Usted está aquí: domingo 1 de febrero de 2009 Economía Plazos de caída y recuperación económicas

José Antonio Rojas Nieto
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Plazos de caída y recuperación económicas

La economía estadunidense cayó el cuarto trimestre. El dato oficial preliminar es de menos 3.8 por ciento anual. Pero es preliminar. Algunos especialistas esperan un número definitivo cercano a menos 5. Incluso menos 6 por ciento. Este dato es catastrófico para México. Representa una severa detracción económica. Severísima. Lo más duro es que nuestra industria depende de la economía vecina. Y buena parte de nuestra economía depende de ese núcleo duro industrial: acero, cemento, vidrio, química, maquinaria y equipo eléctrico y electrónico, automóviles.

Las compras de Estados Unidos a México –fuertemente centradas en estas actividades industriales– van en declive. En noviembre cayeron poco más de 4 mil millones de dólares respecto de octubre. Y respecto de noviembre de 2007 cayeron 20 por ciento. Y se mencionan tasas similares o aun mayores para diciembre y para enero.

Este fenómeno no es sino expresión del derrumbe de la economía vecina. Por eso –y un poco a hurtadillas– se modificó la estimación del crecimiento económico de 2008. Oficialmente 1.5 por ciento de crecimiento del producto interno bruto. No es ni para festejarse. Menos aún para presentarlo como ejemplo en el terreno internacional. ¿En qué piensan los personeros gubernamentales cuando se ufanan de esos resultados? ¿En qué –asimismo– cuando hacen cuentas alegres de un año económico 2009, que amenaza con ser uno de los más malos de nuestra historia económica reciente?

Las consultorías económicas aseguran: “ya estanos en recesión…ya hay tendencia descendente”. Y añaden: “en 2009 no sólo no creceremos (crecimiento cero), sino que registraremos una severa caída”. Decir que entre menos 0.8 y menos 1.8, siguiendo las estimaciones del gobernador del Banco de México ya no provoca consensos.

En sólo una semana se arribó a otras cifras cercanas a menos 2 por ciento. Dos consultoras de mucho prestigio aseguran caídas superiores a ese menos 2 por ciento. ¿Por qué? Porque consideran que el descenso estadunidense será todavía mayor al del cuarto trimestre de este año en los trimestres primero y segundo de 2009. Hablan no sólo de la necesidad –léalo bien– de destrucción de capital para recomenzar el ciclo económico. Sino también de una reorganización financiera, productiva y comercial, con plazos largos. Entre cuatro y seis meses más para tocar fondo. ¿Qué significa esto? Meses para arribar a las tasas negativas más grandes. Y, a partir de ahí, empezar a tener tasas negativas menores, hasta alcanzar –una vez más– tasas positivas.

¿Cuánto tiempo falta para esta segunda fase? Se indican de seis a ocho meses para esa dinámica de tasas negativas cada vez menores hasta llegar de nuevo al cero. Es decir, entre 10 y 14 meses para que, una vez más, los indicadores fundamentales de la actividad económica vecina –y de la nuestra en consecuencia– empiecen a mostrar crecimientos positivos.

Aunque esos se logren durante varios meses, respecto a niveles muy pero muy bajos. Por eso, justamente por eso, se estiman de seis a ocho meses más de crecimientos positivos continuos para arribar de nuevo a los mejores niveles anteriores a esta severísima crisis. ¿Cuáles niveles? Los de finales de 2007, sin duda. ¿Me permiten hacer la suma de meses con números?

Recordemos. Primero, de cuatro a seis meses para tocar fondo. Segundo, de seis a ocho para dejar las tasas negativas. Tercero, seis a ocho meses más para recuperar los niveles máximos de finales de 2007. Un total de entre 16 y 22 meses. Es decir cerca de un año y medio, o de casi dos, lo que significa que hasta finales de 2010 o inicios de 2011 empezaríamos a crecer, justamente a partir del nivel logrado –según los indicadores estadunidenses– a finales de 2007.

Aunque…sí, aunque con secuelas terribles porque si algo no deja de crecer es la población y, sobre todo, los jóvenes que necesitan empleo. En estos términos se trata de un retraso de cuatro años en los que podríamos llamar mejoría económica generalizada, siempre y cuando ésta se identificara –asunto harto cuestionable– con el crecimiento económico. Pero hoy más que nuca sabemos que crecimiento y desarrollo no son conceptos equivalentes. Para nada. Por cierto, olvidaba decir que estos plazos suponen que funciona bien el plan fiscal y monetario de Obama. Nunca como ahora nos conviene que eso sea así. De veras.

 
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