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Desde el año pasado, Juan Yadeum mantiene conflicto limítrofe con el dueño de las tierras

Denuncian que arqueólogo pretende dotar de luz y sonido a pirámide de Toniná, Chiapas

Pobladores aseguran que ha organizado espectáculos nocturnos para turistas y funcionarios

Foto
A escasos dos metros de distancia del edificio arqueológico Toniná y aun sobre la roca del palacio maya hay dos cabañas de madera estilo californiano que el arqueólogo Juan Yadeum utiliza para vivir, pese a que es un sitio custodiado y administrado por el Instituto Nacional de Antropología e HistoriaFoto Moysés Zúñiga Santiago
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 21 de febrero de 2009, p. 12

Toniná, Chis., 20 de febrero. Como lo ha denunciado desde el año pasado la junta de buen gobierno (JBG) de La Garrucha, el arqueólogo Juan Yadeum pretende despojar a Alfonso Cruz Espinosa de sus tierras, que rodean la zona arqueológica de Toniná, en un viejo conflicto de límites que ahora se ha agudizado.

Yadeum se ha convertido en promotor de esta pirámide maya del periodo clásico. Lleva casi 30 años trabajando en el sitio. Según diversos testimonios, se comporta como si fuera de su propiedad. Quiere ser el rey de Toniná, ironiza Alfonso Cruz mientras recorre con los periodistas distintas partes de su predio dañadas deliberadamente por órdenes del arqueólogo, sostiene.

En abril de 2008, Cruz Espinosa, base de apoyo del EZLN, excavó un jagüey (o pozo) en una planicie vecina al sitio arqueólogico (que por cierto, formalmente también está dentro de su propiedad). Un día amaneció sobre el lodo una pieza maya, y de inmediato Yadeum acusó a Cruz Espinosa de daños en propiedad de la nación y amenazó con denunciarlo penalmente. Éste niega que esa pieza saliera de su jagüey.

Sostiene que la reliquia fue sembrada. La JBG, después de investigar, respaldó la versión de Cruz Espinosa, originario de Ocosingo, cuya familia ha poseído esas tierras durante tres generaciones. Tengo unos registros de propiedad manuscritos de 1920, pero desde 1940 tengo toda la historia traslativa de los terrenos y los pagos de predial, explica Cruz Espinosa.

Las razones de Yadeum para apropiarse de terrenos no parecen sólo científicas. Quiere meter infraestructura turística en los aldededores de Toniná. Como no ha encontrado mucho apoyo del gobierno para sus excavaciones, quiere empresarios que lo hagan. Quien sí lo respalda es el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Chiapas, Emiliano Gallaga Murrieta, quien el año pasado pidió la intervención de la policía en la zona arqueológica de Chinkultic, con el resultado de seis campesinos ejecutados.

Yadeum ha organizado al menos dos espectáculos nocturnos en la gran pirámide para funcionarios y turistas, y de acuerdo con rancheros, pobladores del área y trabajadores del INAH, planea añadir ese atractivo al sitio.

Apenas el pasado martes 17, el presidente de la Confederación Nacional Turística, Manuel Torruco Márquez, demandó que el INAH flexibilice sus regulaciones para generar una derrama económica, permitiendo espectáculos de luz y sonido en las zonas arqueológicas de Chiapas.

Legalmente, Toniná es suceptible de alojar proyectos recreativos, del mismo modo que el conjunto turístico Xcaret (Quintana Roo). El 17 de febrero de 1994, seis semanas después del levantamiento zapatista, en el Diario Oficial, el presidente Carlos Salinas de Gortari declaró monumento la base de la pirámide de Toniná, en unas cinco hectáreas. Como en Xcaret, no fue un decreto expropiatorio, posibilitando su futura privatización con fines turísticos y comerciales.