Usted está aquí: lunes 2 de febrero de 2009 Cultura Seguridad y juego, derechos básicos de la niñez, pilar de Semillas suecas

■ Exposición de juguetes, muebles y accesorios, en el Franz Mayer

Seguridad y juego, derechos básicos de la niñez, pilar de Semillas suecas

Merry MacMasters

La relevancia del diseño industrial para el desarrollo integral del niño es el punto de partida de Semillas suecas: Suecia diseña para los niños, exposición itinerante de mobiliario, juguetes, ropa y accesorios, abierta hasta el 22 de febrero en el Museo Franz Mayer, avenida Hidalgo 45, Centro Histórico.

Los derechos a un entorno seguro y a jugar son la base de la muestra de 46 productos creados por 50 diseñadores, desde un programa gráfico realizado en 1973, que ha enseñado a varias generaciones a restar de forma lúdica –Cinco hormigas son más que cuatro elefantes–, hasta objetos diseñados en forma de tesis por estudiantes recién salidos de la universidad, como una cuna mecedora.

Inclusive hay jeringas para niños que necesitan aplicarse inyecciones diariamente, por ejemplo, de hormonas para el crecimiento, cuyo estuche se puede cambiar por una imagen del jugador de futbol favorito, para que lo cargue consigo contento, y que de forma lúdica traspase el miedo que puede provocar una inyección, expresó la curadora Margarita Bergfeldt Matiz.

Suecia ha sido un país “adelantado” y “cuidadoso” en analizar que el mundo infantil a veces queda desatendido, inclusive desprotegido, en cuestiones de diseño, anotó Héctor Rivero Borell, director del Museo Franz Mayer.

Maja Bentzer, agregada cultural de la embajada de Suecia en México, recordó que el diseño industrial juega un papel relevante en aras de lograr una sociedad democrática y, por lo mismo, ha tenido, y tiene, apoyo del Estado sueco. Se interesa desarrollar el diseño industrial para que “todo el mundo tenga el mismo acceso a una vida cotidiana digna y agradable, incluyendo a los niños”.

Jugar y solucionar

Asimismo, la muestra incluye Rocking rabbit, mecedora en forma de conejo, todo un icono hoy día, que ayuda al infante a experimentar el equilibrio, el movimiento y la sensación de flotar. En todo eso, apuntó Bergfeldt Matiz, lo que se impone es el juego, ya que éste permite a los niños dar soluciones a problemas, con lo que desarrollan sus sentidos y su creatividad.

Además, los aparatos o juguetes con los que interactúan los niños no deben ser sólo de oprimir y obtener una respuesta. Más bien hay que dejar que el niño juegue, en vez de enseñarle algo, porque aquellos artefactos le muestran “un solo camino, mientras que jugar le abre un gran espectro, donde el niño se confronta a diferentes situaciones que le permiten desarrollarse más”, agregó la también diseñadora industrial.

Semillas suecas comprende un ciclo de conferencias el sábado 14 de febrero, de 12 a 14:30 horas, donde Lars Lallerstedt hablará sobre perspectivas del diseño industrial en la práctica y la educación; Annika Oskarsson de juego y arte en el espacio público, e Ylva Ellneby sobre el derecho del niño a un desarrollo integral.

Oskarsson, quien como diseñadora y artista ha transformado diversos espacios en Suecia con esculturas, ilustraciones y sonido, impartirá del 16 al 20 de febrero el curso-taller Jugando al aire libre. De aquí la exposición viajará a Los Ángeles, Estados Unidos.

 
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