■ Las autoridades de Gustavo A. Madero no atienden las peticiones, se quejan vecinos
El desarrollo urbano, paralizado en las colonias San Juan y Guadalupe Ticomán
■ Calles sin señalizaciones, falta de drenaje y agua potable, sólo parte del panorama
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En el abandono, múltiples calles y avenidas
Foto: Víctor Camacho
En las colonias San Juan y Guadalupe Ticomán, delegación Gustavo A. Madero, el desarrollo urbano está prácticamente detenido, denunciaron vecinos.
Aún hay viviendas que por carecer de drenaje tienen fosas sépticas. El lugar se pobló hace ya varios años. La traza de las calles fue improvisada y los caminos “se hicieron solos, por el andar de la gente”. Y pese a que están marcados y se han convertido en grandes avenidas, la desatención de las autoridades delegacionales es evidente, afirmaron los habitantes.
El lugar, considerado por las propias autoridades delegacionales como “zona donde habitan familias en pobreza extrema”, es de difícil acceso, tanto por las vías establecidas como por los caminos de ingreso a las viviendas, que tienen enormes pendientes.
La falta de mantenimiento es evidente, señalaron colonos durante un recorrido por la zona, en el cual se constató que en avenidas como el Chiquihuite y del Trabajo no hay señalizaciones y los trabajos para reparar los hoyos en el pavimento ni siquiera han sido considerados, pese a la múltiples peticiones de los habitantes mediante diversos oficios, “los cuales han quedado sin respuesta”.
La carencia del servicio de agua potable lleva ya tres años, “y por el lugar las pipas ni siquiera pasan”. El problema, inclusive, ha causado enfrentamientos entre vecinos de la Quinta Cerrada del Chiquihuite y Manuel Doblado, quienes se disputan la dotación de tomas clandestinas porque no existe red de distribución.
En la zona alta de la colonia aún hay casas que carecen de drenaje y la gente ha improvisado redes de desagüe, lo cual ha generado un foco de infección para las familias y los niños que suelen jugar entre los bloques de cemento.
Se mencionó también el caso de las viviendas de la calle Niño Jesús. De igual forma han solicitado a la dirección territorial número ocho atender la problemática, “que no sólo se reduce a un grupo de personas, porque se afecta a toda la comunidad”.
En San Juan y Guadalupe Ticomán la geografía cambia conforme se accede a las colonias. Mientras las viviendas están más arriba del cerro, las carencias son mayores. Las posibilidades de mejorar la calidad de vida se ven reducidas. No cuentan con servicios de salud, no hay parques ni centros de recreación. Apenas se construye a paso lento un centro de salud.
Las casas también cambian. Primero hay edificaciones de cemento, pero existen hasta de materiales precarios, como láminas y cartón, porque los “costos son altísimos”. A decir de los moradores, al lugar ha llegado mucha gente de otras entidades. Identifican chiapanecos y oaxaqueños, quienes intentaron cruzar la frontera y llegaron por tren. También, indicaron, hay algunos centroamericanos.
“Antes de llegar a la estación se bajan de los vagones y corren hacia los cerros. Algunos intentan irse para el otro lado, pero otros hacen familia y luego ya se quedan aquí.”
Ante el crecimiento de la población exigen trabajos de infraestructura urbana. Han presentado varias solicitudes a los diferentes jefes delegacionales –mediante ventanilla única, audiencias y en las direcciones de área de San Juan y Guadalupe Ticomán–, pero todas han quedado sin respuesta.