, se realizarán tres performances multimedia –el 31 de enero, el 28 de febrero y el 4 de abril– en el que los artistas compartirán con el público el proceso creativo.

 
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