Usted está aquí: miércoles 11 de febrero de 2009 Mundo Temen autoridades australianas que la cifra de muertos por los incendios supere los 200

■ Inicia la policía del estado de Victoria la mayor investigación para atrapar a pirómanos

Temen autoridades australianas que la cifra de muertos por los incendios supere los 200

■ “Los culpables pueden ser encarcelados de por vida”, advierte el primer ministro Kevin Rudd

■ Una mujer y sus hijos lograron sobrevivir escondiéndose en una cueva hecha por marsupiales

Reuters y Afp

Ampliar la imagen Investigadores forenses trabajan cerca de los restos de una casa arrasada por el fuego en Kinglake, 46 kilómetros al norte de Melbourne Investigadores forenses trabajan cerca de los restos de una casa arrasada por el fuego en Kinglake, 46 kilómetros al norte de Melbourne Foto: Reuters

Sidney, 10 de febrero. La policía australiana peinaba este martes la zona arrasada por el fuego en busca de pruebas de los pirómanos que lo habrían provocado, mientras la cifra de muertos en los peores incendios forestales del país se anticipa que superará los 200.

La comisaria de la policía del estado de Victoria, Christine Nixon, inició la mayor investigación del país por un delito de incendio, llamada operación Phoenix, y se comprometió a detener quien haya provocado el fuego.

Los incendios que barrieron partes del estado de Victoria el sábado por la noche fueron “sospechosos”, ya que no hubo elementos naturales como rayos capaces de provocarlos, dijo la policía.

Las autoridades australianas dijeron que cualquiera que fuera hallado culpable afrontaría acusaciones de homicidio sin premeditación y asesinato.

“Las leyes del estado estipulan que ellos pueden ser encerrados, y encerrados de por vida”, dijo el primer ministro Kevin Rudd. “Mi opinión personal es que se debe permitir que se pudran en la cárcel. Esto es un asesinato atroz a escala masiva”, agregó.

La zona del desastre, que duplica el tamaño de Londres y abarca a más de 20 poblaciones al norte de Melbourne, ha sido declarada zona del crimen por las autoridades. La cinta policial rodeaba las casas carbonizadas donde se encontraron cadáveres.

Al menos 181 personas fueron confirmadas como fallecidas durante los incendios, pero las autoridades locales aseguran que la cifra puede aumentar.

“Aún hay un gran número de personas, que excede la cincuentena (...) que los forenses creen que ya están muertos, pero no están identificados todavía”, dijeron a los periodistas. “Va a ser un número significativo, superará las 200 muertes”, agregaron.

Unos 25 focos de incendio seguían ardiendo hoy en Victoria, y una decena de poblaciones estaba en alerta por los fuertes vientos.

“Las llamas no están cerca de ser controladas como para permitir que la gente baje la guardia”, dijo el miembro de los servicios de emergencia Kevin Monk.

Los incendios han aumentado la presión sobre el primer ministro para que adopte acciones firmes contra el cambio climático, mientras los científicos acusan al calentamiento global de las condiciones que alimentaron el desastre.

“La tragedia de esta semana demuestra que ahora estamos lidiando con un cambio climático en Australia y es evidente todo lo que estamos a punto de perder”, afirmó el miembro de Greenpeace Trish Harrup mediante un comunicado de prensa.

Sin embargo, los incendios forestales importantes no son inusuales en el país.

“El clima experimentado el sábado (...) aunque poco frecuente, no es inesperado, ya que en promedio este clima de incendio extremo sucede cada cinco a 20 años”, dijo Justin Leonard de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization.

Horror, coraje, suerte

Las historias de horror, coraje y suerte continuaban surgiendo a medida que las ciudades arrasadas por el fuego comenzaban a reconstruir sus vidas cotidianas.

Una mujer contó a la televisión australiana cómo ella y sus hijos sobrevivieron escondiéndose en una cueva hecha por wombats (marsupiales característicos de Australia) en el campo.

Muchos animales australianos sobreviven a los incendios cavando grandes madrigueras.

Ross Buchanan, en la ciudad de Kinglake, donde murieron más de 30, perdió a sus dos hijos en el incendio tras llevarlos a las casas de familiares en otra ciudad pensando que allí estarían a salvo.

Mientras que Buchanan luchó para salvar su hogar en Kinglake, sus hijos murieron cuando el fuego arrasó la otra ciudad.

Las autoridades de Victoria ordenaron una comisión real de investigación para explorar todos los aspectos del incendio, incluyendo pautas de seguridad.

Las autoridades dijeron que la regla de oro para sobrevivir en los incendios forestales es la temprana evacuación o quedarse y defender los hogares, pero los expertos dicen que aparentemente varias víctimas entraron en pánico y huyeron en el peor momento.

Algunas fallecieron quemadas en el interior de sus autos cuando intentaban evadir las llamas.

Australia es el país más propenso a los incendios en la Tierra, señalan los científicos, y la mayoría de los fuegos se inician debido a rayos de tormentas.

Los trágicos incendios son el peor desastre natural en Australia en 110 años. El peor episodio de incendios forestales fue en 1983, en el que murieron 75 personas.

Obama ofrece ayuda

El presidente estadunidense Barack Obama llamó este martes por teléfono al primer ministro australiano Kevin Rudd para ofrecerle sus condolencias por las víctimas fatales y ofreció ayuda en el combate a las llamas.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que el mandatario efectuó el llamado tras su primera conferencia de prensa en la Casa Blanca.

“El presidente dijo que rezaba por el pueblo de Australia y presentó sus condolencias por las víctimas. También preguntó si Estados Unidos puede ayudar en alguna forma al gobierno y al pueblo de Australia en el combate a los incendios”, explicó.

 
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